Natalia Lafourcade y el giro que le cambió la vida artística

18th Latin Grammy Awards – Photo Room – Las Vegas, Nevada, U.S., 16/11/2017 – Natalia Lafourcade holds the awards for Best Folk Album for "Musas (Un Homenaje Al Folclore Latinoamericano En Manos De Los Macorinos, Vol. 1)" and Best Long Form Music Video for "Musas, El Documental". REUTERS/Steve Marcus
Foto: REUTERS/Steve Marcus

“Renovarse o morir” es algo que le ha funcionado a la mexicana Natalia Lafourcade. Y luego de que ‘En el 2000’ buscaba “hombres de París”, ahora se ha consolidado como una de las figuras más representativas de la música latinoamericana. Este fin de semana, se presentó ni más ni menos que junto a la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles.

¿Cómo lo ha logrado? Con decisión… una decisión que no siempre tienen algunas estrellas del pop, que a veces cantan lo que un experimentado equipo de productores y promotores les dicen para convertirlos en las figuras del momento.

Natalia comenzó haciendo justamente eso. Fue integrante del grupo adolescente Twist, allá por 1998. Se trataba de un trío de pop plástico que completaban Tabatha (ex integrante del grupo Jeans) y Ana Pamela (ex conductora de TV Azteca).

Para formar parte de Twist, no se necesitaba cantar en vivo ni componer sus canciones ni tocar instrumentos. Solo había que bailar y brincar sobre el escenario. Del resto se encargaba su equipo promocional. Para fortuna artística de Natalia, el grupo se desintegró al año siguiente.

Y es que Natalia no es ninguna improvisada. Ha tomado clases de flauta, baile, pintura, teatro, piano, guitarra, saxofón y, por supuesto, canto. Su entorno también le ayudó mucho: su papá (Gastón Lafourcade Valdenegro) es catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fundador de la Asociación de Organistas y Clavecinistas de Chile.

Su madre (María del Carmen Silva Contreras) es pianista especializada en pedagogía musical. De hecho, creó el llamado método Macarsi (inspirado en sus iniciales) para la formación musical y el desarrollo integral de los niños. Lo aplicó en Natalia pues, siendo pequeña, fue golpeada en la frente por un caballo y su madre probó con éxito la rehabilitación con ayuda de la música.

Entonces, resultaba extraño ver a alguien con tantas tablas bailando coreografías adolescentes y haciendo playback. Y así, llegó su oportunidad para mostrar el talento que tiene, con canciones escritas y musicalizadas por ella misma.

De solista a grupo y al revés

En 2002 lanzó su disco homónimo, el cual incluía canciones con la misma línea temática adolescente, pero de una manera mucho más elaborada. Temas como ‘Busca un problema’ o ‘En el 2000’ le resultaron un éxito en su naciente carrera como solista.

Tras el revuelo, fue invitada a participar en la banda sonora de la película ‘Amarte duele’, así como para ‘Temporada de patos’.

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Desde esos primeros éxitos, se le vio acompañada de un grupo de músicos que, más tarde, se convirtieron en Natalia y La Forquetina. Con este giro, la cantante hizo algo que no suele pasar en el ambiente del pop: mientras que en otras bandas el vocalista se separa para una carrera en solitario, Lafourcade estaba haciendo justamente lo contrario.

Para dar el salto de pop adolescente a una propuesta más madura, Natalia tuvo la visión de dejarse asesorar por nombres respetados en la industria. De esta manera, Emmanuel del Real, líder de Café Tacvba, asumió la producción del álbum y fue así como, en 2005, se lanzó ‘Casa’.

Aunque no tuvo el éxito de sus trabajos anteriores, sí consolidó la carrera de Natalia y, sobre todo, le mostró el camino de lo que quería hacer en el futuro: alejarse de las expectativas en torno a los cantantes juveniles de pop, que siguen interpretando canciones con letras adolescentes aún pasados los 40 años de edad (ahí tenemos a OV7, Jeans, Kabah y Gloria Trevi, por citar algunos ejemplos).

