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A Little Love Package, una elegía de los cafés vacíos de la pandemia

A Little Love Package se exhibe en el Malba
A Little Love Package se exhibe en el Malba

Dos mujeres caminan y dialogan, descubren lugares, recogen vestigios de tradiciones a punto de desaparecer. Esa podría ser la esquela de presentación de A Little Love Package, la nueva película de Gastón Solnicki que puede verse en el Malba, una excursión a la Viena de las vísperas de la prohibición de fumar en los bares, signada por los tiempos de la pandemia y la cuarentena, ciudad fantasmal y legendaria.

Desde sus primeras películas nacidas del documental (Süden, Papirosen), el cine de Solnicki ha ido caminando en la cornisa de la experimentación, pensando la ficción como un fresco cultural algo irónico (Kékszakállú), mezclando registros rigurosos con climas enrarecidos, ensayando a través del viaje al pasado la memoria de lo perdido (Introduzione all’oscuro). A Little Love Package funciona como una extraña travesía, el recorrido por geografías lejanas y cercanas al mismo tiempo, como Viena y Andalucía, una arqueología de oficios en extinción, un periplo de hallazgos y elucubraciones. Una película nacida de improviso, como despedida de un pasado, como premonición de un incierto futuro.

“En 2019 estaba en la querida Viennale presentando Circumplector, un cortometraje de poco más de dos minutos y cinco planos que filmé en el encuentro con la catedral de Notre Dame dos días antes del incendio. Un corto que nació de una encrucijada. La hipótesis mística decía que las esculturas que removieron habían sido ubicadas para proteger a la catedral del fuego; y la hipótesis policial planteaba que la grúa con la que sacaron las estatuas hizo un cortocircuito. Ambas estaban documentadas en la imagen de San Bartolomeo decapitado que grabé con el teléfono, flotando en el cielo con un libro y un cuchillo. En Viena me enteré de la prohibición de fumar, y la encontré simbólica del final de una era, que incluía toda una tradición y gestualidad. Pensé que sería una manera interesante de empezar una película”, revela Solnicki en una entrevista con LA NACION.

El puntapié inicial fueron aquellas últimas horas de humo legal, registradas con un pequeño equipo improvisado. Un año después ese equipo regresó a la ciudad en plena cuarentena para capturar una serie de situaciones insólitas, tanto humanas como arquitectónicas. “Cafés vacíos, museos y calles también vacíos. Yo no quería hacer una película sobre la pandemia, me importaba que no estuviera atada a eso. Pero la atmósfera de horror ha estado siempre presente en mis películas” continúa el director. Ese clima del comienzo encuentra ecos en una Viena antigua, quizás salida de alguna pintura de la vanguardia de entreguerra, poblada de colores ocres y siluetas en penumbras, espacios espectrales que preparan el terreno para una aparición. Quienes arriban son dos mujeres, las actrices Angeliki Papoulia (conocida por sus apariciones en el cine de Yorgos Lanthimos) y Carmen Chaplin (nieta del mítico Charles Chaplin), recorriendo la fría capital de Austria en la búsqueda de un departamento para alquilar. Anhelos arquitectónicos, algún ligero esnobismo y un mundo material definido en euros se enredan en el caminar de las amigas, en sus meditadas conversaciones, sus encuentros y desencuentros con esa enigmática ciudad.

A Little Love Package (2022).
A Little Love Package (2022).

El cine de Solnicki nace del material registrado. “La escritura es el montaje”, se atreve a confesar. Sin guion ni ideas prefabricadas de antemano, el aire de la ciudad exhala la historia. “En el momento de diseñar nuestras estrategias narrativas, decidimos apostar por la relación entre Carmen y Angeliki. Dos amigas con las que quería trabajar, que no se conocían entre sí. La dinámica entre las protagonistas era uno de los misterios del rodaje: si llegábamos a viajar, en plena cuarentena mundial, ¿qué pasaría entre ellas? La búsqueda inmobiliaria era un punto de partida. Lo interesante de trabajar sin un guion es que se puede entrar en ciertas zonas a las cuáles sería muy difícil llegar con alguna planificación. La ternura del encargado del edificio en el que vivíamos (que se parece a Daniel Barenboim) o del padre de Carmen, le dieron un fondo muy emotivo a la película, que por cierto resuena mucho en las funciones del Malba. Está pasando algo acá que no vi antes en el recorrido de los festivales. Una especie de catarsis colectiva.”

Esa catarsis parece motivada por una emoción subterránea difícil de dilucidar. Contenida en la irremediable despedida del pasado, de la Viena con humo en los bares, de los oficios artesanales como la confección de zapatos o la preparación manual de los quesos, y también en el transcurrir del tiempo en la verde Andalucía, cuando Carmen Chaplin visita a su famosa familia (recordemos que es hija de Michael Chaplin, segundo hijo de Chaplin y Oona O´Neil, sobrina de Geraldine Chaplin y bisnieta del dramaturgo Eugene O’Neil) y agita su memoria entre reproches y excursiones. La atmósfera de la película se delinea en esa imprevisión, en la gestación de un camino que no tiene un destino de antemano. “Cuando las películas se construyen en torno a una línea narrativa más clásica, se puede trazar un mapa, una cierta racionalidad que une a los materiales y los organiza. En mis películas todo suele empezar por una cosa que me interesa filmar y a partir de allí se van desprendiendo posibilidades. La lógica que seguimos tiene que ver con la intuición. Los lugares que elijo son el principal disparador”. Y Viena resulta el sitio en que se movieron los antepasados de Solnicki, un mundo extraño y a la vez familiar, un itinerario circular que lo lleva al origen.

