¿Nervios ante la ‘vuelta al cole’? Pautas de un psicólogo para apoyar a los niños

Madre da un beso a su hijo antes de entrar en el colegio
(Getty Images)

La ‘vuelta al cole’ ya está aquí. Ya han comenzado las clases en algunas comunidades autónomas y, en otras, lo harán en los próximos días, y las emociones de los niños están a flor de piel: bien por la ilusión por el reencuentro con los amigos o bien por los nervios ante un posible cambio de clase, con nuevos compañeros y profesores (nervios que serán mucho más intensos si cambia de colegio).

Sea cual sea la situación, los niños necesitan el apoyo de sus padres estos días, pues “es normal que experimenten una variedad de emociones, desde tristeza y temor hasta alegría”, nos dice Ignacio Malo Pérez, psicólogo de Instituto Centta (www.centta.es). Para ello, para poder brindar verdadero apoyo a los hijos de cara a la vuelta al cole, este profesional da una serie de pautas a seguir por los padres:

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1º Escuchar y validar las emociones de los hijos. Se trata de una pauta esencial, que aportará tranquilidad y ayudará enormemente al niño. Para validar emociones y sentimientos, la clave es que los adultos de referencia del niño pongan nombre a eso que el pequeño está sintiendo. “Por ejemplo, decir algo como tiene todo el sentido que te sientas nervioso por empezar el nuevo año escolar les ayuda a saber que sus emociones son coherentes y aceptables”.

Una vez hecho esto, Malo Pérez nos indica que es fundamental que los padres muestren empatía y se conviertan en el lugar seguro al que los niños puedan recurrir cuando lo necesiten. “Es importante preguntarles cómo se sienten acerca de regresar a clase y prestar atención a sus respuestas”.

2º Preguntar sin presionar. “Es esencial ofrecer un apoyo continuo durante las primeras semanas de clase”, recalca Ignacio Malo. Y este apoyo pasa por mantener una comunicación abierta y regular con los niños, pero “es importante hacerlo de manera que no se sientan presionados a dar respuestas específicas”.

Es recomendable preguntarles cómo les fue en el colegio cada día, buscando, sobre todo, demostrarles que estamos disponibles para hablar con ellos o pasar tiempo juntos a la salida de clase; esto “puede proporcionarles una sensación de seguridad y estabilidad”. Lo importante es “mantener el foco en explorar cómo se han encontrado personal, académica y socialmente”.

3º Fomentar la autorregulación emocional en los niños. “Esto implica ayudarles a expresar sus emociones de manera adecuada y adaptativa, utilizando un lenguaje acorde a su edad para hablar sobre sus temores y preocupaciones”. El psicólogo subraya, además, la importancia de que los padres no intenten evitar en sus hijos emociones desagradables como el miedo, la ira o la tristeza. Si los niños se sienten así, es bueno para ellos que lo expresen; lo que los padres deben hacer al respecto es guiarles acerca de cómo gestionar esas emociones de manera adecuada.

“También es útil considerar los recursos disponibles en la escuela o extraescolares como un apoyo adicional para el manejo emocional”, añade Malo Pérez.

Padre abraza a su hija en la puerta del colegio
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4º Preparación gradual. “Hacer que el regreso al colegio sea un proceso paulatino puede aliviar el nerviosismo”. El psicólogo de Instituto Centta pone como ejemplo asistir a los eventos de integración de alumnos a la escuela antes del primer día de clases siempre que sea posible, pues les permitirá familiarizarse con el entorno y con los compañeros y “es una estrategia útil” de cara a los posibles nervios.

“En el caso de los niños más pequeños, practicar el camino al colegio o revisar el contenido de las clases que se impartirán pueden ayudar en la familiaridad. Además, incluir al niño en el proceso previo al inicio de las clases, como escoger materiales y uniformes, les da un sentido de control y participación”.

Como era de prever, hemos de tener muy en cuenta también las rutinas: “es esencial reintroducir horarios previos, como rutinas predecibles de sueño, comida, ejercicio y estudio, para que se adapten a la estructura escolar”.

5º Fomentar una actitud positiva hacia la vuelta al colegio. La mejor ayuda para paliar nervios y para estar alegres ante el regreso a clase en los niños es que sus padres se muestren tranquilos y contentos. Tal y como explica el profesional de la salud mental, “hablar sobre los aspectos positivos, como el reencuentro con amigos, la oportunidad de aprender cosas nuevas o participar en actividades que disfrutan, ayuda a que los niños vean el regreso como algo emocionante”.

De este modo, es crucial, por tanto, “evitar que los padres transmitan sus propias preocupaciones sobre la vuelta al colegio, ya que los niños tienden a replicar los comportamientos de los adultos a su alrededor”.

6º Establecer metas pequeñas y realistas. Esta es una excelente manera de motivar a los niños y ayudarles a adaptarse. “Ayúdales a fijar objetivos alcanzables, como hacer un nuevo amigo o completar una tarea específica”, recomienda Ignacio Malo. “Celebrar estos logros, por pequeños que sean, refuerza su confianza y les proporciona un sentido de logro, lo cual es esencial para su desarrollo de autonomía y bienestar emocional en esta etapa de transición”.

Es esencial ofrecer un apoyo continuo durante las primeras semanas de clase

Cambios de comportamiento a causa de la vuelta al colegio

El psicólogo explica que es normal que existan cambios de cara a los días previos y primeras semanas tras la vuelta al cole, dado que habrá un cambio en la rutina, horarios, espacios y responsabilidades. “Sin embargo, el personal del colegio y los padres deben estar atentos a posibles cambios emocionales y físicos que merecen atención. Si un niño muestra signos de inquietud, como problemas para dormir o cambios en el apetito, es crucial tomar cartas en el asunto”, advierte. En este sentido es fundamental hablar abiertamente sobre sus emociones y escuchar al niño acerca de cómo está viviendo este cambio e, “igualmente, valorar el apoyo de un profesional que ayude a mejorar el proceso adaptativo”.

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-Cambios que padres y profesores deben tener en cuenta:

  • Cambios de comportamiento. Estos pueden ser señales importantes de que algo está ocurriendo. Así, “si un niño que antes disfrutaba de la escuela comienza a mostrar irritabilidad, tristeza o cambios drásticos en su conducta, esto puede ser un indicio de que está lidiando con dificultades emocionales en el colegio”. Ante un cambio de este tipo, es vital tomar medidas para evitar que se genere un mayor problema a futuro.

  • Somatización. “Otro aspecto a vigilar son las quejas físicas, como dolores de estómago o de cabeza, que no tienen una causa aparente”. Malo Pérez avisa que estos síntomas pueden ser señales de somatización, que es el modo en el que el malestar emocional se manifiesta a través del cuerpo.

  • Aislamiento social. Se trata de un cambio muy significativo que no debemos pasar por alto. “Si el niño se muestra reacio a interactuar con amigos o a participar en actividades grupales podría estar teniendo dificultades personales”.

  • Caída repentina en el rendimiento académico. Esto podría ser indicativo de que “algo más profundo podría estar afectando la capacidad del niño para concentrarse y aprender”, advierte el experto. “Si se observan algunos de estos cambios, es importante abordar la situación de manera proactiva junto al niño, teniendo una buena comunicación continua entre los profesionales del colegio (orientadores, profesores, etc), los padres y, de ser necesario, un recurso fuera del colegio cómo un psicólogo. La comunicación entre padres y profesionales del ámbito educativo es clave para garantizar que el niño reciba el apoyo adecuado durante este periodo de transición”.