Las lágrimas de Carolina Molas, madre de Iñigo Onieva, en la boda de su hijo con Tamara Falcó

Como era de esperar, la madre de Íñigo Onieva ha acaparado también buena parte de los flashes en el día que su hijo y Tamara Falcó pasaban por el altar. Carolina Molas llegó este sábado al madrileño palacio de El Rincón dispuesta a vivir y disfrutar al máximo la que era sin duda la boda del año, acontecimiento donde la marquesa de Griñón y su prometido se rodearon de sus familiares y amigos.

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Una jornada de emociones a flor de piel e inolvidable para todos ellos, donde a la empresaria incluso se le han saltado las lágrimas en el momento que veía cómo su primogénito y la marquesa de Griñón se juraban amor eterno en el altar de la capilla que hay en la finca. Como madre del novio que es, no es de extrañar por tanto que haya vivido con gran sentimiento un instante tan especial y significativo como ese.

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Antes de todo ello, la ya suegra de Tamara salía primero por la tarde de su residencia en la lujosa urbanización de La Moraleja (Alcobendas, Madrid) y ponía rumbo al lugar de la celebración para estar con su hijo mayor en este día tan importante. Después abandonaba su domicilio en un impresionante coche Kia Sorento PHEV, sin ocultar sus ganas de pasarlo bien en esta trascendental cita.

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Reconocía además estar "un poquito nerviosa" antes del enlace, tal y como ha declarado la madre de Iñigo a los reporteros allí desplazados. Mientras, su hijo pequeño Jaime estuvo primero con su hermano mayor y su círculo más íntimo en casa del prometido de Tamara Falcó, por lo que Carolina se reencontró después con ellos en el lugar del evento.

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Quien tampoco se ha perdido la gran boda era el padre del novio, que también se llama Iñigo Onieva, al que veíamos llegar dentro de su vehículo acompañado por su actual pareja y el hijo que tienen en común, Willy. El director de e-commerce del Grupo Barceló, que reside en México desde hace años, estuvo igualmente en la fiesta de bienvenida que el ya matrimonio dio este viernes en el hotel Ritz.

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Tras llegar a la comarca de Aldea del Fresno, a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital, los padres de Iñigo -por separado- se han unido al resto de invitados (unos 400) en este sitio elegido para la ocasión que es propiedad de Tamara y su familia. Para Iñigo era fundamental tener lo más cerca posible a su madre en esta fecha tan señalada, ya que es ella quien ha estado siempre a su lado a las duras y las maduras.

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Desde que comenzó la relación del diseñador de automóviles con la Marquesa, Carolina Molas siempre ha querido mantener un perfil bajo y alejada de las cámaras de la prensa. El pasado 23 de abril, la veíamos acudir muy elegante con sus hijos a la pedida de mano que se celebró en la mansión de Puerta de Hierro donde reside Isabel Preysler. Entonces, preguntaba por sus sensaciones, se limitó a decir que todos estaban "muy contentos" de cara a la fiesta de compromiso que iban a vivir.

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Meses atrás, a mediados de febrero, la suegra de Tamara Falcó celebraba su 54 cumpleaños y primero reunió a sus familiares en el popular restaurante madrileño Zalacaín para soplar las velas. Posteriormente hizo lo propio viajando hasta Bilbao donde estuvo con Iñigo y su futura nuera, festejándolo en el local tres estrellas Michelín que tiene en Azurmendi -a las afueras de la capital vizcaína- el reputado chef vasco Eneko Atxa, el mismo que ha diseñado para este 8 de julio el menú de boda de la pareja.

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