Entonces, concentró todo su talento para el álbum ‘Las cuatro estaciones del amor’, su primer disco instrumental, con el apoyo de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz, el lugar donde Natalia pasó buena parte de su infancia. También mostró su faceta como instrumentista para el ‘Unplugged’ de Julieta Venegas.

Regresó al estudio para grabar su tercer disco, titulado ‘Hu hu hu’, el cual le valió una nominación al Grammy Latino a Mejor Álbum de Pop Femenino. Para entonces, ya había colaborado con figuras como El Canto del Loco, Carla Morrison, Juan Son y Los Daniels.

Y entonces dio el giro que lo cambió todo. Ya nuevamente como solista, se hizo un propósito: rescatar el folclor latinoamericano y de la mano de experimentados artistas del género. Comenzó con un concierto en la Plaza de la Danza de la Ciudad de Oaxaca, donde interpretó canciones tradicionales oaxaqueñas, boleros y nuevas versiones de su repertorio.

Una vida de homenajes

En 2012, justo 10 años después de su meteórico debut, Natalia Lafourcade regresaba con algo muy diferente a lo que quizá sus fanáticos esperaban: una vuelta a los orígenes con un álbum homenaje al compositor mexicano Agustín Lara.

Y lo hacía de la mano de los grandes. En este álbum, le acompañaron figuras como Miguel Bosé, Gilberto Gil, Jorge Drexler, Emmanuel del Real y hasta Lila Downs. Desde entonces, Natalia lo tuvo claro: eso era lo que quería hacer con su carrera artística.

Llegar hasta ahí no fue sencillo. Ella misma lo dijo alguna vez: “Una de las cosas que más trabajo me costó fue abrazar mi habilidad y mi talento y decirle: ‘Nunca más te voy a soltar ni a hacerte chiquito’. Y desde que tomé esa decisión, las cosas en mi carrera empezaron a cambiar y a tomar otro rumbo. Cuando te permites la conexión con lo que amas hacer, elevas tu frecuencia y tu energía y tienes la oportunidad de trascender”.

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Más madura, y con una imagen mucho más relajada, en 2015 le siguió el que se convertiría en uno de sus álbumes más premiados: ‘Hasta la raíz’, que le valió Grammys Latinos y uno americano. Tuvo poco eco comercial, pero sirvió para borrar la imagen anterior de Natalia Lafourcade, de una cantante del pop más olvidable, a una figura que buscaba ser respetada en la industria.

Consciente de que ganarse ese lugar implica ‘respetar a sus mayores’ de la música, grabó el disco ‘Musas’ junto a Los Macorinos (los músicos de Chavela Vargas), en un intento por darle continuidad a su propósito de rescatar las joyas perdidas del folclor latinoamericano. Un paso llevó al otro y, en 2018, Natalia se encontraba en el escenario de los Premios Oscar cantando una versión de ‘Recuérdame’, para la película de Disney Pixar ‘Coco’.

Todo esto la llevó a que, el pasado 21 de julio, la cantante se presentara junto al mismísimo Gustavo Dudamel, el venezolano que es el director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, en un recital celebrado en el Hollywood Bowl de California, y donde cantó lo que ya se ha convertido en su sello: grandes canciones del folclor latino, como ‘Tú me acostumbraste’, ‘Soy lo prohibido’, ‘Nunca es suficiente’ o la legendaria ‘Cucurrucucú paloma’.

Lejos ha quedado la adolescente que bailaba en coreografía y con playback, un giro que logró desmarcarla de las típicas cantantes de pop en español. Nobleza obliga: no es dueña de una gran voz. Pero cuando un artista canta ‘desde la raíz’ se nota. Y así es como debe interpretarse el folclor latinoamericano.

@braham_MV