La dura historia real tras ‘The Revenant’

No cesan de aparecer noticias y declaraciones sobre lo duro que fue el rodaje de The Revenant, como ha sido el papel más duro física y mentalmente de Leonardo DiCaprio en toda su carrera y de como el director, Alejandro González Iñárritu, rechazó rodar en un plató con un croma buscando el realismo que adquiriría la historia con los actores sometidos a los 20 grados bajo cero de los escenarios reales en los que se rodó la película.

(Foto: © 2015 - Twentieth Century Fox)

Un rodaje muy duro para todo el equipo para una película basada en una historia real aún más dura. Después de todo, ellos llevaban sus termos, sus tiendas y sus mantas. El Hugh Glass real en cuya historia se inspiró Michael Punke para escribir la novela que ha servido de base a Iñárritu no tuvo nada eso y, encima, estaba herido de muerte.

Glass es algo así como una leyenda americana. Una historia que contar alrededor de una fogata las noches de acampada. No está muy claro dónde termina la realidad y comienza el mito, pero lo cierto es que existen varias canciones, poemas y recortes de prensa de la época que relatan su aventura. La versión más conocida es la recogida por un aspirante a periodista, según señalan en The Telegraph, que cuenta como un hombre fue atacado por un oso y sus dos crías en el verano de 1823 y logró sobrevivir.

(Foto: © 2015 - Twentieth Century Fox)

Este hombre es Hugh Glass, al que en el cine interpreta DiCaprio, un cazador de pieles que se enroló en un grupo de cien hombre en busca de castores a lo largo del río Missouri. Una de las jornadas de caza se truncó cuando un oso le atacó causándole heridas de gravedad. No le dio tiempo a sacar su rifle y solo pudo defenderse con un cuchillo. Alertados por los gritos, sus compañeros de viaje acudieron en su ayuda. Dispararon al animal en la cabeza y al retirarlo de encima de Glass comprendieron que sus horas estaban contadas.

No queriendo abandonarlo solo a su suerte, los cabecillas de la expedición decidieron que dos de ellos, John Fitzgerald (Tom Hardy) y Jim Bridger (Will Pourtel) debían quedarse con él para darle cristiana sepultura cuando muriese. Tras dos días de espera y pese a sus heridas, Glass se resistía a morir. Asustados por la presencia de nativos en la zona, sus dos guardianes decidieron echarlo en la tumba que habían cavado para él ante la proximidad del fatal desenlace. Lo cubrieron con la piel del oso y lo dejaron allí aún vivo.

(Foto: © 2015 - Twentieth Century Fox)

Lo normal habría sido que muriese, pero Glass logró recuperar ciertas fuerzas. Las suficientes para llegar al fuerte más cercano y ponerse a salvo. 200 millas arrastrándose con la nieve cubriéndole, las heridas abiertas hasta el hueso y una pierna rota. Milagrosamente y tras varios meses de recuperación se repuso con una sola idea en la cabeza: encontrar a Fitzgerald y Bridger y vengarse.

Algunas historias dicen que fue secuestrado por un pirata y otras que capturado por una tribu. Lo que asegura el profesor Jon T. Coleman, del departamento de Historia de la Universidad de Notre Dame, es que Glass acabó dando con los dos hombres que lo tiraron a la tumba y, lejos de vengarse, les perdonó la vida. Si ese es el final elegido por Iñárritu o no lo sabremos el cinco de febrero cuando se estrene en España. O una semanas antes si alguien decide spoilear ya que la fecha española de estreno es de las más tardías.