Mariana Treviño se convierte en el soporte emocional de Tom Hanks como protagonista de 'A Man Called Otto'

Llegó a “A Man Called Otto”, la conmovedora película que se encuentra desde hoy en salas de todo el país, tras haber actuado en películas de Manolo Caro que fueron extremadamente populares -como fue el caso de “Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando” y “Perfectos desconocidos”- y luego de haber tenido un papel estelar en “Club de Cuervos”, la exitosa serie de Netflix.

Pero nada de eso anticipaba el papel estelar que Mariana Treviño tiene ahora en una película hollywoodense en inglés que se encuentra no solo dirigida por un cineasta de amplio prestigio, Marc Forster (“Monster’s Ball”, “Quantum of Solace”, “World War Z”), sino que la coloca al lado de uno de los astros más queridos del cine mundial, Tom Hanks. De hecho, antes de esto, la única cinta en el idioma oficial de Estados Unidos que ella había hecho era “Overboard”, una comedia poco afortuna que tenía al frente a Eugenio Derbez y a Anna Faris y que la mostraba en un rol secundario.

“Esto me llegó de manera insospechada; no lo busqué tan conscientemente”, nos dijo la actriz durante una reciente entrevista. “Mandé mi audición grabada en el iPhone, desde España, donde estaba trabajando con Manolo Caro, justamente. Pero me gustó tanto el material, e identifiqué tan claramente las posibilidades que me daba en el plano actoral, que sentí ganas de decir esos diálogos y me di cuenta de lo mucho que conectaba con la historia”.

En esos momentos, Treviño no sabía que Hanks estaba involucrado en el proyecto, ni tampoco que Forster iba a dirigirlo. “Fue una sorpresa tras otra; tocó digerir que era realidad, que estaba pasando, y esperar que no se cayera, poque a veces, los proyectos se caen”, recordó. “Por suerte, no se cayó, y llegó el momento de enfrentar ese reto”.

El hecho de que ella tuviera mucha experiencia en comedias dramáticas que no se limitaban al humor, sino que requerían de personajes complejos, tuvo probablemente que ver con su elección para el papel. “Creo que eso me sirvió para poder dar con lo que estaban buscando, porque ni Marc ni Tom habían escuchado antes de mí”, aseguró. “Fueron herramientas internas que permitieron que me relacionara con el material y entregara esos polos distintos en una misma audición, porque ‘Cuervos’, por ejemplo, habrá sido muy chistosa, pero mi personaje estaba siempre metida en dramones que nos tomábamos muy en serio”.

Ante un gigante

Por más experiencia que Treviño tuviera, nada podía prepararla para encontrarse frente a frente con Hanks en el set. “Llegas pensando, ‘¡híjole, a ver si voy a dar el ancho!’”, retomó la actriz. “El primer acercamiento fue en un restaurante, muy seguro. Pero trabajar ya con él fue de una riqueza que no puedo describir”.

“Imagínate la experiencia que él tiene; todos los personajes maravillosos que ha hecho lo han convertido realmente en un virtuoso del oficio”, prosiguió. “Es un genio de la actuación y es muy inteligente; trabaja con mucha verdad y mucha sencillez. No solo con humildad ante la situación, sino también de una manera interna que hace que sea fascinante observar el modo en que se relaciona con el texto y en que entrega sus líneas”.

Treviño siente que la conexión que tuvo con Hanks fue muy especial y muy humana, porque si bien ella misma ha tenido vivencias completamente distintas a las del doble ganador del Oscar, ambos comparten el hecho de ser actores. “En el momento en que estás trabajado, eso es lo que importa”, afirmó. “Debes confiar en la experiencia que tienes, estar dispuesta a construir algo verdadero con el otro, y si tienes a un director maravilloso, como lo es Marc Forster, y un texto increíble, como el de [el guionista] David Magee, el resultado es impresionante”.

En “A Man Called Otto”, Hanks interpreta al protagonista, un hombre decente que ha perdido a su esposa y que se ha quedado sin trabajo ni ganas de vivir, lo que lo lleva a comportarse de manera ruda con quienes lo rodean. Su antipatía parece irremediable, hasta que llega al barrio de Pittsburgh donde reside Marisol, una inmigrante latina embarazada, casada y con dos pequeños hijos cuya vitalidad incontenible cambiará los planes funestos del aludido.

