Maite Perroni y su lección de empatía ante un desastre que nunca sucedió

Maite Perroni convirtió un chisme en una demostración de empatía. (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Maite Perroni convirtió un chisme en una demostración de empatía. (Photo by Medios y Media/Getty Images)

Se corrió la versión de que Maite Perroni había protagonizado un costoso incidente en una galería de arte como consecuencia de su “torpeza”. La información se exageró al grado de contarse distintas versiones sobre lo sucedido. Pero la realidad fue otra y la propia actriz transforma esa narrativa del trascendido de un escándalo en un relato de civismo alrededor de su persona.

De galería se pasó a un museo como escenario de la supuesta catástrofe. Posteriormente se comentó que el presunto desorden había ocurrido en el marco de una exposición artística y que los daños ocasionados fueron hacia piezas expuestas, incluidas pinturas. También se dijo que fue en efecto dominó, es decir, que un objeto empujó a otro y así sucesivamente hasta romper varios.

El “teléfono descompuesto” se hizo más grande cuando se rumoró que le habían cobrado entre 20 mil pesos y 2 mil dólares por todo lo que dañó, además de que fue incitada por elementos de seguridad para saldar la deuda y abandonar el lugar inmediatamente. En otras palabras, Perroni provocó un caos por curiosa o por no fijarse en su recorrido. Sin embargo, nada de lo que se habló se apegó a la verdad.

Entrevistada por la prensa para saber qué pasó, la cantante tomó con buen humor la trama que se inventó sobre ella y su visita a una tienda de antigüedades en la Zona Rosa de la capital. Relajada y sin sentirse ofendida por el escándalo que se construyó alrededor de su nombre, Maite platicó acerca del accidente que tuvo con un artículo con forma de león.

“Estaba en una tienda de antigüedades y de pronto abrí un libro y se cayó una pieza de cerámica. Fue una pieza chiquita de un león de cerámica la que se cayó. (...) Así fue. No fue tanto dinero, no fueron miles de cuadros ni piezas en cadena como dijeron”.

Su versión de los hechos arrojó además una postura que permite dimensionar a la artista desde su perfil como ciudadana y como ser humano. Actualmente se hace hincapié social respecto al tema de la empatía que se ha perdido entre los mexicanos para pensar en el otro y sus problemas. En este sentido, Perroni dio una muestra de lo que significa ser empática.

Independientemente de hacerse responsable de cubrir el costo de un león que se rompió por accidente, la actriz lo hizo pensando en los empleados del lugar: “Me ofrecí a pagarla con todo gusto porque no quería que nadie asumiera la responsabilidad de algo, mucho menos los empleados de la tienda”.

Su intención no pasa desapercibida. En sus palabras da evidencia de una acción cívica que en la vida cotidiana es ignorada por algunas personas. Desafortunadamente es común el registro de casos de meseros que tienen que pagar la cuenta de comensales que se escapan de restaurantes, o de empleados que sufren descuentos en sus salarios por acciones que llevaron a cabo los clientes.

Maite emite ese posicionamiento para ahondar, de paso, en un acto de honestidad consigo misma y sus principios. Para ella no está bien evadir las responsabilidad cuando algo malo pasa y está involucrada directamente aunque se trate de un acto fortuito como un incidente.

“Hasta me fui al coche, saqué mi bolso, la tarjeta y le dije 'permíteme, por favor, pagarla'. Porque se me hace una falta de respeto irme y dejar la pieza rota cuando no fue ni siquiera con una mala intención, fue un accidente”.

Consciente de que “así es como cuentan muchas cosas de nuestras vidas, tanto personales como profesionales”, Perroni calificó como “mala anécdota” la historia creada de una eventualidad que no ameritaba el escarnio ni la distorsión de su imagen. Contrario a las mentiras que se contaron, ella muestra que de una intrascendente situación puede aflorar la realidad de una mujer que antes de ser artista es una ciudadana que se hace cargo y piensa en los otros.

Da una demostración de cómo transformar un simple chisme en una lección del bien actuar en situaciones cotidianas que de fondo pueden perjudicar a aquellas personas trabajadoras que están expuestas a eventualidades que pueden golpear su economía de manera injusta por culpa de un tercero. Lo hizo atendiendo con camaradería a la prensa, por lo que visibilizó que tampoco se desquita negándose a conceder entrevistas.

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