Yahoo Estilo La nieta de Lupita D’Alessio reclama su lugar en la dinastía con su voz
Sara María D'Alessio solo tiene 13 años, y sin que esto sea un obstáculo, sus deseos de ser la próxima representante del clan D'Alessio en el mundo de la música —y la primera mujer en dos generaciones— parece ser que se convertirán en una realidad, aún pese al escepticismo de muchos que dudaban de su talento.
La hija mayor de Ernesto D'Alessio, el segundo hijo de la "Leona dormida" y su primer marido, el fallecido actor y cantante Jorge Vargas, hizo su debut formal como cantante en un concierto virtual, grabado el 24 de febrero, al lado de su famosa abuela, interpretando a dueto el tema "Mi corazón es un gitano" (original del baladista y compositor italiano Nicola Di Bari), que fue el primer gran éxito de Lupita, lanzado hace 50 años.
Siempre que el descendiente directo de un artista famoso anuncia su intención de seguir sus pasos, es casi inmediata la reacción de escepticismo por parte del público: y es que realmente han sido pocos aquellos quienes tratan de seguir los pasos de un progenitor célebre. Alejandro Fernández viene a la mente, al igual que Pepe Aguilar. Alejandra Guzmán se hizo cantante, para no tener que cargar con la sombra de su madre, como le hubiera ocurrido de haberse dedicado a ser actriz como sus hermanas Silvia Pasquel o Viridiana Alatriste.
En el caso de los D'Alessio, lo cierto es que ninguno de los tres hijos de la intérprete de 'Mudanzas', 'Mentiras', 'Acaríciame' y tantos otros temas, ha estado a la altura de su madre en cuestión interpretativa (por no decir de carácter); acaso sea que el más cercano a su madre a nivel talento, sea Ernesto, el padre de Sara María, quien quiso seguir los pasos de su madre cantando, y en el teatro musical, pero ni de lejos ha podido alcanzar a Lupita; será por eso que ahora es un político conservador.
Por su parte, Jorge, el hijo mayor, encabeza un grupo llamado 'Matute', que se especializa en hacer covers de música de los 80, aunque se trata más bien de un conjunto coreográfico musical que no le exige demasiado al primogénito, mientras que César, el menor, por desgracia, se ha decantado por el camino de las controversias y los escándalos que también han marcado la vida de su madre.
Ahora, es la nieta quien busca refrendar el título de cantante y todo parece indicar, si tomamos en cuenta los videos que se han subido a YouTube de Sara María cantando tanto con su padre como con su abuela, hay suficiente material para evaluar y la voz de la niña (porque todavía lo es) es espléndida y preparada: algo que le viene de herencia.
Ahora bien, y esto es algo que ciertamente sus padres tienen que haber contemplado, Sara María es un talento natural, pero hay que protegerla de aquello que le arrebató el lustre que alguna vez tuvo la estrella de su abuela: las inseguridades, la adicción, la depresión. Aunque sus ideas son reaccionarias, Ernesto ha sido un buen padre y había mantenido a su hija lejos de los reflectores, hasta que ella los reclamó para poder asomarse a la farándula, y aunque solo tiene 13 años, esto puede ser una ventaja para poder hacer las cosas bien.
Ahora está por ver si consigue, cuidando y preparando su voz, el poder llegar, en una nueva generación y un nuevo siglo, a donde ningún otro D'Alessio —esto incluye a su padre y a sus tíos, tal vez hasta su abuela— ha conseguido llegar antes en el estrellato.
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