El nuevo mapa que pone en entredicho a los mapas convencionales y que muestra cómo es en realidad el mundo

Un mapa de proyección Mercator de 1569.(Wikimedia Commons/The New York Times)
Un mapa de proyección Mercator de 1569.(Wikimedia Commons/The New York Times)
La proyección Winkel Tripel, llamada así porque pretende minimizar tres tipos de distorsión: área, dirección y distancia. (Daniel R. Strebe/Wikimedia Commons/The New York Times)
La proyección Winkel Tripel, llamada así porque pretende minimizar tres tipos de distorsión: área, dirección y distancia. (Daniel R. Strebe/Wikimedia Commons/The New York Times)

Un novedoso mapamundi es más fiel a las proporciones de las regiones de la Tierra y amenaza con destronar a los mapas convencionales.

La mayoría de los mapamundis que has visto en tu vida han pasado de moda. El Mercator fue ideado por un cartógrafo flamenco en 1569. El Winkel Tripel, el estilo de mapa preferido por National Geographic, data de 1921. Y el mapa Dymaxion, promocionado por el arquitecto Buckminster Fuller, debutó en un número de 1943 de la revista Life.

Ahora, un nuevo mapa del mundo compite por el dominio global. Al igual que los deportes, el juego de la cartografía a veces puede resultar anticuado cuando los principales competidores se estancan en la misma estrategia de siempre, dijo J. Richard Gott, astrofísico de Princeton que ya había mapeado el universo entero. Pero entonces llega un innovador: piensa en Stephen Curry, de los Golden State Warriors, que lanza triples desde zonas de la cancha que el resto del basquetbol no creía que debían ser vigiladas.

“Estábamos llegando al límite de lo que se podía hacer”, dijo Gott. “Si querías algún avance significativo, tenías que utilizar una nueva idea”.

¿Cuál es la versión de Gott del “espera-puedes-lanzar-un-triple-desde-ahí” de Steph Curry? Usa también el reverso de la página. Haz que el mapa del mundo sea un círculo de doble cara, como un disco de vinilo. Puedes poner el hemisferio norte en la parte superior y el hemisferio sur en la inferior, o viceversa. O para decirlo de otra manera: podrías desinflar la Tierra tridimensional en dos dimensiones. Y si lo hicieras, podrías hacer saltar por los aires la precisión de los mapas anteriores.

Ningún mapa plano de nuestro mundo redondo puede ser perfecto, por supuesto. Primero hay que despegar la piel de la Tierra y luego sujetarla con alfileres. Esta taxidermia matemática introduce distorsiones. Si tienes un mapa de proyección Mercator en las paredes de tu clase, por ejemplo, puedes crecer pensando que Groenlandia es del tamaño de África (ni siquiera se acerca) o que Alaska es más grande que México (tampoco). Esta visión distorsionada del mundo podría incluso predisponerte, inconscientemente, a infravalorar la mayor parte del mundo en desarrollo.

Las formas también cambian en las proyecciones de los mapas. Las distancias varían. Las líneas rectas se curvan. Algunas proyecciones, como la de Mercator, pretenden destacar en uno de estos aspectos, lo que agrava otros errores. Otros mapas hacen concesiones, como el Winkel Tripel, llamado así porque trata de lograr un equilibrio entre tres tipos de distorsión.

A partir de 2006, Gott y David Goldberg, cosmólogo de la Universidad de Drexel, en Filadelfia, desarrollaron un sistema de puntuación que podía resumir estos diferentes tipos de error. El Winkel Tripel se impuso a otros grandes contendientes. Pero persistía una gran fuente de distorsión: una incisión matemática, que suele ir de polo a polo por el Pacífico. La forma resultante no puede volver a ser estirada y estirada en la superficie intacta de una esfera. “Esto violenta al globo terráqueo”, dijo Gott.

Su nuevo tipo de mapa de doble cara, elaborado con Goldberg y Robert Vanderbei, matemático de Princeton, evita por completo la violencia topológica. El mapa simplemente continúa sobre el borde. Se podría estirar una cuerda por el lado; una hormiga podría caminar por allí. Sin ningún tipo de corte, la distorsión Goldberg-Gott del mapa deja fuera de juego a todos los demás mapas actualmente en uso, informa el equipo en un estudio preliminar.

Los cartógrafos que estudian habitualmente los mapas del mundo —quizá menos de diez personas— tendrán ahora tiempo para reaccionar. “Nunca se me ocurrió que pudiera hacerse de esta manera”, dijo Krisztián Kerkovits, un cartógrafo húngaro que trabaja en el desarrollo de sus propias proyecciones.

Pero si bien el nuevo mapa es excelente en cuanto a la distorsión, Kerkovits dijo que también trajo una nueva debilidad. Solo se puede ver la mitad del planeta a la vez, a diferencia del Winkel Tripel y el Mercator. Esto socava la premisa básica de mostrar el planeta completo para inspeccionarlo en una sola página o pantalla.

Para Gott, esto no es diferente del propio globo terráqueo en 3D. Pero Kerkovits no está seguro: después de todo, siempre se puede girar un globo terráqueo ligeramente para ver los vecinos de cualquier punto elegido. Pero en el mapa de doble cara, quizá haya que darle la vuelta por completo.

En última instancia, el éxito de un mapa depende de las aplicaciones para las que se utilice y de cómo crezca su popularidad con el tiempo. Gott, cuyo trabajo también presenta proyecciones de doble cara de Júpiter y otros planetas, imagina el nuevo estilo de mapa como un objeto físico al que dar la vuelta en las manos.

Podrías recortar uno de una revista, o podrías guardar una pila entera de ellos en una funda fina, mostrando diferentes planetas o diferentes capas de datos. Y espera que te sientas tentado a intentar imprimir y hacerte uno propio usando el anexo de su artículo.

“Pégalo por detrás con cinta adhesiva doble, creo que es mejor que la goma Elmer, pero puedes usar goma”, dijo Gott. A continuación, recórtalo. “Quizás puedes usar cartulina”, añadió.

This article originally appeared in The New York Times.

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