Medallas de oro con estilo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

La Olimpiada de Tokio 2020 ha sido de las más extrañas que se recuerden. Tras ser postergados un año —además de no ser deseados y de haberse realizado en una ciudad sede que no los quería—, los Juegos Olímpicos aun así han ofrecido una serie de brillantes historias deportivas, entre ellas debuts audaces y récords destrozados, triunfos de atletas inesperados y corazones rotos de superestrellas.

También tuvieron mucho estilo. Tatuajes de locura y equipos con uniformes unisex, peinados caleidoscópicos y cardiganes tejidos a mano: Tokio lo ha tenido todo. A continuación, algunos momentos destacados.

Alta costura de pan dulce de Tomo Koizumi en la ceremonia inaugural

Tomo Koizumi obtuvo reconocimiento internacional después de que Lady Gaga se declaró su admiradora —y usó sus diseños— y tras su exitoso debut en la Semana de la Moda de Nueva York en 2019, gracias a la mente maestra de la estilista Katie Grand. El diseñador japonés, conocido por sus vestidos de salón hechos de organza y con colores de dulces, volvió a ser el centro de atención cuando vistió a la cantante Misia para la ceremonia inaugural de las Olimpiadas.

Cuando Misia entonó el himno nacional de Japón, usó un vibrante vestido con los tonos del arcoíris. El atuendo tenía las mangas abombadas y densas capas blancas de organza reciclada similares a una cascada de nubes que bajaba hacia la bastilla de la falda en ondas de colores rosa, naranja, amarillo y verde, pintadas con aerosol. Olvida la flama; por un momento, la creación de un talentoso autodidacta local de la moda encendió un estadio casi vacío.

Los uniformes unisex de Liberia, con un hombro descubierto y de la marca Telfar

Este año, el equipo con los uniformes más vanguardistas no fue de atletas originarios de países con capitales de la moda, como Estados Unidos, Italia o Francia. En cambio, Liberia demostró que estaba dispuesto a dar un salto de fe.

Los tres atletas de Liberia usaron unitardos unisex y túnicas de baloncesto hechas de malla de seda, camisetas sin mangas con un hombro cubierto y uniformes deportivos holgados en tonos azul, rojo y blanco espolvoreados con estrellas, un guiño a los colores y el símbolo de la bandera liberiana. Fueron la creación del diseñador liberiano-estadounidense Telfar Clemens, quien radica en Nueva York. Liberia tal vez no haya ganado una medalla en Tokio, pero fue por el oro cuando se trató de estilo.

AirPods en todas partes (pero en especial en los patinadores)

Las medallas y los tatuajes de los aros olímpicos no fueron el único accesorio ubicuo este año: los AirPods estuvieron en todas partes. En particular, fueron activos en el parque de patinaje en tabla, donde decenas de atletas navegaron por los aires con la música que los auriculares hacían retumbar en sus oídos (y, en algunos casos, desde los iPhone que llevaban en los bolsillos traseros). El patinador estadounidense Jagger Eaton incluso se detuvo para buscar uno de sus AirPods que había perdido durante un truco, antes de ganar la medalla de bronce en el evento callejero para hombres.

De hecho, el patinaje en tabla, deporte que hizo su debut olímpico oficial en Tokio, trajo consigo nuevas ideas sobre el significado de la vestimenta para el desempeño de los atletas, incluidos los pantalones a rayas finas de la británica Sky Brown, de 13 años y medallista de bronce; el overol Nike de color blanco de la japonesa Kokona Hiraki; y los uniformes que diseñó Lizzie Armanto, una patinadora en tabla de Finlandia.

El alboroto en torno a los unitardos de las gimnastas alemanas

Durante décadas, las gimnastas alemanas que habían competido en las Olimpiadas usaron leotardos con corte de bikini. Sin embargo, en las primeras rondas clasificatorias de Tokio, el equipo femenil alemán de gimnasia llegó a las colchonetas con unitardos de media manga y piernas largas. Según el equipo, los usaron para pronunciarse en contra de la “sexualización” en el deporte.

La controversia subsecuente detonó un gran debate: sobre la cultura, los creadores de los reglamentos, quién decide qué deben usar las atletas mujeres. El equipo alemán tal vez no haya progresado más allá de las primeras rondas en Tokio, pero su elección de vestimenta dejó un recordatorio persistente de la cosificación latente que siguen enfrentando algunas atletas.

Las atletas alemanas tampoco fueron las únicas que tomaron una postura con su vestimenta. Tres miembros del equipo varonil de esgrima de Estados Unidos usaron máscaras rosas para protestar contra la presencia de un compañero de equipo acusado de conducta sexual indebida.

