Yahoo Estilo La lucha de Alejandro Ibarra contra una enfermedad incurable que le apaga la voz
Reponer cada cierto tiempo la icónica Vaselina funciona siempre, y a menos de dos meses de su estreno, sus actores se han empeñado en recordarnos que será un agasajo tener en el escenario a Timbiriche —al menos una parte de ellos porque Sasha y Paulina Rubio están en el limbo— o ver de regreso a otras estrellas como Andrea Legarreta, Angélica Vale, por ejemplo.
Y luego está Alejandro Ibarra, que al igual que los timbiriches, tiene una historia muy personal con Vaselina: su madre, la cantante y productora Julissa, tiene los derechos sobre el nombre y las canciones de la versión en español; su padre, Benny Ibarra, fue el primer 'Danny Zuko', mismo personaje que ha interpretado al igual que su hermano Benny, que repite el papel.
Para Alex también significa un reto muy particular: desde hace varios años padece disfonía espasmódica, una condición que dificulta el habla debido a los espasmos de los músculos que controlan las cuerdas vocales. Entonces, sumarse a la producción que en esta ocasión llevan Erik Rubín y Alejandro Gou, le ha significado reforzar su tratamiento de bótox inyectado para que el día del estreno, no tenga lo que él llama un tipo de Párkinson vocal en el escenario.
El espectáculo no le ha sido ajeno a Ibarra. Además de sus padres, sus abuelos maternos también han sido grandes de la industria (el productor televisivo Luis de Llano Palmer y la actriz y modista Rita Macedo), por lo que desde niño comenzó a aventurarse tanto en la actuación, el canto, hasta en la producción.
Su talento actoral en musicales también le dio la certeza para lanzarse como cantante y de hecho grabó un par de canciones, algunas de sus telenovelas como 'Yo quiero contigo' de Alcanzar una estrella, pero en algún momento su voz comenzó a "traicionarle" cuando cantaba, por lo que decidió abandonar esa faceta y dedicarse por completo a la actuación. Desafortunadamente, la historia se repitió paulatinamente, "las cuerdas se aprietan tanto que al intentar sacar sonido, las fuerzas y te lastimas".
"Todos piensan que es la voz, pero la cosa es neurológica: es un 'cable' que conecta el cerebro con las cuerdas, ese cable está mal, manda una señal equivocada a mis cuerdas que hace que tenga espasmos involuntarios, disfonía espasmódica, me inyectan bótox en las cuerdas vocales, se paralizan y no chocan entre sí, puedo emitir sonido normal pero no estoy enfermo", le contó a Adela Micha recientemente.
Antes de descubrir qué le ocurría, el protagonista de Gotita de amor acudió a cuanto especialista se le recomendó —psicólogo, psiquiatra—, respondió a cuanta pregunta se le hizo sobre si un agente como el frío le estaría afectando, y probó de todo. "Regresiones, me hipnotizaron... de todo, pero es como, yo lo veo como el Párkinson, se me mueven las cuerdas vocales".
Con un semirretiro y aún sin saber qué le pasaba en la voz, la respuesta a su padecimiento la encontró escuchando a Martha Debayle. "Literal, de repente sale un doctor, Fermín Zubiaur, empezó a hablar del tema, 'es esto, esto tengo', apunté su número, hice mi cita, fui con él, me inyectó; la cosa es que luego me quedo hablando así (como si estuviera afónico) dos meses".
Pero ya que regresa la voz, bueno, Pavarotti se queda... ¡podía cantar!, iba en el coche, mis canciones favoritas, deja tú el teatro, ¡el coche!, pero sin ningún espasmo. Es una enfermedad de por vida.Alejandro Ibarra
"Me costó porque empiezas a perder trabajo, haciendo teatro no hay problema, porque puedes inventar una voz, la que quieras; ¿pero en televisión?, es complicado. Cuando la inyección funciona y funciona bien, mi voz es perfecta; la cosa es que me tienen que avisar con tiempo, tengo que tener dos mesesitos para poder llegar", dijo.
De ahí que para Vaselina Timbiriche, que se estrenará en julio próximo, el actor ha comenzado a reforzar su tratamiento para llegar al cien con su personaje 'Eugenio'. No descarta que previo al estreno, vuelva a inyectarse para poder tener ese "control" sobre sus cuerdas vocales.
Y sobre su enfermedad, Ibarra señala que es algo con lo que tendrá que convivir toda su vida pues no hay cura y, además, conoce a poca gente que tenga el mismo padecimiento, por lo que también debe vivir con esta condición en solitario.
