Una y mil noches en los lujosos palacios de Rajastán
El mayor reclamo de Jaisalmer es, sin lugar a dudas, su fortaleza. Y es que, al contrario que el resto de fuertes que se hallan en esta tierra de reyes que es Rajastán –uno de los 29 estados que forman la India–, el de esta ciudad rezuma vida por los cuatro costados. Lejos de haberse convertido en una atracción turística desprovista de alma, la ciudadela continúa habitada hoy en día. En su interior, el tiempo parece haberse detenido, regresando varios siglos atrás a un escenario en el que estrechas callejuelas, camellos, templos jainistas, palacios, vacas y vendedores ambulantes conviven con hoteles, tiendas y restaurantes para turistas.
En la ruta de las caravanas, el emplazamiento estratégico de esta ciudad de la India hizo que la ciudad se enriqueciera y muchos mercaderes y comerciantes encontraron en ella el lugar ideal para asentarse. Sus fortunas se materializaron en lujosas havelis, viviendas profusamente decoradas como símbolo de poder, riqueza y ostentación, como Nathmal Ji Ki, que cuenta con una de las fachadas más singulares, ya que fue esculpida por dos hermanos que trabajaron ambos dos lados de forma independiente, sin seguir ningún patrón conjunto. La de Salim Singh Ki destaca por sus 38 balcones.
Otra espectacular es Patwon Ki Haveli, magistralmente tallada y compuesta por cinco viviendas diferentes que conforman un impresionante conjunto arquitectónico.
Algunas de las numerosas fortalezas, palacios y havelis de Rajastán ofrecen una experiencia inigualable para vivir unos días como auténticos maharajás, pues estas antiguas moradas de los amos y señores del norte de la India han sido convertidas en hoteles de fábula en los que evocar las mil y una noches. En las faldas de Jaisalmer está Suryagarh (suryagarth.com), un lujoso palacio que, considerado como uno de los mejores hoteles de India, hace las delicias de los más exigentes.
Lejos del ajetreo y bullicio de la ciudad,Jaisalkot (jaisalkot.com) comprende 10 hectáreas y se encuentra dentro de una majestuosa fortaleza donde se respira un ambiente de lujo, elegancia y tranquilidad.
Muy diferente, pero también de lujo es vivir una inolvidable experiencia en el desierto, como la de alojarse en The Serai (sujanluxury.com/the-serai) que, con tiendas de lujo, suites con jardín privado, piscina y spa,fue una de las primeras propiedades indias en convertirse en miembro de Relais & Châteaux.
No acaban aquí las maravillas próximas a Jaisalmer. Hacia el oeste, a unos 7 kilómetros, se encuentra el lago Amar Sagar, que regala una preciosa imagen gracias al reflejo de los pequeños templos, santuarios y pabellones que rodean sus sosegadas aguas. A su orilla se levanta el hermoso Palacio Amar Singh.
Vyas Chhatri, uno de los ejemplos más bellos de arquitectura rajastaní, queda también casi al lado de Jaisalmer. Se trata de un antiguo cementerio repleto de cenotafios reales elaborados en arenisca dorada y cubiertos por delicados tallados, que es, además, uno de los lugares más codiciados para presenciar la puesta de sol. No es de extrañar, desde aquí se obtienen unas espectaculares vistas de Jaisalmer que, como una enorme duna que emerge del corazón del desierto, parece encenderse con la luz del ocaso haciendo honor a su sobrenombre de la “Ciudad Dorada”.
Los amantes de la geología prefieren Wood Fossil Park para rastrear momentos que ocurrieron hace 180 millones de años, cuando lo que hoy es desierto era un frondoso bosque que quedó sumergido en el mar. En el parque, de 21 hectáreas, se observan multitud de árboles fosilizados que dan pistas sobre la era jurásica en la zona. Mientras que el Parque Nacional del Desierto muestra el ecosistema del desierto de Thar, con onduladas dunas y rocas dentadas y una variada vida silvestre.
No se puede abandonar el desierto sin dejarse seducir por la que, sin duda, será la experiencia más preciada de este océano de dunas: pasar una noche disfrutando de un cielo inmensamente estrellado. Antes, caravanas de camellos, pueblecitos blancos de adobe y mujeres ataviadas con telas de vivos colores marcan el camino.
Los que no quieran perderse la experiencia de dejarse mecer por el vaivén de los andares de un imponente camello surcando el desierto, Khuri es su lugar, ya que la mayoría de safaris para ver la puesta de sol desde las dunas parten de este pequeño pueblo de casitas blancas decoradas con figuras geométricas de colores.
A unos 18 kilómetros de Jaisalmer espera la enigmática ciudad fantasma de Kuldhara. Fuentes históricas aseguran que la urbe fue abandonada por sus habitantes a principios del siglo XIX en el transcurso de una sola noche. Con cerca de 90 pueblos alrededor, sigue siendo un misterio cómo nadie los vio irse; de hecho, hasta la fecha, sigue sin conocerse a dónde se dirigieron. El lugar, con fama de embrujado, permanece en ruinas y permite hacerse una idea de cómo se vivía en el lugar dos siglos atrás.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
Air India ofrece el único enlace directo entre España e India, desde Madrid a Nueva Delhi. Para llegar hasta el desierto, puede optarse por el tren o bien por el vuelo que Spicejet opera entre la capital y Jaisalmer. Diferentes agencias organizan viajes desde España que se centran en el estado de Rajastán. También es puede llegar por libre y luego hacer un tour por el desierto contratándolo en los hoteles, como también las excursiones en camello. El modo más aconsejable de moverse por Jaisalmer es el rickshaw, versión motorizada de los tradicionales carros de dos ruedas tirados por personas. Son económicos, aunque, eso sí, los precios deben negociarse con anterioridad.
Cuándo ir
Conviene evitar los meses de abril, mayo y junio debido a sus elevadas temperaturas. El resto del año es perfecto, aunque si se desea realizar un tour más completo visitando otros lugares del país, conviene tener en cuenta que en diciembre y enero la niebla puede acompañar en Delhi, Agra y Jaipur, mientras que las lluvias lo hacen en julio y agosto.