Llevas utilizando la servilleta en la mesa mal toda la vida

Ah, los modales en la mesa. ¿Quién no recuerda a sus padres aleccionándolo sobre el correcto uso de los cubiertos? El tema de los codos también era uno de esos que podían generar más de una discusión. Poco a poco, nos vamos quedando en la cabeza con los básicos, incluido el uso del cuchillo del pescado (o es una pala), aunque quizá hay un aspecto que solemos pasar por alto: el uso de la servilleta. Sí, nos referimos a esa porción de tela que solemos emplear para limpiarnos la boca (no, la manga no entra dentro de esta categoría). Vamos a ser sinceros, en esta modalidad seguimos sacando suspenso. Para ahondar en los errores más comunes que cometemos con la servilleta hemos hablado con los chicos del restaurante Bodega de los Secretos de Madrid que nos han soplado los principales errores. También hemos consultado algún manual de etiqueta en la mesa. Para que se vea que tenemos propósito de enmienda.

Así, así, doblada sobre el platito. Foto: Getty Creative
Así, así, doblada sobre el platito. Foto: Getty Creative
  • ¿La colocas sobre el plato antes de empezar? Pues felicidades, estás haciendo MUY bien. Antes de empezar la comida, la forma correcta de colocar la servilleta es encima del plato. De hecho, esto tiene una explicación lógica, protege al plato de cualquier mota de polvo, ceniza o migas que pueda caer sobre él. Es cierto que también se puede colocar de forma indistinta en el lado derecho o en lado izquierdo, según la costumbre de cada cultura. Lo que no se recomienda es colocarla dentro de una copa (aunque todos lo hemos visto en alguna cena de Navidad o fiesta de guardar).

  • La servilleta bordada o decorada solo tiene UNA posición. Da igual que se trate de unas iniciales, el nombre o logo del restaurante o una filigrana de la marca textil: si la servilleta tiene algún tipo de bordado o anagrama, hay que disponerla con el logo o bordado visible. Claro que esto tiene toda la lógica del mundo. ¿De qué iba a servir si no que estuviera bordada?

  • Lo de hacer origami con ella, cómo que no (ni aunque lo hayas visto en tutoriales cuquis). La mejor forma es doblarla de forma rectangular o triangular. Los doblados creativos no tienen cabida en comidas formales o en ocasiones especiales. Aunque si alguien quiere ponerse creativo, allá él...

Doblarla de manera sencilla tiene premio. No hace falta hacerse el artista. Foto: Getty Creative
Doblarla de manera sencilla tiene premio. No hace falta hacerse el artista. Foto: Getty Creative
  • Como norma general, la servilleta NUNCA debe estar en la mesa. Puede que esta información le vuele la cabeza a más de uno, pero así es: una vez que se inicia la comida, la servilleta debe tomarse de la mesa, desdoblarse y colocarse sobre el regazo. Si tiene un tamaño grande, podemos situarla en el regazo doblada por la mitad. Lo de tenerla a mano sobre la mesa para ir usándola de forma descontrolada no está recomendado en ningún caso...

  • Lo de atársela al cuello SOLO se permite en los dibujos animados. Nunca se debe colocar anudada al cuello, como si fuese un babero. Esta forma está permitida solo en los niños. En el libro Complete Guide to the New Manners de Letitia Baldridge nos encontramos un truco para aquellos que hacen cualquier cosa con tal de no mancharse la camisa. Lo que Baldridge recomienda es acercarse a la mesa, inclinarse sobre ella y tomar una esquina de la servilleta con la mano izquierda para cubrirse el cuerpo de posibles salpicaduras de platos como sopa, pasta o carnes o pescados con mucha salsa. Se emplea la otra mano para comer. Por supuesto, es al revés si el comensal es zurdo...

  • Tengo que ir al servicio, ¿qué hago? Buena pregunta. Veamos que dice Letitia Baldridge. La sugerencia de esta campeona de la etiqueta es que la dejemos sobre el asiento de la silla. ¿Por qué? "Porque no hay nada menos apetecible que ver la servilleta sucia de otra persona sobre la mesa", nos replica la Baldridge, a la que imaginamos con la voz de la Sra. Doubtfire.

Así, no. La servilleta no es un babero. Foto: Getty Creative
Así, no. La servilleta no es un babero. Foto: Getty Creative
  • Ojo con el pintalabios. "La servilleta solo debe utilizarse para limpiarse los labios antes y después de beber, ya que de esta manera evitamos que se ensucien las copas, y para limpiarnos de cualquier mancha o resto de comida. Nunca debe utilizarse como si fuese una toalla, una bayeta o un pañuelo", nos recuerdan desde la Bodega de los Secretos. ¿Y si alguien de la mesa lleva los labios pintados? Volvemos a los sabios consejos de Letitia, que aconseja pasar antes del inicio de la comida por el servicio para quitarse la pintura y poder comer sin miedo a dejar una roja impronta sobre la servilleta.

  • Si está muy sucia, cámbiala YA. En caso de que la cosa se vaya de madre y la servilleta se ensucie más de la cuenta, en la Bodega de los Secretos animan a pedir el cambio, como si de un futbolista lesionado se tratara.

  • Si has acabado y te vas, ponla sobre la mesa EXTENDIDA. Una vez que hayamos terminado de comer, los chicos de la Bodega de los Secretos animan a dejarla sobre la mesa. Eso sí, mejor por el lado más limpio. Esta es la mejor manera de dejar una buena impresión y de evitar llamar la atención sobre cómo la hemos empleado... Letitia Baldridge recomienda también como consejo extra evitar un doblado excesivo, por si acaso alguien la recoge pensando que está sin usar y... nos hacemos una idea de lo que podría pasar, ¿verdad?