Lorena Herrera muestra su lado más humano en un reality que enfrenta a las "reinas" de la TV

Lorena Herrera muestra su lado humano en 'Siempre reinas'.  (Photo by Jaime Nogales/Medios y Media/Getty Images)
Lorena Herrera muestra su lado humano en 'Siempre reinas'. (Photo by Jaime Nogales/Medios y Media/Getty Images)

Detrás del show de los conflictos entre las integrantes del elenco de Siempre reinas existen subtramas que muestran el lado humano de las celebridades. Eso se puede apreciar con Lorena Herrera en el quinto episodio de la segunda temporada de la serie en un breve encuentro que sostiene con la activista trans Samantha Flores García.

Entre las actividades que lleva a cabo Herrera como parte de sus compromisos, ella se reúne por primera vez en persona con Flores para conversar. La actriz se muestra contenta por conocerla debido a lo que representa en la defensa de los derechos humanos y porque es la fundadora de Vida alegre, un albergue para adultos mayores de la comunidad LGBTIQ+ en Ciudad de México que fue puesto en marcha en 2017.

La también cantante hace saber que el 100% de los ingresos que recaude su nuevo éxito, Viva la vida, será destinado al albergue. Esto es un donativo independiente a lo que aporta a título personal para la labor de esa institución.

Curiosa por informarse más de lo que significa Vida alegre, Lorena escucha con atención a Samantha, quien precisa cuál es la principal adversidad que enfrentan sus huéspedes: "luchamos contra dos cosas: el abandono y la soledad. Nadie sabe que existimos siquiera".

Es entonces cuando se puede notar una reacción completamente distinta al carácter que muestra Lorena Herrera a lo largo de la serie. Vulnerable y conmovida, rompe en llanto para responder a Samantha acerca del por qué le nace apoyar al albergue y a los adultos mayores de la comunidad.

"La comunidad LGBT son los que me han apoyado desde que empecé a cantar. Me han dado tanto que es como regresar un poquito. Vi lo que tú hacías con una casa para ayudar a gente de la tercera edad y me tocó mucho. el corazón, la verdad, porque siempre he visto que a la gente mayor la hacen a un lado", explicó.

En este contexto, la actriz funge como una figura pública que pone sobre la mesa una problemática social de la cual no se siente ajena ni exenta. Más bien, lo opuesto: sabe que es una situación que nos toca a todos y una deuda pendiente que tenemos como sociedad.

Por un lado, y con plena conciencia de que está cerca de cumplir la edad que oficialmente la define como adulta mayor, Herrera es consciente de que nada está garantizado en esta vida, y al no haber tenido hijos ella también podría enfrentar una situación de abandono en su vejez.

También contribuye a visibilizar la tolerancia y el respeto a la diversidad sexual en una cultura machista y violenta que desdeña a todo individuo que sea considerado "diferente". En este caso lo hace mediante un contenido de una plataforma como Netflix, lo que se traduce en un mayor impacto en la audiencia.

No menos importante es la humildad que manifiesta desde el lado de la fama. Valora a sus fans y seguidores. Les da su lugar no solamente con palabras sino también con hechos. Convive con ellos, ejerce responsabilidad social con causas que requieran de su apoyo, aboga por sus derechos. Se encarga de acercar a la ídola y estrella a su público.

Vida alegre, la salvación de una comunidad olvidada

Que se haya reunido con Samantha Flores en una serie como Siempre reinas es muy significativo. Al hacerlo permite que los espectadores descubran a una activista que por cuatro décadas ha luchado por erradicar la violencia contra las mujeres en el norte de México y contra la discriminación que existe hacia la comunidad LGBTIQ.

"Mis mejores amigos, mis amigos más amados, murieron de VIH. Perdí la cuenta. Si digo 300, no exagero", declaró Flores a The New York Times en una entrevista hecha en 2021 por Óscar López. Esos fallecimientos como consecuencia del sida la impulsaron a tomar acciones en pro de defender los derechos de poblaciones vulnerables.

A principios de los 80 regresó al país después de radicar en Los Ángeles. En su retorno comenzó a colaborar como voluntaria con organizaciones benéficas contra el sida a través de recaudación de fondos para ayudar a niños con VIH. Posteriormente se sumó a asociaciones en defensa de las mujeres violentadas en la zona norte. Participó en obras como Los monólogos de la vagina para generar recursos.

Su incursión en el activismo social la colocó más de tres décadas frente a otra realidad que no se atendía en México, el sector de la tercera edad en la comunidad LGBTIQ+. Por eso, tras sugerencia de un amigo, se animó a abrir Vida alegre en la colonia Álamos para combatir la soledad y el abandono en la urbe.

"Invito a todo mundo a que nos unamos más en ayudar a la gente que lo necesita porque en la medida de que nosotros demos, la vida nos va a dar a nosotros", conmina Lorena Herrera en la serie Siempre reinas en un pequeño clip tras haber conocido a Samantha Flores.

Más allá de la intención del entretenimiento sostenido en el escándalo y la controversia entre las celebridades, la serie asoma temas dignos de atender que incluso permiten mostrar el lado más amable y humano de famosas como Lorena Herrera.

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