Por suerte, Hanks no es un actor ‘del Método’, por lo que Treviño no tuvo que pasar el rodaje entero al lado de un intérprete famoso que se encontraba en modo antipático. “Claro, él no se quedaba todo el tiempo como el gruñón; con el nivel de maestría que tiene, puede entrar y salir con una facilidad absoluta de cualquier estado”, enfatizó la actriz. “Lo que sí es cierto es que se concentra mucho; tampoco andaba haciendo cosas muy diferentes [a las que mostraba en el filme]. Se sentaba, repasábamos las líneas y, cuando había un momento difícil en términos emocionales, mostraba mucho respeto y establecía conmigo una complicidad de compañeros de trabajo”.

Dentro de la lista

En los últimos tiempos, varios latinos han logrado introducirse en las grandes ligas de la industria hollywoodense, como es el caso de Diego Calva en “Babylon”, Tenoch Huerta en “Black Panther: Wakanda Forever” y Ana de Armas en “Blonde”. Con el estreno de “A Man Called Otto”, Treviño se ha incorporado de algún modo a la tendencia.

“No he seguido tan de cerca esas incursiones, pero cuando veo una película [de esa clase] en la que hay un compañero mexicano, sea hombre o mujer, me alegro muchísimo”, afirmó ella. “Está muy bien que se abran los mercados, especialmente en este país, donde hay una gran comunidad mexicana. Me parece fundamental que se sigan extendiendo esos espacios, porque los países se tienen que entender con todas las caras que los representan”.

“Y es también importante que el elemento latinoamericano figure en esta película de manera tan benévola, que se reconozca la virtud de su idiosincrasia”, agregó. “Hay bondades en nuestra manera de ser que son ofrendas culturales, y es muy ‘padre’ que aparezcan en una historia como elementos que salvan incluso a otros personajes”.

Para ser claros, en la cinta, Marisol tiene ascendencia mexicana y salvadoreña, por lo que le ofrece a Otto tanto envases llenos de pollo con mole como salpores de arroz. “Pensamos en algún momento en poner unas ‘gorditas’, pero no, había que mantener ese detalle relacionado al papá de Marisol”, señaló Treviño, para confesar luego que ella misma no es particularmente hábil en lo que se refiere a las artes culinarias, pero que reconoce de todos modos el poder de la comida. “En México, cada vez que alguien quiere caerte bien, te sirve algo; no puedes llegar a las casas de las tías sin que te ofrezcan un cafecito o una quesadillita”.

Semejanzas e inclusiones

“A Man Called Otto” se basa tanto en una novela como en una película que se realizaron con anterioridad, ambas en Suecia. En esas versiones, el personaje que interpreta nuestra entrevistada era iraní, y ablandaba también el corazón de su vecino amargado -llamado Ove- recurriendo a su exuberante personalidad.

“Contamos con arquetipos similares; en México, tenemos también a estas mamás que quieren que comas, que te cuidan, que son fuertes y protectoras”, dijo Treviño. “Hablamos de esos paralelismos con Neda [Shafti], la esposa del escritor [de la novela original, Fredrik Backman], quien nos contó que su propia madre es así”.

A semejanza de lo que ha sucedido con otras producciones hollywoodenses recientes que incluyen a personajes latinos, la Marisol de Treviño habla en ciertos momentos en español y no se le colocan subtítulos, mientras que la historia en sí incorpora detalles inclusivos relacionados a la comunidad LGBTQ que no son siempre sutiles.

“A mí me parece perfecto, porque el vecindario de Otto funciona como un microcosmos de cualquier país, de cualquier sociedad, en el que se muestra cómo vivimos todos en comunidad”, retomó la actriz. “Somos parte de una sociedad, y tenemos que aprender a vivir con nuestros vecinos y a vincularnos con ellos”.

“Me encanta que, en esta historia, las personas que representan a las minorías sean las que enriquecen la vida del protagonista, las que reactivan su sentido de la vida”, describió. “Que Otto las honre y las reconozca como familia es esencial, porque, a fin de cuentas, Marisol ayuda a Otto, pero Otto ayuda también a Marisol, quien tiene asuntos sin resolver por el lado paterno”.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.