Netflix: cómo volvió You y qué enigmas dejó por resolver para su segunda parte
“Me siento en un capítulo de The Crown dirigido por Guy Ritchie”, dice Joe Goldberg (Penn Badgley) mientras es perseguido por un sociópata cuyo pasatiempo es usar su escopeta para amedrentar a “intrusos” que se acoplan a su grupo de amigos a pesar de no pertenecer a la misma clase social, todo un pecado en sus particulares mandamientos.
Esa frase emitida por el protagonista de You, el thriller de Sera Gamble y Joe Berlanti que estrena este jueves en Netflix la primera parte de su cuarta temporada , vuelve a poner de manifiesto la autoconciencia de los showrunners en el momento de gestar nuevas subtramas que incluso no forman parte de la saga de novelas en la que se basa, concebidas por la autora Caroline Kepnes. En su regreso con cinco episodios (los cinco restantes se estrenan el 9 de marzo en la plataforma de streaming), nos reencontramos con el protagonista, el psicópata Joe, cuya voz en off vuelve a ser crucial para que You dé en la tecla con sus toques de comedia negra, independientemente del cambio de ecosistema.
Luego de asesinar a su esposa, Love (Victoria Pedretti, una incorporación a la serie tan acertada que su ausencia continúa perjudicando la trama y necesitándola para que no se derrumbe) y de dejar a su hijo atrás en los suburbios de la apócrifa ciudad californiana de Madre Linda, nos encontramos con el personaje acosando, una vez más, a una mujer con la que se obsesionó en la temporada previa, la bibliotecaria y pintora Marianne (Tati Gabrielle). Al enterarse de que la joven escapó de su hostigamiento y se fue a vivir a París, Joe se instala allí con el objetivo de encontrarla y empezar nuevamente ese ciclo enfermizo que viene poniendo en marcha desde la primera entrega con Guinevere Beck (Elizabeth Lail) en Nueva York: utilizar el ciberacoso para “conocerla”, conquistarla, manipularla y, cuando ella note que algo no está bien, terminar con su vida. A diferencia de otras protagonistas femeninas de la ficción, Marianne consigue armar una nueva vida en otro lugar, lo que no hace más que reforzar el resentimiento de Joe, quien no descansará hasta dar con su paradero.
Cuando una amiga le cuenta que la joven ya no está en París sino en Londres, You establece su flamante escenario. El camaleónico protagonista ahora tiene otra identidad: Jonathan Moore, profesor de literatura de una prestigiosa universidad. El primer episodio de este regreso, titulado “Joe se toma vacaciones”, alude no solo a cómo Goldberg busca “descansar” de su verdadera esencia y dejar atrás el femicidio de Love (entre otros) sino también a cómo es empujado a un universo que, en otras épocas, hubiese sido ideal para sus intereses. Joe creció amando los libros, aunque su pasión por la palabra esté intrínsecamente ligada a los traumas que padeció con una figura déspota que lo torturó en sus años formativos. Así, el primer episodio, escrito por Gamble y Leo Richardson, establece las bases de este nuevo capítulo en la vida de ese hombre al que el espectador está aguardando ver caer.
Los ricos no piden permiso
Con excepción de algunos flashbacks que no terminan de funcionar y que resuelven de manera conveniente -y quizá momentánea- la subtrama de Marianne, You resetea el modus operandi de Joe cuando este se convierte en el cazador cazado. Si bien intenta no establecer vínculos profundos con ninguna mujer (ni tampoco hacer amigos en ese contexto elitista en el que se mueve para su desconcierto), no tardará en verse inmerso en un murder mystery con el que la serie hace varios guiños a la obra de Agatha Christie. Cuando un colega de la universidad lo invita a una fiesta, Gamble y Richardson aprovechan la ocasión para utilizar esa secuencia a modo de Macguffin. En ese evento exclusivo conocemos a los personajes de esta temporada, que se vuelven indistinguibles unos de otros ya que la mayoría son descritos (y mostrados) como jóvenes ricos que vienen de la aristocracia, figuras enquistadas en el high art, hombres con aspiraciones políticas, y otras figuras que se aburren con tanto dinero y terminan usándolo para alimentar sus adicciones.
