‘La caída de la casa Usher’ repite un rostro familiar del terror en Netflix y tiene explicación romántica
Kate Siegel vuelve a aparecer en otra historia de Mike Flanagan
Netflix tiene nuevo fenómeno en ciernes. La caída de la casa Usher aterrizó en la plataforma como uno de los platos fuertes de la compañía en el mes de Halloween, siendo la nueva aventura gótica de Mike Flanagan, el discípulo del terror que dejó huella a través de grandes éxitos del streaming como fueron Silencio (2016), El juego de Gerald (2017), La maldición de Hill House (2018), La maldición de Bly Manor (2020) o Misa de medianoche (2021). Y precisamente porque fueron series y películas populares, los espectadores notarán enseguida que muchos de los actores de aquellas producciones aparecen en esta nueva historia. Sin embargo, hay un rostro que resalta y provoca déjà vu porque lo vimos en todas y cada una de ellas. Y hay una explicación tan curiosa como romántica.
Muchos de los rostros que van apareciendo en los capítulos de La caída de la casa Usher los vimos en las obras del director. Es una táctica habitual de Mike Flanagan. Algo parecido a lo que hace Ryan Murphy, habiendo convertido a Sarah Paulson y Evan Peters en sus musas desde American Horror Story (donde también suelen repetir con los mismos actores en cada temporada aunque sean historias distintas). En el caso de La caída de la casa Usher te sonará ver a Henry Thomas de nuevo, a Carla Gugino, Bruce Greenwood, Samantha Sloyan, Annabeth Gish y muchos más. Pero, sobre todo, no podrás evitar reconocer a la actriz que está siempre presente en cada historia del director: Kate Siegel.
Y es que detrás de sus cuentos de terror se esconde una historia de amor. Porque Kate Siegel es la esposa de Mike Flanagan y una colaboradora habitual con quien comparte la misma pasión por el género y las historias. Sin ir más lejos, la vimos en Oculus, Silencio, Ouija, El juego de Gerald, las dos series de La maldición, Misa de medianoche y, ahora, en La caída de la casa Usher. Impresionante. Se conocieron en un casting, y aunque no sintieron el flechazo de Cupido enseguida, aquel día marcó para siempre la vida de la actriz.
EL ROMANCE QUE ABRIÓ UN NUEVO MUNDO DE OPORTUNIDADES
Kate Siegel estaba a punto de cambiar de carrera, lanzándose al mundo de las finanzas internacionales, cuando conoció al director que le abriría un nuevo mundo de oportunidades. Su presencia en Hollywood no terminaba de destacar, siendo de las miles de intérpretes que transitan el negocio como figuras fugaces de series de televisión (estuvo en un episodio de Almas perdidas, Num3eros y Castle), hasta que hace diez años todo cambió.
El director y la actriz se conocieron en el casting de una película que nunca se hizo. Ella estaba enamorada del personaje y asistió preparadísima, sabiéndose todas las líneas de las nueve páginas del guion que le habían entregado. Hizo la prueba dos veces pero no sentía que había conseguido transmitir la pasión que sentía por el proyecto. En ese momento, Mike Flanagan le dijo que lo repitiera pero, esta vez, que lo hiciera por ella misma, siguiendo su propia intuición. “Me sorprendió porque no sabía lo que quería decir. Me había olvidado. Pero algo en mí fue lo suficientemente valiente como para tomarme mi tiempo, que pareció una eternidad y probablemente fueron dos minutos, y descubrir qué es lo que quería [transmitir]. Y mi actuación cambió para siempre ese día”, dijo a Collider en 2021.
De todos modos, la relación no floreció aquel día. Pasó un tiempo hasta que Flanagan la llamó para ofrecerle un papel pequeño en Oculus (2013): la historia de crimen y fenómeno supernatural donde interpretaba a una de las muchas victimas del espejo que volvían en forma de ilusión fantasmagórica. La actriz original se había lesionado y necesitaban un reemplazo. El director le prometió que si aceptaba el trabajo la tendría en cuenta para otros proyectos. Y mantuvo su promesa. (Fuente: EW)
HUSH (2016) Flanagan logra un éxito en apenas 81 min. de pura tensión. Su guión es simple, pero potente, con buenos giros y soluciones inteligentes. Kate Siegel sostiene la trama de forma perfecta, transmitiendo cada segundo de terror que vive su protagonista. Muy recomendable. pic.twitter.com/cm1TBIHXK4
— Hᴇʟʟʏ Rᴀᴠᴇɴ💬 (@hellycrow) September 15, 2023
El amor surgió en los años siguientes apoyándose mutuamente. Mientras el director la ayudaba a preparar sus audiciones, ella leía sus ideas y guiones. Pero un día surgió una idea que cambiaría el rumbo de esa colaboración. Sucedió cuando, durante una cena, se les ocurrió la historia de una autora sordomuda aterrorizada por un asesino en una cabaña en medio de un bosque . Y así escribieron juntos el guion de Silencio (2016), una idea que sirvió para que Kate expresara toda su frustración hacia la industria, donde no terminaba de encontrar su lugar. “Estaba trabajando durante una etapa de mi vida en que sentía que no podía ser escuchada”, dijo a EW en 2021. “No me estaban tomando en serio y sentía que había perdido mi voz. Con ese proyecto intenté transformar mis inseguridades y debilidades en mis fuerzas”.
