Lucas Bravo, el galán de Emily en París, se mostró enfurecido por la popularidad de la serie: “Es lo peor”
Uno de los grandes éxitos de Netflix es la comedia de Darren Star (Sex & the City, Beverly Hills 90210) Emily en París, protagonizada por Lily Collins, cuya segunda temporada llegó con 10 flamantes episodios a la plataforma el 22 de diciembre.
En plena promoción del regreso de la serie nominada -con gran controversia- al Globo de Oro y al Emmy, Lucas Bravo, quien interpreta al interés romántico de Emily, el chef Gabriel, habló sobre cómo la popularidad de la producción lo está afectando como artista y aseguró ser más que “una cara bonita” y que se siente “cosificado” por la audiencia.
En diálogo con The Times, el actor nacido en Niza reflexionó sobre la recepción que tuvo su personaje, que en esta nueva temporada está en medio de un triángulo amoroso con Emily y su exnovia Camille (Camille Razat). “No se puede ser estéticamente bello y ser inteligente o tener profundidad. Seguís obteniendo papeles como el del profesor de gimnasia tonto, y es difícil romper esa imagen. No me quejo, por supuesto, pero es una realidad”, sostuvo Bravo, quien teme ser encasillado en roles de galán de aquí en adelante.
“Soy como esta cosa cosificada de la noche a la mañana”, manifestó, aludiendo al rotundo éxito de la serie. “Eso me hizo estar consciente de mí mismo, porque cuando pensás en esa palabra, galán o rompecorazones, y la gente que involucra, siempre ves a personas saludables, atractivas, con músculos, y yo no soy así”, añadió. “Se siente un poco apresurado. Hay mucha atención a la calidad de mi trabajo. Pienso que ser famoso es lo peor que puede pasarte. Es solo humo. No significa nada”, declaró sin filtro el intérprete de 33 años.
Sin embargo, en la segunda temporada de la serie, Bravo no es el único “galán” en conquistar a la audiencia. Emily en París recurre, en su regreso, a un nuevo personaje que le da frescura a la comedia: Alfie, interpretado por Lucien Laviscount, un joven británico que está en París sólo por cuestiones laborales y que se enamora de la protagonista. ¿El problema? Él detesta la ciudad y ella intenta persuadirlo para que disfrute de los rincones de la misma. En ese tira y afloje se produce la atracción.
Cuando la serie se estrenó en plena cuarentena por la pandemia de coronavirus hace menos de dos años, Bravo habló con LA NACION sobre su personaje y también se mostró muy crítico. En ese caso, por quienes expresaban que la serie partía de una superficialidad de la cual no podía salir. “París es una ciudad muy diversa, no es solo una cosa, pero a la hora de contar una historia, tenés que elegir un punto de vista, y Darren eligió lo que mejor sabe hacer: el camino de la comedia. A su vez, quiso mostrar la arquitectura y concebir una serie que hiciera sentir bien a la gente en esta pandemia. En cuanto a los franceses, sucede lo mismo que en otras ciudades del mundo: hay diversidad, hay personas agradables, y otras que no”, le manifestaba a este medio. “Me parece que la percepción que tiene la gente depende de su predisposición a la hora de conocerlos. Si no vas con buena energía, vas a atraer lo mismo. Si te mostrás abierto y agradable, entonces vas a encontrar gente empática. Todo tiene que ver con estar atrapado en cierta energía. Si visitás París ya pensando que sus ciudadanos van a maltratarte, entonces ahí estás proyectando tus propios miedos, y probablemente los percibas de ese modo”.
Asimismo, Bravo, quien al igual que su personaje trabajó como sous chef en un restaurante, remarcaba todo aquello que sí le gustaba de Gabriel. “Tiene esa cualidad de boy next door, alguien a quien podrías llegar a conocer fácilmente. Por otro lado, no está feliz con su novia, lo cual lo lleva a equivocarse, pero no lo hace desde un lugar desagradable. Yo quería encontrar capas en él, como la compasión que tiene. Me resulta adorable, y fue muy terapéutico para mí porque, como Gabriel, yo también me sentí igual de perdido en mi vida. Como actor, te enfrentás siempre al rechazo, entonces quise exprimir eso que le sucede de estar a la deriva. Además, tampoco la idea era interpretarlo como un hombre que jugaba con los sentimientos de las mujeres, sino como alguien considerado que no sabe qué hacer con lo que le pasa, que no se comunica con su novia, y que conoce a Emily justo en ese momento, quien representa una oportunidad de crecimiento para él”, expresaba.