Desde el momento en que ven a Joe, detectan que no pertenece a su clase social y esa fiesta primigenia termina con el protagonista bajo los efectos de varios tragos que lo dejan inconsciente y con el líder del grupo muerto en su casa. Por primera vez, Joe no es responsable del hecho sino el blanco del otro actante clave de esta temporada: su antagonista, una persona que conoce su pasado y busca establecer una relación con él perpetuando el asesinato de esos individuos y, al mismo tiempo, incriminándolo en una suerte de juego perverso. En ese clima agitado, Goldberg no puede evitar sentirse atraído por la viuda del fallecido, Kate (interpretada por Charlotte Ritchie, a quien pudimos ver en la excelente comedia de Netflix, Feel Good), con quien entabla una relación franca (ella también esconde varios secretos) que se ve opacada por un “proyecto” más irresistible: el de descubrir quién es el integrante de ese grupo que sabe todo de su vida y lo tiene en la palma de su mano.
Los bruscos cambios de este regreso
A pesar de que esos intercambios entre Joe y su némesis resultan atractivos, la cuarta temporada de You (al menos su primera parte) modifica notablemente su tono. Desde su comienzo en 2018 que la serie puso el foco en cómo el personaje elegía a esa figura femenina que lo enamoraba para luego no querer soltarla (un “you” que fue cambiando de rostros, ese pronombre ligado a las fijaciones). La tercera temporada le dio una vuelta de tuerca interesante a esa premisa, con Love como una mujer que estaba llevando a cabo exactamente el mismo plan que Joe, en una narrativa que se asemejaba mucho a Perdida de David Fincher. Ninguno de los dos podía escapar del otro, hasta que la irrupción de Marianne rompe esa perversa dinámica . En la cuarta temporada, en cambio, You no termina de esbozar con profundidad a esta amplia gama de personajes que no son más que un rejunte de clichés, por lo que sus muertes (y el whodunit atado a estas) pierden fuerza en el gran esquema .
Si Joe define a sus circunstancias como una película de Guy Ritchie (donde prima el desenfreno) fusionada con la serie The Crown (la realeza también pasa a formar parte de su vida, en cierto modo) es porque el abordaje de su derrotero tiene puntos de contacto con otras producciones, no precisamente aquellas nombradas por él.
Cuando You retrata ese universo cerrado donde los ricos mandan y los demás observan, es inevitable no sentir que las secuencias son un refrito de películas como ¡Huye! de Jordan Peele (la crítica social la queda grande a la serie), Boda sangrienta de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, Muerte, muerte, muerte de Halina Reijn, y Glass Onion: Un misterio de Knives Out de Rian Johnson. A diferencia de esos exponentes diversos y brillantes, Gamble y compañía no logran imprimirles vigor a los primeros cinco capítulos y tampoco ayuda cómo el personaje de Charlotte Ritchie empalidece en comparación con el de Pedretti, quien le ponía el cuerpo con irreverencia a la contracara necesaria para un protagonista que ahora está sumido en el letargo.
En diálogo con LA NACION a propósito del estreno de la tercera temporada, Badgley destacaba el punto más atractivo de You: “Me gusta que se aprecien los elementos cómicos de la historia, yo particularmente me divierto más con la comedia negra porque es seca y oscura”, manifestaba el actor, cuya interpretación sigue siendo igual de magnética como su trabajo con la voz en off. De todos modos, con cinco episodios por delante que deberán retratar el choque entre Joe y esa figura que se obsesiona con él (además de retomar al personaje de Marianne, si es que se decide ir por esa vía), la flamante entrega de You tiene poco humor, inventiva y, sobre todo, da un paso en falso al ir en contra de las reglas de su propio universo.