A Little Love Package (2022).
A Little Love Package (2022).

A Little Love Package ensaya un uso inusual de la voz en off del escritor mexicano Mario Bellantin, portadora de una sonoridad poética y algo críptica. Su relato es menos el hilo conductor que el comentario mordaz sobre ese mundo caótico y placentero, es también un vestigio de la oralidad de antaño, una conexión con un idioma tan distinto al de los diálogos. “Esos mensajes insomnes y noctámbulos que Mario nos dedicaba, y que en vano intentamos volver a grabar en un estudio, abren la película y la acercan a otro imperio, latinoamericano en ese caso. En una película de aparente identidad difusa, eso era algo que me seducía. Hay en la palabra un gran amor por esa cultura familiar del Este y sus tradiciones. En Viena, en particular, el tiempo está cristalizado de una manera sorprendente y en ciertos momentos resulta imposible determinar en qué instante de la historia nos encontramos. La narración de Mario Bellatin juega con eso y abre la película de una manera muy curiosa. Para mí era importante acercar la película a la lengua materna.”

"No sabíamos mucho lo que estábamos haciendo", dice Solnicki
El director Gastón Solnicki

El trabajo con el plano fijo, la importancia de los detalles, el uso de la música clásica. El ideario de Solnicki parece inalterable, aún en su peregrinación del documental a la ficción, y resulta reacio al decálogo de la autoría y sí unido en busca de de un camino propio, no dictado por mandatos sino por imperceptibles descubrimientos. “En Kékszakállú empezó cierta transición hacia la ficción. Fueron apareciendo actores y una manera distinta de encarar los rodajes. Cuando arranco un nuevo proyecto, trato de no marearme en la búsqueda de originalidad, y por otro lado de no repetir siempre lo mismo”, sintetiza. Ese itinerario resulta a veces difícil de consagrar fuera del espacio de los festivales y de salas alternativas como la del Malba o la Lugones. Por ello la pulsión por hallar un espacio de encuentro con el espectador es algo que también nutre la búsqueda del director, sus reflexiones sobre el estado de la distribución y la exhibición del cine argentino, la celebración de esos intercambios inesperados con quienes se sienta en la butaca.

A Little Love Package (2022).
A Little Love Package (2022).

“Los festivales de cine son el hábitat en el que existieron mis películas durante estos años”, señala el director, asiduo a esos circuitos fuera del mainstream. “Es un espacio que está dañado, al igual que el de los cines, que ha perdido mucha calidad. Es triste decirlo, pero finalmente la televisión está ganando la vieja batalla. Y no me refiero a Netflix y a los llamados contenidos, sino a las condiciones técnicas en las que se ven las películas. No tengo miedo por la desaparición de los cines, creo verdaderamente en su futuro. Pero estamos ante un mundo distinto que el de hace 20 años. Antes eran la única posibilidad de ver y de descubrir ciertas películas. Además viajaban copias en 35 milímetros y era un verdadero lujo. Hoy los festivales se encuentran ante verdaderos desafíos para convocar a su público. Por mi parte, siempre consideré la distribución y la exhibición de las películas como una parte importante de mi trabajo.”

La exhibición en espacios fuera de los circuitos tradicionales ha deparado un alimento necesario para las películas. Aún frente a los prejuicios que preceden al llamado cine “experimental”, los públicos encuentran un diálogo posible, un placer secreto, una emoción sorprendente. Así lo celebra Gastón Solnicki a modo de conclusión sobre su experiencia con A Little Love Pakage: “Después de una proyección en Varsovia, una señora pidió el micrófono para decir que no entendía qué tenía que ver una cosa con la otra, porqué íbamos de Viena a Andalucía o qué función cumplía tal personaje, y afirmó que se preguntaba mientras veía la película porqué la mostraban o para qué la habría hecho. Pero en un momento se conmovió y pensó: esto es la vida o eso que da sentido a la vida, y agradeció la proyección. En el interior de Francia, otra señora dijo que había estado perdida gran parte de la película, pero confesó que había disfrutado la sensación de extravío. En el Malba está pasando lo mismo. No eran ni cinéfilas, ni eruditas. Descubrían ese placer adictivo de la digresión que existe en los cuentos infantiles, el folclore y la cocina; todos llenos de veneno, de fermentos y de atonalidad. Placeres que todos conocemos y disfrutamos”.

A Little Love Package puede verse el 1°de abril, a las 18, en Museo Malba, Figueroa Alcorta 3415. Entradas desde 275 pesos.