'El novato': a Noah Centineo le queda grande un trillado relato sobre espías
El novato (The Recruit/2022). Creador: Alexi Hawley. Dirección: Julian Holmes, Doug Liman, Emmanuel Osei-Kuffour, Alex Kalymnios. Elenco: Noah Centineo, Laura Haddock, Aarti Maan, Cotton Dunn, Fivel Stewart. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: regular.
El carisma de Noah Centineo despuntó por primera vez en la saga de A todos los chicos de los que me enamoré, en la que tenía que personificar al interés romántico de la protagonista con una mezcla de charm pero también de rebeldía propia de un galán reacio, aquel cuya sensibilidad no sale a la luz por ciertos traumas del pasado.
La fórmula Noah Centineo + comedias románticas de Netflix siguió funcionando -aunque con menos éxito- con Sierra Burgess es una loser y la más encantadora La cita perfecta, en la que formó una muy buena dupla con Laura Marano, que estaba a la altura de la que había conformado con Lana Condor en las tres películas que adaptaban las novelas young adult de Jenny Han. Tras una participación olvidable en el relanzamiento de Los ángeles de Charlie y en la más bombástica Black Adam, el actor decidió producir su primer proyecto (y protagonizarlo), que llegó este mes a la plataforma de streaming y cuya propuesta es un tanto deslucida.
El novato comienza explotando las fortalezas del actor, con un flashforward en el que vemos a su personaje, el abogado de la CIA Owen Hendricks, en una peligrosa misión que lo lleva a cuestionarse qué hizo mal para estar en una posición de alto riesgo y disonante con su cargo. En esa escena inicial de la flamante serie de Netflix, Centineo apela nuevamente a su carisma y a toques de humor para componer a ese joven que, sin darse cuenta, terminó envuelto en una red de espionaje de la que debió haberse mantenido al margen.
El gag recurrente de la ficción de ocho capítulos de Alexi Hawley es efectivo al comienzo y luego se convierte en un manotazo de ahogado cuando se vislumbra que la historia se va quedando sin vigor. El novato arranca precisamente con la lógica de “sapo de otro pozo”, con el protagonista recién recibido como letrado y pagando derecho de piso en la CIA, escenario en el que se maneja con una ingenuidad que apela a la suspensión de la incredulidad del espectador. Si bien se percibe un homenaje velado a Intriga internacional, de Alfred Hitchcock y todos los derivados de esa obra maestra, El novato no tardará en mostrar sus falencias cuando Hendricks es arrastrado a un mundo donde no valen las reglas y él deba guiarse por el instinto.
De manera desconcertante, la serie pasa de ser una suerte de comedia de situaciones en el ámbito laboral con Owen siendo víctima de los tejes y manejes de dos compañeros de trabajo, a saltar rápidamente hacia la otra vereda, la de un thriller de espías más seco, uno que se toma demasiado en serio a sí mismo. El cambio de tono es un problema per se, ya que da la impresión de que El novato no sabe exactamente cuál es su rumbo (y se va desinflando en el proceso) y el panorama se complica aún más cuando Hendricks conoce a su talón de Aquiles. Su coqueteo con el riesgo se suscita al encontrar, con una celeridad irrisoria, una carta de una exempleada de la CIA (Max Meladze, interpretada por Laura Haddock) en la que la mujer amenaza con revelar operaciones secretas y nombres de los responsables a cargo.
La primera falla narrativa llega con este giro argumental al que luego se le intenta dar una razón de ser: Hendricks no está a cargo de interrogatorios y, sin embargo, es enviado a la cárcel donde se encuentra Max para poder verificar el grado de veracidad de las amenazas espetadas. Cuando el joven confirma que la mujer representa un riesgo para la CIA y lo comunica, se pone en marcha la trillada historia del individuo que huele que algo no está bien en ese entorno y decide ocultar su proceder, con todo lo que esto implica.
Más allá de que se trata de una convención narrativa válida, en El novato el vínculo entre Owen y Max se va tornando tedioso a medida que se “amaga” con la revelación de ciertos hechos que luego no desembocan en ninguna parte. En este aspecto, es Haddock quien se luce al correr a su personaje del estereotipo aportando una bienvenida bravura y solvencia para las secuencias de acción. A Centineo, en cambio, la serie le queda grande y su carisma no es suficiente para mantener el interés.
Por otro lado, resulta inexplicable que un cineasta experimentado en el género como Doug Liman (quien dirigió, entre otros largometrajes, los excelentes Al filo del mañana y Barry Seal: sólo en América, ambos con Tom Cruise a la cabeza) haya sido el responsable de los primeros episodios de una serie que no solo no logra transmitir adrenalina sino que está muy por debajo de lo que el realizador tiene para ofrecer. Asimismo, El novato apela a cliffhangers que podrían estar anticipando una segunda temporada que va a requerir, sin dudas, de guiones más ajustados con ideas que busquen innovar más que descansar en los pormenores de un género en el que no se destaca.