El musical retro que no para de enamorar al público argentino y le abre paso a otros dos tanques internacionales
En esta época del año, a días del inicio de las vacaciones de invierno, la cartelera comercial de Buenos Aires saca a relucir sus fichas más competitivas. A falta de ficción en la TV abierta, actualmente coinciden en el eje de la Avenida Corrientes y sus alrededores una variedad de artistas de alto impacto como pocas veces se ha visto. Entre la variedad de ofertas disponibles aparece Mamma mia!, el musical que protagoniza Florencia Peña basado en la música de ABBA. En contra de cierto sentido común de la producción del circuito comercial, el último registro de audiencia vuelve a poner esta propuesta dirigida por Ricky Pashkus en lo más alto del podio, mano a mano con School of Rock. Lo concreto es que, desde el verano, cuando debutó a varios kilómetros del Obelisco, esta propuesta no para acumular rarezas y particularidades.
A priori, que Mamma mia! haya tenido una versión anterior no hace tanto tiempo (fue en la temporada de 2012), haría suponer que disminuye las posibilidades de lograr una buena taquilla. Pero, en los hechos, eso no viene sucediendo. Tampoco suele ocurrir que en un espectáculo estrenado en la temporada de verano de Carlos Paz, como sucedió aquí, se traslade a la cartelera porteña. Si Stravaganza lo hizo en 2021, esta puesta que transcurre en una isla griega, apela a canciones del grupo pop sueco y debutó en Carlos Paz, desembarcó en Buenos Aires a lo grande. En ese sentido, sigue los pasos de aquella propuesta de Flavio Mendoza, que dejó un mojón histórico en lo que hace a cantidad de público en las temporadas de verano.
Aquí, en la competitiva plaza porteña, la semana pasada Mamma mia! volvió a ocupar un lugar protagónico en el listado de los diez espectáculos con mayor cantidad de público según las últimas estadísticas de Aadet, la cámara que reúne a empresarios y dueños de sala del teatro comercial. Hay que hacer una salvedad o agregar otra rareza a esta obra: en Carlos Paz le fue muy bien, pero no la “rompió”. En general, anduvo detrás de la comedia de Pedro Alfonso, según el registro de audiencia. Eso sí, se llevó el Premio Carlos de Oro y tanto Peña, como Pashkus, como Alejandra Perlusky y la producción subieron al escenario para recibir sus respectivos galardones.
En Buenos Aires, en mayo pasado desembarcó en el Teatro Coliseo, una gran sala un tanto alejada del eje de la Avenida Corrientes. Pero las evidencias indican que es eso tampoco importa. Al parecer, Mamma mia! todo lo puede. Desde hace dos semanas, el más puro pop con onda ochentosa está cabeza a cabeza con School of Rock, esa aplanadora que protagonizan Agustín “Soy Rada” Aristarán, Ángela Leiva, Sofía Pachano y Santiago Otero Ramos junto con una banda de pibes que la rockean apelando también a un universo del heavy metal de décadas pasada. Lo retro, gana.
El cerebro del éxito
Detrás del fenómeno de Mamma mía! está el productor Miguel Pardo, empresario del espectáculo que divide sus tiempo entre España e Italia y entre la provincia de Córdoba y Buenos Aires. Dueño del Teatro Luxor en Carlos Paz, como de tantas otra salas del país, reconoce que programar comedias musicales es como jugar otro partido. Lo dice un señor de mucho millaje que ha producido en la villa cordobesa Stravaganza y que llevó el año pasado a Kinky Boots, con Federico Bal, luego de haberse estrenado en Buenos Aires. Pero este año invirtió la hoja de ruta: Mamma mia! se estrenó en Carlos Paz y, actualmente, está en el Teatro Coliseo. “Era una jugada y salió bien. Diría que es un golazo”, apunta en comunicación telefónica con LA NACION desde Castelldefels, cerca de Barcelona.
El programar por segunda temporada en Carlos Paz una comedia musical responde a su intención de que el público de esa provincia se familiarice con un género que este año, en Buenos Aires, propone títulos como Legalmente rubia, Rent o Come From Away, entre tantos otros. En aquella jugada en la villa serrana reconoce que muchos personas de la capital cordobesa hicieron los 40 kilómetros de distancia para ver esta producción estrenada originalmente en la temporada de 1999, en el West End de Londres; para toparse con esos 30 artistas en escena que hacen posible la fiesta pop con canciones que todos conocen.
“ Con Mamma mia! pudimos imponer la comedia musical en Carlos Paz. De hecho, volvimos para Semana Santa y fue un golazo. Lo mismo sucedió cuando hicimos algunas funciones en Rosario. Cuando vi la impresionante preventa que tuvimos ahí decidí apostar por Buenos Aires, cuyo púbico es similar al santafesino. Me quedaba claro que un éxito en Carlos Paz no asegura nada en Buenos Aires, pero esta vez fue cartón lleno. En perspectiva, lo importante de todo esto es que la costumbre de ver comedias musicales se va estableciendo en Buenos Aires como en otras plazas”, asegura el experimentado productor, que ha programado a artistas como Fátima Florez, distintas producciones de Flavio Mendoza o shows del cantante Ulises Bueno.
Una tendencia
Frente a la actual cartelera porteña, con la variedad de musicales en cartel que tan buenos resultados tienen en boletería, saca una conclusión: “Nos estamos acercando a la tendencia de dos plazas históricas, como Londres y Nueva York, o con lo que viene sucediendo en Madrid (no así en Barcelona). Creo que lo que está pasando en Buenos Aires en relación con las comedias musicales es la punta de un iceberg de lo que vendrá, aunque todo esto suceda en momentos de crisis como la que vivimos. Los últimos datos estadísticos con dos musicales encabezando el ranking de preferencia de público marca una tendencia”.
La primera vez que llevó una comedia musical a Carlos Paz fue con Arlequino, una puesta del grupo La Banda de la Risa. Aquello fue a finales de los 90. No funcionó. Con el éxito obtenido por Kinky Boots y por Mamma mia!, ahora va por más. Por lo pronto, la historia de las canciones de ABBA con Florencia Peña, Malena Ratner, Alejandro Paker, Leo Bosio y Alejandra Perluski, entre otros; luego de Buenos Aires recalará en Mar del Plata. “Nos juntamos con Carlos Rottemberg antes de venirme a Europa y arreglamos de llevarla al Atlas, que es una de sus salas en La Feliz. La idea es debutar el 6 de diciembre para que la gente del Partido de la Costa pueda verla, porque ese público durante el verano trabaja para el turismo o ni se le ocurre ir al centro de Mar del Plata. Quiero ganarme al público local. Hay que transgredir un poco, quizás salga bien...”, asegura sobre esta espectáculo que sigue sumando rarezas en lo que hace a su recorrido.
Envalentonado, para el año próximo ya tiene otros dos musicales en carpeta que vio en Madrid: Raffaella, el musical basado en la música de la cantante italiana Raffaella Carrà que se estrenará en un año en Buenos Aires; y Pretty Woman (Mujer bonita), versión musical de aquella película que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere. “Lo retro es lo mío”, ironiza Miguel Pardo. Hace unos meses estuvo en la capital española junto con Ricky Pashkus y Florencia Peña viendo Pretty Woman. Todo indica que la dupla volverá a trabajar junta aunque, por ahora, el señor que está detrás de todo esto prefiere no dar detalles de los dos próximos montajes ni de un tercero que tiene en mente. La energía está concentrada en la fiesta pop que transcurre en una isla griega. Con Mar del Plata como horizonte, la historia de Mamma mía! continúa.