No lo niegues, a ti también te intriga por qué RBD sigue siendo un fenómeno global

Los integrantes de RBD durante la entrega de los Premios Juventud 2008 (Fotografía: Rodrigo Varela/Wireimage/Getty)
Los integrantes de RBD durante la entrega de los Premios Juventud 2008 (Fotografía: Rodrigo Varela/Wireimage/Getty)

Por Luis Moreno

Mucho se ha hablado sobre el reencuentro de RBD que culminará con un concierto online el próximo 26 de diciembre bajo el título “Ser o parecer”, ¿pero cuál fue el secreto para que un grupo juvenil proveniente de una simple telenovela se haya convertido en el mayor éxito de la música pop mexicana en lo que va del siglo?

El fenómeno tiene varias explicaciones, pero hay que apuntar a que el proyecto, iniciado en 2004, llegó en el momento exacto en el que existía un vacío de ofertas para el público juvenil. Al adaptar la serie argentina Rebelde Way, Pedro Damián tuvo la visión suficiente para entender que el público adolescente estaba ávido de tener un grupo con el que se pudieran identificar y que al mismo tiempo cumpliera con un sentido aspiracional.

La Elite Way School, en donde estudiaban Maite Perroni, Anahí, Christian Chávez, Dulce María, Alfonso Herrera y Christopher Uckermann, era una escuela ficticia de clase alta, pero los dramas vividos en la telenovela conectaban de lleno con jóvenes de todos los estratos sociales, desde la secundaria hasta la preparatoria, que podían proyectarse en alguno de los personajes.

El reparto fue casi perfecto. Aquellos estudiantes ficticios eran atractivos, pero parecían comunes y corrientes. El contraste fue una de sus fortalezas, también eran rebeldes y sensibles, por no decir cursis. Además, varios de ellos sabían cantar muy bien, en especial las tres chicas. Esto dio pie a que el subproducto musical, RBD, la rompiera con su disco debut lanzado igualmente en 2004, que en poco tiempo tuvo ventas superiores al millón y medio de copias repartidas en varios países, principalmente, México, Brasil, Estados Unidos y España.

Canciones como “Sólo quédate en silencio” y “Sálvame” fueron un bombazo, clásicos inmediatos que catapultaron a RBD hasta sitios que nadie esperaba. El siguiente álbum, Nuestro amor, lanzado unos meses después, alcanzó ventas merecedoras de triple álbum de platino en apenas unas horas, un éxito que consolidó a la banda y que le permitió emprender giras por todo el mundo.

Lo que empezó como una telenovela, se convirtió entonces en un auténtico hito del entretenimiento hispanoamericano y más allá. Además de América Latina, RBD conquistó mercados inéditos para agrupaciones mexicanas de su tipo, así lo confirman las actuaciones que tuvieron en países tan diversos y exóticos como Turquía, Rumania, Japón, Eslovenia e Italia.

Pero donde el fenómeno fue realmente una cosa arrolladora fue en Brasil, país en donde RBD cosechó un éxito aún mayor que el que tuvo en México. El concierto que RBD dio en el legendario estadio Maracaná ante más 450 mil espectadores en 2006 dejó en evidencia que aquellos jóvenes habían derribado cualquier límite generacional y que, al menos en ese país, competían en fama con artistas internacionales del tamaño de Paul McCartney, The Rolling Stones y Madonna.

La fiebre por RBD tuvo también un lado obscuro. Ese mismo año, en 2006, y también en Brasil, dejó una tragedia que marcó el devenir del grupo, cuando una firma de autógrafos ofrecida en un centro comercial se salió de control. Más de 10 mil asistentes rompieron con la disposición dada por los organizadores, entre apretones y saturación de las alambradas y todo terminó en una estampida en la que murieron tres chicas, dos de ellas menores de edad.

Aun así los momentos luminosos fueron más numerosos: con ocho álbumes lanzados en seis años, tanto en español, como inglés y portugués, y ventas que superaron las 15 millones de copias, la fiebre por RBD alcanzó a decenas de países.

Ante tal panorama quedaba la duda sobre si su legado era lo suficientemente fuerte como haber sobrevivido a una ausencia de más de diez años, en especial porque su primer disco fue lanzado hace ya más 16 años, con la consiguiente maduración y envejecimiento de su base de fans original. La dificultad era mayor si se toma en cuenta que su catálogo musical estuvo ausente durante años de las principales plataformas de música en streaming.

Cualquier duda se disipó este 2020. El ingreso de la música de RBD a Spotify fue un triunfo comparable al de sus tiempos de mayor gloria, si no es que superior. Con más de 60 millones de reproducciones en una semana, la banda comprobó que seguía vigente y que había decenas de miles de personas deseosas de volverla a escuchar. Así lo comprobó otro hecho contundente: los álbumes de RBD ocuparon las cinco primeras posiciones del top 10 de ventas de una famosa cadena de discos en México, pese a que ya no eran una novedad, otro acontecimiento inédito en la industria.

Pareciera que incluso los fans de clóset, como esos rockeros que en su momento lloraban con “Sálvame” en secreto, se han subido al fin al carrito de la victoria por lo que se puede anticipar que el regreso de RBD dejará buenos dividendos para todos los involucrados mientras sepan mover sus fichas de manera adecuada.

Sin embargo, al menos en principio el reencuentro tendrá dos sensibles ausencias: Dulce María y Poncho Herrera no estarán en el concierto del próximo 26 de diciembre, esto porque, de acuerdo con rumores, la relación de ambos no es muy fluida con Anahí, quien encabeza la producción del evento.

Lo anterior no ha impedido que el concierto sea ya otro récord en la carrera de la agrupación. Con 100 mil boletos vendidos en las primeras 48 horas, se anticipa que el concierto sea todo un suceso ante el que el único desafío será que las cuestiones técnicas estén a la altura de un público de cinco continentes deseoso por ver a sus ídolos de juventud.

¿Será este el comienzo de una nueva época de oro para RBD? La mesa está servida para que así sea, y que una vez que la pandemia se aminore, aquellos jóvenes vuelvan a la conquista de escenarios por todo el mundo de una manera que ni ellos ni Pedro Damián podían imaginar en 2004 cuando iniciaron una telenovela juvenil que aparentaba ser un refrito más importado de Sudamérica.

“Solo quédate en silencio cinco minutos, acaríciame un momento, ven junto a mí”, decían uno de sus viejos éxitos. Al final el silencio se prolongó por 12 años y ahora el grito contenido de millones de personas está deseoso de salir. Veremos qué se desempeñan en diciembre, un día después de Navidad, en el que podría ser el mejor regalo para todos sus nostálgicos admiradores.

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