Netflix: tres películas escalofriantes sobre intrusos en casas

Silencio de Mike Flanagan
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Casas aisladas, protagonistas en situaciones vulnerables, pasados que condenan y, claro, una amenaza externa que irrumpe en lo cotidiano unen estos tres relatos de directores que van manejando la tensión con ritmos diferentes y giros de timón a veces forzados y, en otros momentos, funcionales a la narrativa. En esta nota recomendamos tres películas sobre intrusos que invaden lo confortable, la punta del ovillo de historias un tanto más complejas de lo que dejan entrever.

*LOS INTRUSOS

Los intrusos
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Los intrusos (netflix/)

Basada en la novela gráfica Une nuit de pleine lune de Hermann e Yves H., la ópera prima del realizador Julius Berg en cierto modo retoma el concepto de no subestimar al antagonista, como vimos en la excelente No respires, de Federico Álvarez, y, con otro punto de partida, en Los huéspedes, de M. Night Shyamalan. En este caso, un trío de jóvenes (al cual luego se le suma la novia de uno de ellos, persuadida por su pareja) ingresa a la mansión de una pareja de adultos mayores (situada, según podemos inferir, a las afueras de Londres) mientras ellos salen a cenar como es habitual en determinadas noches. Cabe remarcar que el título original de la película (The Owners/Los propietarios) está poniendo el acento en ese matrimonio en apariencia afable y bienintencionado que, a medida que el atraco comienza a ponerse más violento de lo que los adolescentes anticiparon, redoblan la apuesta y le dan pelea a esos intrusos que buscaban abrir una caja fuerte, la “llave mágica” para salir de la pobreza.

El diferencial de este thriller de Berg es que no pretende usar la carta de “ten cuidado con lo que deseas” por mucho tiempo, probablemente porque sabe que parte de una premisa utilizada en varias ocasiones, por lo cual el giro de que los dueños no son tan ingenuos y esconden algo más que dinero en su casa es presentado casi de inmediato. De esta manera, el segundo tramo del film se centra en el relato de una persecución asfixiante en la que la manipulación psicológica a veces resulta mucho más importante que la agilidad física, secuencias en las que se luce la ex Game of Thrones, Maisie Williams.

*INTRUSIÓN

Intrusión
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Intrusión (Netflix/)

Uno de los estrenos más interesantes que incorporó Netflix a su catálogo en septiembre fue Intrusión, el largometraje de Adam Salky que, al igual que todo film sobre invasión de extraños que se precie de tal, tiene a una casa alejada del mundanal ruido como protagonista excluyente. Intrusión muestra la apacible vida del matrimonio de Meera (Freida Pinto) y Henry (Logan Marshall-Green), quienes se mudan a una moderna vivienda diseñada por el hombre en Corrales, Nuevo México, para superar un trauma del pasado que terminará siendo clave para algunas vueltas de tuerca de la película. A pesar de que Salky cae en la tentación de recurrir a planos detalle de objetos como manera de remarcarnos su futura importancia en la trama, cuando no subestima al espectador, Intrusión se vuelve mucho más disfrutable al mostrar su verdadero rostro.

La acción comienza cuando a esa casa ingresan un grupo de individuos con intenciones poco claras, invasión ante la que Henry se defiende disparándoles a sangre fría. La identidad de esos hombres abre otra puerta, vinculada a la desaparición de una joven, situación que perturba a Meera, personaje que va creciendo a medida que su cotidianidad va perdiendo progresivamente la paz que estaba buscando.

Sin revelar demasiados detalles de los caminos por los que transita el film, es posible decir que la violencia de género es un tema que se aborda a partir de ciertos gestos imperceptibles que van encendiendo las alarmas, y que no necesitan golpes de efecto para inquietar y generar numerosos interrogantes.

*SILENCIO

Silencio
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Silencio (Netflix/)

Luego de que producciones como Absentia y Oculus llamaran la atención y pusieran la lupa sobre ese prometedor realizador llamado Mike Flanagan, en 2016 el director estrenó tres largometrajes, y uno de ellos fue el brillante Silencio, coescrito con su esposa y protagonista del film, Kate Siegel, quien luego formaría parte de sus tres miniseries para Netflix: La maldición de Hill House, La maldición de Bly Manor y Misa de medianoche. Curiosamente, la protagonista de Silencio, la escritora Maddie Young, se nos presenta como la autora del libro titulado Midnight Mass, la ficción que tanto tiempo le llevó concretar a Flanagan.

Silencio es un slasher hecho y derecho sin demasiadas pretensiones más que la de abocarse a las convenciones del género con una muy buena actuación central de Siegel, quien interpreta a esa mujer que perdió la audición en su adolescencia, y que debe enfrentarse a un intruso que, cuchillo y ballesta en mano, busca ingresar a su casa y quitarle la vida. De todos modos, Maddie no se dejará vencer tan fácilmente y, en esa casa del bosque en la que vive y se refugia para escribir, se suscitará una lucha de fuerzas que Flanagan, también encargado del montaje, retrata sabiendo que un film de estas características debe ser cortito y al pie. Silencio no llega a la hora y media de duración, prueba de que el cineasta sabe en qué proyectos incluir sus ya clásicos extensos monólogos y en cuáles hay que dejarlos ir.