No esperaba que ‘Hermanos’ se pareciese tanto a ‘Élite’

Fuente: Twitter.com/atresmediacom
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Por Miguel Ángel Pizarro.- Hermanos se ha mantenido imbatible en la noche del lunes. Por ejemplo, esta misma semana, obtuvo un robusto 15,8% de share y 1.567.000 espectadores. La ficción dejó sin opciones a Para toda la vida, la adaptación española del reality The Bacherolette, volviendo a demostrar que el fenómeno de las series otomanas sigue en la cresta de la ola frente a los realities de Telecinco. Eso sí, lo que no me hubiera esperado de Hermanos es que se fuera a parecer a Élite en sus tramas.

Hemos hablado bastante de cómo Hermanos gusta más cuando explota sus tramas adolescentes y cómo estas se parecían a las de Rebelde Way. Nombramos también entre las influencias a Élite, pero más por la situación de que un grupo de estudiantes de clase baja acaban estudiando en un instituto para alumnos de clase privilegiada por un accidente. Más allá, no veíamos una influencia clara. Es más, dada la nacionalidad de la ficción, nos inclinábamos más por ver semejanzas con la citada telenovela juvenil argentina, especialmente por su apuesta por las súper-parejas, como los casos de Doruk y Asiye (Onur Seyit Yaran y Su Burcu Yazgi Coskun) o Berk y Aybike (Recep Usta y Melis Minkari), nuestros queridos AsDor y AyBer.

Sabemos que a la serie le encanta el exceso de drama -uno de sus principales defectos- pero lo que no hubiéramos esperado es que las tramas derivaran en unas situaciones más dignas de Élite que de Rebelde Way. Estábamos acostumbrados que los arcos dramáticos turbios, con robos y asesinatos de por medio, tuvieran a los protagonistas adultos como implicados, lo que no esperábamos es que llegasen también a los adolescentes.

En el episodio mostrado este pasado lunes, vimos cómo Doruk y Ogulcan (Cihan Simsek) terminan detenidos por estar implicados indirectamente en el robo de objetos valiosos en mudanzas. Al final, la policía los exculpa, pero eso no evita que estén en prisión, con una situación digna de los crímenes de los alumnos que estudian en Las Encinas. Ya hubo ciertas pinceladas con Berk en su época de chico malo, cuando acabó en la cárcel por llevar al tío de los hermanos Eren al hospital al provocarle una hemorragia interna, pero esta vez la trama es más oscura, dado que los cabecillas de la banda no fueron detenidos.

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Estos cabecillas fueron hasta el Liceo Ataman, donde quisieron golpear a Ömer (Yigit Koçak), quien destapó esta red de robos y quería golpearle por chivato. Lo que vimos después era puro Élite, con todos los protagonistas adolescentes masculinos enfrentándose a los matones de la banda, en una batalla campal que convirtió a menores de edad en todos unos expertos de artes marciales.

Fue tan surrealista la manera en la que se produjo la pelea, que bien hubiera encajado dentro de alguna de las temporadas de la ficción de Netflix. Sin embargo, esto no es más que la culminación de un lento proceso en el que los personajes adolescentes ha ido comportándose como adultos, de una manera similar a Élite. Comienza con el hecho de que casi todos los estudiantes, menores de edad, conducen sin problemas sus propios coches, cuando la edad mínima para tener carné de conducir sea los 18 años. También está el que, poco a poco, se los va implicando en las tramas de los adultos, como que Doruk se haya quitado la venda y vea que su padre, Akif (Celil Nalçakan), es un peligroso mafioso con actitudes dictatoriales y crueles.

Tampoco podemos olvidarnos de que han surgido relaciones entre personajes adultos, como Kadir (Halit Özgür Sari) o su amigo Mazlum (Kaan Sevi), con estudiantes del colegio, como Melisa (Damlasu ÍKizoglu) o Talya (Lilya Írem Salman). Relaciones que nos recuerdan a la que tuvieron Nano y Marina (Jaime Lorente y María Pedraza) en la primera temporada o lo que tuvieron Armando (Andrés Velencoso) y Mencía (Martina Cariddi) en la cuarta.

Lo único que, de momento, las diferencia (y que creo que será lo que las diferenciará definitivamente) es que Hermanosno tiene ninguna escena de sexo explícito entre sus personajes adolescentes.Aquí es donde se puede ver el origen turco de la ficción, pues ni siquiera los adolescentes se llegan a dar besos en los labios.

Podríamos decir que a Hermanos se le está poniendo cara de ser la versión desnatada de Élite, algo que, dado que seguirá apostando por súper-parejas y tramas turbias, irá a más. Un movimiento, sin duda, que no hubiéramos visto venir, pero que, por otro lado, tiene todo el sentido del mundo, dada su afinidad por el excesivo drama.

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