Murió Richard Lewis, un campeón de la comedia neurótica y autocrítica
Hasta su aparición en la serie Curb Your Enthusiasm, el público argentino no había llegado a conocer en toda su magnitud a Richard Lewis, una notable figura de la comedia televisiva y de los espectáculos de stand-up que falleció a los 76 años en su hogar de Los Ángeles por un infarto después de padecer el mal de Parkinson durante los últimos años.
Lewis coronó su gran carrera interpretándose a sí mismo en Curb Your Enthusiasm. Larry David, su creador y protagonista, encontró en Lewis al socio ideal de su mirada neurótica, despiadada y autorreferencial sobre el mundo. Las improvisaciones compartidas entre ambos se convirtieron en una verdadera fiesta para los amantes de la comedia, sobre todo por las filosas e irónicas observaciones que compartían sobre la conducta y el temperamento de los artistas. También se divertía mucho hablando de su obsesión por conquistar mujeres jóvenes y hermosas.
Lewis siempre fue reconocido como un campeón de un modelo de comedia basada en las confesiones personales con espíritu de irónica autocrítica. En el tramo final de su vida, antes de alejarse progresivamente de la actividad después de revelar que sufría de Parkinson, Lewis disfrutaba con el relato autobiográfico de sus penurias y de su lucha incesante contra las adicciones y el abuso en el consumo de drogas que marcaron buena parte de su vida.
Ese camino autodestructivo se frenó en 1991, cuando Lewis fue internado de urgencia después de mezclar alcohol y drogas en una dosis casi letal. Desde ese momento inició un camino de recuperación que tomó ribetes definitivos y no tuvo más recaídas o vueltas atrás, según propia confesión, cuando su colega John Candy murió en 1994.
El fruto de esa recuperación fue el título que eligió para su libro autobiográfico, publicado en 2002: La otra gran depresión: cómo supero a diario al menos un millón de adicciones y disfunciones y cómo encuentro (a veces) una vida espiritual.
Lewis había nacido en Brooklyn el 29 de junio de 1947 y se crió en Nueva Jersey. Estudió marketing y empezó su carrera como redactor publicitario y escritor de chistes para cómicos neoyorquinos de poca monta. La muerte de su padre, en 1971, lo alentó a armar su propio show de stand-up, que empezó a llenar con detalles autobiográficos narrados desde el pesimismo, la oscuridad y la ironía.
Después de lucirse cada vez que aparecía en los grandes shows nocturnos de la TV estadounidense, Lewis se convirtió en coprotagonista, junto con Jamie Lee Curtis, de la comedia romántica Anything but Love, que duró cuatro temporadas en la cadena ABC. Sus especiales de comedia, especialmente producidos para la cadena HBO, fueron muy celebrados . Tuvo escasas oportunidades de lucimiento en el cine, entre las cuales se destacan Las locas, locas aventuras de Robin Hood (dirigida por Mel Brooks) y la premiada Adiós a Las Vegas.
Con Larry David, Lewis construyó una sociedad artística extraordinaria que tuvo literalmente su origen en la cuna. Los dos nacieron en el mismo hospital neoyorquino con tres días de diferencia. Lewis siempre contó en broma que David trató una vez de estrangularlo usando su propio cordón umbilical.
Antes de hacerse amigos y compinches en Curb Your Enthusiasm los dos tuvieron una etapa de largas peleas y odios mutuos, desde que casi se pelean a trompadas durante un campamento de verano que ambos compartieron cuando eran adolescentes. La reconciliación tuvo su momento cumbre en la serie que tuvo a Lewis como una de sus grandes figuras de aparición constante a lo largo de sus doce temporadas.
Por sus problemas de salud se había alejado de las grabaciones en 2021, pero regresó para grabar un episodio en la temporada 11 y retomar su papel de personaje permanente y autobiográfico en la actual temporada de cierre, disponible en Max.
Quedan algunos episodios que serán sus celebradas apariciones póstumas. En la más reciente (el episodio 3 de la temporada 12), Lewis se sobrepone a pura comedia de sus dificultades físicas para intercambiar opiniones con David acerca de incluirse en el testamento del otro. Podría decirse que en ese gran momento Lewis escribió por anticipado su propio legado. Solo un comediante de los grandes es capaz de semejante proeza. Curb Your Enthusiasm fue el final feliz de una vida que Lewis dedicó a hacer reír, apoyándose inclusive en los aspectos más sombríos de su propia existencia.