Netflix debería tener en cuenta cómo le ganó a la piratería en 2022, aunque no le haga gracia

Como es habitual en los primeros compases de cada año, salen a la luz estudios con cifras y datos referentes al consumo de entretenimiento del periodo anual anterior. Esto supone conocer los títulos más populares en plataformas de streaming, pero también los rankings y porcentajes de usuarios que han recurrido a la piratería para el consumo audiovisual. Así, medios como Variety se hacen eco de datos medidos por servicios como Muso o Nielsen para analizar las tendencias de los espectadores, y lo que se puede observar deja en el aire una reflexión que anticipa que una plataforma como Netflix, en base a sus últimas decisiones de expansión, estaría cometiendo un error grave que podría pagar muy caro.

Observando el ranking de las series con más horas de consumo en streaming en Estados Unidos, se comprueba que Netflix sigue erigiéndose como el líder indiscutible de los servicios de transmisión. Todo el top 10 está formado por títulos originales de la plataforma, con series como Stranger Things, Ozark, Merlina, Cobra Kai o Los Bridgerton ocupando de forma respectiva las primeras posiciones. Hay que bajar hasta el puesto número 11 y el 15, donde se sitúan The Boys y El señor de los anillos: Los anillos de poder, para encontrar ficciones producidas por otra plataforma, lo que deja claro que el público, a la hora de pagar por entretenimiento, mantiene a Netflix muy por encima del resto de opciones.

Sin embargo, la cosa cambia de manera brusca si miramos la lista con las diez series más pirateadas del 2022. Toda ella la conforman en orden respectivo La casa del dragón, Chainshaw Man, Running Man, Rick y Morty, Caballero luna, Bleach, The Eminence in Shadow, El señor de los anillos: Los anillos de poder, Spy x Family y The Rising of the Shield. Es decir, ni rastro de series de Netflix, ni siquiera de fenómenos como Merlina, Dahmer o Stranger Things.

La explicación a este suceso la encontraríamos en que el método de piratería en Netflix, o más bien lo que definimos como consumir contenidos sin pagar, se produce de forma muy diferente a las descargas a través de sitios webs no autorizados o los servicios de torrent. Esta se produciría mediante el tan extendido acto de compartir cuenta y contraseñas, lo que permite a los espectadores ver contenido gratis o pagando una ínfima parte de la suscripción, ahorrarse el acto de piratear y aumentar las horas de consumo de la plataforma hasta el punto de ser un rival imbatible en los rankings.

Por esta razón, es entendible que desde Netflix quieran poner freno a esta práctica limitando el acceso a las cuentas a única red doméstica. Sin embargo, esta estrategia, que fue informada por la plataforma a sus accionistas, ha estado en prueba en varios territorios y recientemente se filtró en su página web apuntando a una implementación reciente, podría ser un clavo en el ataúd.

Con los rankings, queda demostrado que con las facilidades económicas que ofrece el compartir cuentas, los usuarios ni piensan en la piratería, que ha sido un problema sin aparente solución para todo el mercado audiovisual en general desde la irrupción de internet en nuestras vidas. Por muchas campañas de concienciación o muchas leyes promulgando el bloqueo de webs de descarga, la opción de acceder a contenidos audiovisuales de forma ilícita nunca se ha evaporado. Sin embargo, Netflix, el primer gran exponente de la explosión del streaming, consiguió romper con toda expectativa gracias a precios accesibles y a la facilidad de acceder con un solo clic a un inmenso catálogo.

Ahora, con la subida de precios que ha experimentado a lo largo de los años y lo mucho que ha crecido el número de agentes en el mercado del streaming, el panorama es muy diferente, y añadir un obstáculo más como es la limitación de compartir cuentas puede hacer que todo lo logrado hasta ahora se vaya a pique. Y es que el fantasma de la piratería sigue ahí, y si dejas de ofrecer opciones accesibles vas a regresar a la línea de salida, a que los espectadores comiencen a buscar otras opciones que les puedan ser más beneficiosas para su consumo audiovisual.

Al final, después de haber avanzado tanto en este terreno, podrían tirar por la borda todo el trabajo previo y destruir su mayor ventaja frente a la competencia. Porque, por muchas plataformas y contenidos que haya ahora mismo disponibles con opciones similares, Netflix sigue siendo el precursor de la cultura del streaming. Y los resultados entre lo más visto de 2022 vs. lo más pirateado lo deja en evidencia. Que las series más vistas del año pasado hayan sido las de Netflix y no hayan entrado entre las más descargadas ilegalmente pero sí lo hicieran éxitos de la competencia como La casa del dragón de HBO, expone el poderío de Netflix pero, también, el riesgo que corre si elimina la opción de que diferentes usuarios acceden al servicio a través de una misma cuenta.

Por esta razón, tal vez deberían valorar con mejor detenimiento estos datos y no poner el foco en rascar alguna suscripción más en base a poner trabas al usuario.

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