El peinado ganador y la variedad de uñas

Desde las trenzas escarlata de Naomi Osaka y los broches de mariposa de la corredora de vallas Christina Clemons hasta la cola de caballo de dos tonos de la velocista Shelly-Ann Fraser-Pryce y los rodetes mitad de un color y mitad de otro de la halterófila Emily Jade Campbell, Tokio ha estado plagado de peinados individualistas y sin remordimientos. En parte, es el reflejo de las mentalidades de los atletas modernos y la determinación de ser ellos mismos. Y para algunas atletas olímpicas, el cabello al rape, las uñas de acrílico y la joyería son una celebración del arrojo de las mujeres negras en una plataforma mundial de alto perfil.

La manicura de la estrella británica de la pista Dina Asher-Smith que realizó la artista de uñas Emily Gilmour tenía una recreación de la obra de arte del japonés Hokusai “La gran ola de Kanagawa”. La tenista suiza Belinda Bencic, la tiradora francesa Mélanie Couzy y la nadadora hongkonesa Camille Cheng usaron uñas patriotas. Y al menos una atleta le dio un enfoque centrado en el rendimiento a su estilo. Sunisa Lee, gimnasta que ganó el oro en el evento de concurso completo para Estados Unidos, comentó que sus uñas de acrílico largas y cuadradas con los aros olímpicos (cortesía de Little Luxuries Nail Lounge en Minneapolis) le dieron “buena suerte” y le ayudaron a competir.

“Cada vez que no logro tomarme de la barra, me duele mucho, así que me hacen sujetar la barra”, comentó Lee. “Por eso me las puse”.

La piel pintada estuvo de moda, a pesar de los tabúes locales en torno a los tatuajes

En Japón, los tatuajes se podrán considerar tabúes, pero fueron omnipresentes entre los atletas de élite reunidos en Tokio. Aunque una infinidad de estrellas tiene los aros olímpicos tatuados en pies, brazos, cuellos o abdómenes a manera de conmemoración —entre ellos la gimnasta Simone Biles y los nadadores Caeleb Dressel y Adam Peaty—, otros presumieron un arte corporal más ambicioso.

“Poco a poco se volvió una adicción”, comentó el patinador en tabla de Estados Unidos Nyjah Huston para referirse a su manga extendida y los tatuajes en el cuello. Peaty, del Reino Unido, quien tiene un león grande en el brazo, comentó que el tatuaje “representaba no temerle a quien tenga enfrente”.

Y la velocista puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn rindió tributo al tatuaje que tiene en la parte interior de su muñeca y dice: “Todo es posible”. Se mandó a hacer el tatuaje después de perder en las semifinales de Río en 2016.

“No iba a dejar que esa carrera definiera el resto de mi vida”, dijo tras ganar el oro en los 100 metros con vallas en Tokio. “Es el brazo que llevo adelante cuando corro. Lo tengo cerca de la cara. Así que también es una especie de mensaje” (asimismo, Camacho-Quinn tiene un tatuaje de Puerto Rico con los aros olímpicos en el bíceps).

El brillante atuendo de Nastia Liukin para la televisión

Joyas en el pelo, estampados audaces y mucha piel al descubierto. Tal vez es un panorama familiar en el estadio de la gimnasia, pero no tanto entre los comentaristas de la televisión. Nastia Liukin, favor de dar un paso al frente.

Liukin sin duda pulió su estilo personal desde que tuvo su momento en las colchonetas: es la campeona olímpica del concurso completo de 2008 y cinco veces medallista para Estados Unidos. Como comentarista para NBC este año, llevó lo mejor de su guardarropa a Tokio. Entre sus estilos hubo un traje tremendo color mandarina combinado con zapatos deportivos Nike, una resplandeciente chaqueta frambuesa y pantalones cortos de piel, un mono rosa con el hombro descubierto, pantalones acampanados y una trenza inspirada en Elsa de “Frozen”.

La estilista de Liukin, Gabriela Tena, le dijo a Women’s Wear Daily que había tenido una preparación intensa para su momento bajo los reflectores.

“Todo está planeado, es muy simbólico y detallado en relación con los colores que usa”, comentó Tena. “Intentamos usar un color distinto para cada estilo”.

Tom Daley se relaja en las gradas

Días después de que Tom Daley ganara su oro olímpico en la plataforma de 10 metros en la categoría de clavados sincronizados varoniles, el clavadista británico se volvió el centro de atención una vez más cuando se le vio tejiendo en las gradas de los espectadores. El internet enloqueció.

Pronto se reveló que los talentos de Daley iban mucho más allá de los suéteres morados para perro. En una cuenta de Instagram dedicada a ese propósito con casi 1 millón de seguidores, Daley publica fotografías de sus ingeniosas creaciones, entre ellas coloridos suéteres de ganchillo que no tienen nada que envidiarle a Jonathan Anderson y una fundita con la bandera británica para la última adición a su vitrina de trofeos.

“Si algo me ha mantenido cuerdo a lo largo de todo este proceso es mi amor por el tejido, el ganchillo y todo lo que tenga agujas”, comentó en un video, antes de mostrar su proyecto más reciente y ambicioso de bricolaje: un cárdigan holgado color crema con los aros olímpicos y “Team GB” (Equipo Reino Unido) en la espalda.

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