Look de latina, un estereotipo aún por derribar en EEUU
"Ah, ¿pero es que eres latina?", me dijo la vecina con decepción. "No pareces. Eres muy blanca y no te gusta el reguetón", agregó para terminar su observación… Quise responderle que si quería podía prestarle un vestido pegado con escote, y no es que tenga algo de malo, es que cada quien es diferente. Ya la vecina y, en general una sociedad con el prejuicio internalizado, deberían saber que es irrespetuoso insistir en homogeneizar la latinidad, aunque los medios sostengan, ya cada vez menos, el estereotipo de la latina sexy, exótica que al mínimo sonido musical hace dos pasos de “perreo”.
Ojalá que la idea que se ha perpetuado en los medios estuviese concentrada solo en una cuestión de apariencias, pero no. La homogeneidad incluye no solo el cabello largo, el cuerpo voluptuoso y sexy, sino también una actitud demasiado folklórica, escandalosa y que suele dar risa por tener acento al hablar inglés. Que lo diga Gloria, de Modern Family, famosa por sus frases disparatadas e interpretada con mucho éxito por Sofía Vergara.
Aunque existe cada vez mayor representación de la latinidad sin estereotipos en la industria del espectáculo -que es la gran referencia cultural, nos guste o no-, siempre vale la pena revisar cómo se ha llegado a este punto.
Aglaia Berlutti, escritora pop, activista y especialista en temas de la identidad de la mujer, explica que los estereotipos tienen lo que es comerciable y vendible. "Estados Unidos ha comercializado su industria cinematográfica a nivel corporativo. Desde todos los ámbitos de la industria se trabaja en crear material para que sea muy consumible, exitoso y redituable, apuntando a un público objetivo, que por mucho tiempo estuvo compuesto por blancos, clase media, protestantes".
"El tema es que para esa mayoría en el público objetivo, no había diferencia entre las distintas representaciones de latinos. Todos, por mucho tiempo, fuimos los mismos, lo cual es bastante irrespetuoso, pero además bastante ingenuo, porque se sumaba todo lo que se creía que era la latinidad", dice.
Es por eso que aún hoy se observan referencias en las que todos los latinos tenemos la piel tostada, comemos tacos, y bailamos flamenco al ritmo de un mariachi. Se trata del panhispanismo y, según un artículo de la Universidad Duisburg, Alemania, surge del proceso de simplificación que implica el concepto de estereotipo.
En las mujeres especialmente, según afirma la escritora, se ha establecido el estereotipo de la mujer sexualmente accesible, exótica y misteriosa, absolutamente lo contrario a la mujer estadounidense, por lo que resulta asombrosa. Y esto ha afectado intensamente al imaginario de la cultura pop.
De Carmen Miranda a JLo
Un ejemplo interesante de la homogenización de la latinidad fue, en su momento, Carmen Miranda. “Ella era un espectáculo en sí misma y representaba otro de los estereotipos de la mujer latina: el ser muy alegre, feliz y despreocupada. De alguna forma, combinaba a la mujer brasileña con la cubana o la dominicana”. Cabe agregar lo paradójico que resulta que Miranda, en realidad, era portuguesa… así de confuso era el concepto destinado al único consumo de la imagen y la gesticulación exagerada.
Con el paso del tiempo, se amplía el mercado. El público objetivo se diversifica y las cosas cambian, un poco. Berlutti señala que el hecho de que se ampliara el mercado, con el progreso de otras etnias, razas y religiones hizo también que quedara en evidencia que no tenían representación en la industria. “Ahora hay un ancho demográfico con mayor poder adquisitivo que reclama verse identificado”.
Así, en la década de los 90, aparecen figuras como Jennifer López, que si bien sostiene la imagen sexy e insaciable que se espera de la latina, es una superpotencia: “Ella es actriz, cantante, es empresaria, es la primera mujer en tener una película en primer lugar de taquilla y la misma semana un disco número uno en ventas; la primera actriz latina en ganar un millón de dólares, ella es hoy una marca que se traduce en la conclusión de todos los deseos y aspiraciones de los latinos, siendo referencia su imagen de éxito y empoderamiento para la mujer latina”.
De esta manera, el estereotipo signado por la sensualidad se ve enriquecido por el talento y las capacidades profesionales. Algo es algo. Sin embargo, aún hay mucho por hacer, puesto que estos parámetros tienen efectos negativos, como que se sostiene la idea de la hipersexualización, la discriminación, o que no se reconoce la variedad cultural inmensa que aporta diversidad, tradiciones y distintos talentos.
Para Alejandro Celedón Mendoza, periodista especializado en estilo de vida, es necesario insistir en rebatir la percepción que, en general, se tiene del latino en Estados Unidos, la cual describe como negativa. “Se nos ve como personas ignorantes, pobres, incapaces de hablar un inglés correcto y también se nos sexualiza. En el caso de la mujer el asunto se reviste de un exotismo que las limita a un aspecto específico, son intelectualmente limitadas y siempre acompañada de un hombre que se asume con desconfianza”.
“Hemos visto esto en el cine hasta el cansancio y está divorciado de la realidad. Son miles las mujeres latinas que se caracterizan por su inteligencia, por su capacidad de trabajo y talento”, agrega Celedón.
Está bien destacar lo que nos diferencia. Está bien enorgullecernos de nuestros rizos, o del cabello claro, del tono de nuestra piel, cualquiera que sea, o de la alegría que nos caracteriza, pero también está bien ser una voz que marque la diferencia y destacar que hay otras características en nuestra etnia que no están relacionadas con la pasión, las curvas o el ser sexy.
Según The Latin Way, plataforma dedicada al crecimiento latino, por solo nombrar algunos aportes, los latinos representamos el 18% de la población en EEUU; los emprendimientos latinos se mantienen en crecimiento permanente, de hecho, hay más emprendedores latinoamericanos que asiáticos; en la gastronomía, la música y el deporte, las aportaciones latinas son innumerables.
En lugar de defender reactivamente lo que somos, celebrémoslo demostrando que nuestro crecimiento como comunidad y aporte en la cultura y desarrollo de este país es innegable.