Silencio fue una pequeña joyita del streaming de 2016. Una película de terror que recurría al subgénero de invasión de casas y el slasher para crear una historia plagada de tensión y suspense. Fue una muestra del ingenio creativo de Flanagan donde Kate Siegel brillaba como gran protagonista. Lamentablemente, aunque Netflix la estrenó en su momento y la tuvo en su catálogo durante una larga temporada, no está disponible en la actualidad (confieso que me encantaría que la recuperaran, no solo para que aquellos que se la perdieron en su momento puedan descubrirla, sino porque no perdería la oportunidad de verla de nuevo).
Y desde entonces no dejaron de trabajar juntos. Se casaron en 2016, formando una familia con tres hijos y una filmografía que brilla en conjunto. Y es que el rostro de Kate es el más repetido, habitual y diría que hasta imprescindible en las obras de Mike Flanagan, coronándose como una de las ‘scream queens’ (reinas del grito) del terror en el streaming. Y no siempre siendo la protagonista. A veces su presencia de reduce a un mero papel fugaz o secundario. Pero nunca falta.
Fue el caso de Ouija: el origen del mal (201) o El juego de Gerald (2017), que rodó estando embarazada y donde los grandes protagonistas de la adaptación de la novela de Stephen King eran Carla Gugino y Bruce Greenwood interpretando a la esposa que despierta esposada a una cama con su marido fallecido de un ataque al corazón a su lado. Pero entonces encontró su lugar. El éxito de aquellas producciones fue abriendo el camino a la pareja, llegando a la etapa de La maldición de Hill House que no solo se convirtió en uno de los grandes éxitos de Netflix de 2018, sino en la plataforma para lanzarlos a ambos hacia el reconocimiento internacional.
El éxito de la serie derivó en un contrato de varios años para Flanagan y su socio Trevor Macy, donde Kate se convirtió en una psicóloga infantil con poderes psíquicos que se activaban a través del tacto, obligándola a llevar guantes (La maldición de Hill House), en la heredera original de la mansión protagonista (La maldición de Bly Manor) o en la superviviente de una isla que recibe la misteriosa visita de un nuevo sacerdote (Misa de medianoche). Y ahora lo hace una vez más con La caída de la casa Usher.
En esta serie limitada de ocho capítulos inspirada en el cuento corto de Edgar Allan Poe de 1839, nos encontramos con una historia que lanza destellos de Dopesick, Medicina letal y Succession en la ecuación para contar el auge y destrucción de una familia poderosa a través de la confesión del patriarca (Bruce Greenwood). A medida que avanza la trama, el personaje va detallando los eventos fantasmagóricos tras la muerte de cada uno de sus hijos. Kate Siegel interpreta a una de las descendientes, una empresaria egocéntrica, con aires de dominatrix, que engloba la perversidad tras una familia sin escrúpulos.
La caída de la casa Usher es una serie que brilla en el apartado estético y el impacto visual, transformando esta historia gótica y fantasmagórica en un cuento sobre la moral, mientras abusa del tono erótico para crear un cuento de gula, ambición y destrucción. Y si bien las críticas han sido mayoritariamente positivas, personalmente la considero un vehículo de lucimiento para la genialidad creativa de Flanagan pero no su mejor trabajo. Es previsible, incluso en los sustos, y está lejos de la atmósfera tenebrosa, oscura y envolvente de Misa de medianoche (para mí, su mejor trabajo), o la profundidad dramática de la antología La maldición. Pero si dejamos las comparaciones a un lado, La caída de la casa Usher vuelve a demostrar que Mike Flanagan ha llegado para quedarse y junto a su gran musa.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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