La jugada de ‘Socialité’ a Encarnita Polo resulta especialmente dolorosa

Telecinco varió su habitual programación este martes 1 de noviembre. Al ser día festivo nacional, en la franja de la sobremesa no vimos Ya es mediodía, sino que su franja fue ocupada por Socialité, y una de las protagonistas de la emisión fue la cantante Encarnita Polo. En principio, la intérprete de canciones como ‘Paco, Paco’ o ‘Pepa Bandera’ quería exponer su delicada situación económica, pero pronto su intervención dio a un giro que resultó mucho más doloroso, porque afectó a su imagen personal.

Sobre el dinero, Encarnita explicó que en su día ganó mucho dinero, pero que “un diablillo” que tuvo a su lado, una pareja, entendemos, le hizo perder más de 20 millones de pesetas, 120.000 euros al cambio actual. “No tiene casi dinero para llegar a fin de mes. No recibe llamadas para trabajar en televisión y pide que la vuelvan a tener en cuenta a sus 83 años”, relataba el reportero Álex Álvarez, que fue el encargado de entrevistarla. Con humildad, la cantante explicó cómo empeña sus joyas para tener dinero en efectivo, y lamentó haber sufrido decepciones personales con personas tan famosas como Kiko Hernández. “No es buena persona”, afirmó del colaborador de Sálvame.

Eso fue en un primer bloque del programa. A continuación, la imagen de Encarnita como una mujer sin recursos quedó a un lado y la presentaron como una persona homófoba. Así, ofrecieron declaraciones suyas, en el mismo encuentro, en las que afirmaba que no veía bien que dos hombres o dos mujeres se pudiesen casar. También cargó contra los gays que tienen pluma, “salvo que estemos de cachondeo”. “A mí me gusta la gente que es gay pero que no van por la calle como locas, sino que son personas normales”, aseguró en ese mismo sentido.

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Ya en el plató, María Patiño lamentaba las declaraciones, y recordaba que esto que está diciendo Encarnita, por desgracia, es lo mismo que opinan muchas otras personas. Álex Álvarez, el periodista que charló con la cantante, explicó que todo esto vino porque le preguntó por el cariño que le tiene la comunidad LGBTIQ+, pues ella ha actuado en el Orgullo de Madrid, ha sido jurado en certámenes como el Gayvisión que se hizo durante dos años en Torremolinos, o incluso llegó a grabar una colaboración con el grupo Locomía. El comunicador se sorprendió de todo lo que dijo Encarnita, y aseguró que, de saberlo, ni siquiera se hubiese trasladado a Ávila para charlar con ella y relatar su delicada situación económica y su búsqueda de trabajo en los medios de comunicación.

¿Ha estado desacertada Encarnita Polo? Muchísimo. Ella misma lo sabe, y lo ha reconocido en su página de Facebook, donde aseguró no querer haber faltado el respeto a nadie. Y cargó contra el programa por “la emisión, malintencionada y fuera de contexto de mis palabras”, que ofrecen “una imagen equivocada de mí”.

Pero no deja de resultar llamativo que Socialité se prestase en principio a ayudarla, pues quería buscar un trabajo, y, sin embargo, lo que han hecho es ensuciar su imagen. Quizá las palabras están fuera de contexto, pero las dijo, y eso es así, mas ¿qué se gana poniendo a Encarnita a los pies de los caballos a estas alturas de la película, generando una oleada de odio en redes sociales hacia su persona?

Hablamos de una mujer de 83 años, que nunca se ha caracterizado por dar escándalos en la prensa del corazón, ni inventarse montajes, ni nada por el estilo. Que siempre ha sido muy discreta y agradable, que ha participado en cualquier evento en el que la hayan requerido. En definitiva, que se merece un poco de protección, y más, si tiene una situación monetaria vulnerable.

Habría sido mucho más elegante por parte de Socialité obviar ese trozo de la entrevista, porque se ha ensuciado sin necesidad su legado, su carrera, su persona. Repito, por más que haya tenido palabras desafortunadas, fuera de contexto o no.

Esa misma tarde, en Telecinco, el programa Fiesta aseguró tener unas fotografías de Rafa Mora con “dos copas de más”, y tras vender humo sobre si las veríamos o no, finalmente optaron por no emitirlas. Según Emma García, “5 minutos en la vida de una persona no representan el todo. Esto sería destruir literalmente a una persona”. Un criterio que vale para trabajadores de la casa como Rafa, pero no para señoras de 83 años que están lamentando no tener recursos económicos, como Encarnita Polo.

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