Oriana Sabatini y Paulo Dybala: un amor que surgió en las redes, el celestino que facilitó un número de teléfono y las delicias de una temprana convivencia

Oriana Sabatini y Paulo Dybala: un amor que surgió en las redes, el celestino que facilitó un número de teléfono y la convivencia lejos de casa
Oriana Sabatini y Paulo Dybala: un amor que surgió en las redes, el celestino que facilitó un número de teléfono y la convivencia lejos de casa

Se seguían en Instagram y fue él quien se animó a escribirle por privado para invitarla a cenar. Ella no tenía idea de quién era. Creyó que era un tenista, hasta que confirmó con sus amigas que era una estrella del fútbol y estaba en Italia, jugando en la Juventus. En realidad, quien le dio ese dato preciso fue su papá, Osvaldo Sabatini. Esos primeros mensajes surgieron durante el 2018 y finalmente la cita se concretó cuando él visitó Argentina, después del Mundial de Rusia, con el secreto deseo de conocerla. Oriana Sabatini estaba recientemente separada de Julián Serrano, y Paulo Dybala, su pretendiente, había terminado una relación con Antonella Cavalieri.

“No lo conozco porque no veo mucho fútbol. Le pongo ‘like’ a muchísimas personas y cuando surgieron todos estos rumores me pregunté quién era y en el medio de esos rumores empecé a seguirlo. Es un lindo chico, pero nunca lo vi físicamente, no sé cómo es como persona. Me importa más la personalidad que cómo es físicamente ”, decía la cantante cuando surgieron los rumores de un acercamiento virtual a Dybala. Y en otra oportunidad reveló que tampoco él la conocía de la tele (ella estaba en Aliados, que entonces emitía Telefe). “Me vio por Instagram. No sé si hubo un celestino, pero Ricky Sarkany ayudó porque le pasó mi contacto”, asumió el futbolista, dejando en evidencia al inesperado celestino de esta historia de amor.

Oriana y Paulo, en los inicios de su romance
Oriana y Paulo, en los inicios de su romance - Créditos: @Instagram

La historia de amor de Oriana y Paulo fue un flechazo. Esa primera cita fue un éxito y supieron que querían estar juntos. Los primeros tiempos, sin embargo, tuvieron que conformarse con un amor a la distancia. Ese amor y las ganas de compartir crecieron tanto que ella se mudó a Italia, a pesar de que sus padres, Catherine Fulop y Osvaldo Sabatini, no estaban del todo de acuerdo : la relación era demasiado reciente.

Contra viento y marea, los dos jóvenes escucharon a su corazón y se jugaron. Conviven desde hace cinco años, la pareja se fortaleció durante la pandemia por el covid-19, y acaban de comprometerse “para siempre”. ¡Pronto se viene la boda! En estos años los fans siguieron el día a día de la pareja a través de sus redes sociales, donde mostraron vacaciones, regalos y otros detalles de su vida cotidiana.

Te sigo a todas partes

Oriana debió dejar un poco de lado sus sueños de actriz y cantante, y si bien sigue trabajando, no le dedica todo el tiempo que había imaginado. Y es que ella no dudó en poner en stand by su incipiente carrera para seguir a Dybala y apoyarlo en su profesión. “ Me fui a vivir a un país sin familia ni amigos, yo soy una persona que necesita su red de contención... La verdad me re costó, no sé qué pensarán las mujeres de otros jugadores, pero es re difícil... Me llevó tres años acomodarme ”, admitió en LAM, el año pasado.

Oriana Sabatini y Paulo Dybala junto a sus mascotas
Oriana Sabatini y Paulo Dybala junto a sus mascotas

Quienes la conocen saben lo importante que es este momento para Oriana porque hace tiempo que sueña con casarse. El año pasado lo dejó en claro cuando visitó el programa Los Mammones: “Miro propuestas de casamiento por internet en mis ratos libres. No sé de dónde saqué esa fantasía, creo que de Disney. Me encantaría casarme, pero de acá a que pase... Yo espero que él me lo pida. Él es medio como yo con la maternidad: yo no sueño con eso y él sí sueña con ser padre, y yo sueño con el casamiento y él no sueña tanto con eso. Nunca se sabe igual, que pase lo que tenga que pasar”.

Varias veces hubo rumores de embarazo, sobre todo cuando Dybala festejó un gol con una seña que muchos vincularon a la maternidad. Pero ese momento todavía no llegó.

En Implacables, por Elnueve, Oriana dijo hace un tiempo, entre risas: “No hay anillo por ahora, pero bueno... Me vine de blanco, estoy manifestando”. La cosa empezó a tomar color cuando, en una boda familiar, ella se quedó con el ramo de la novia y entonces todos coincidieron que “si hay ramo, hay anillo”.

Habitués de las redes y con muchos seguidores ambos, se animaron hace poco a hacer un challenge de TikTok, que consistía en enumerar tres cosas que no les gusta de la otra persona. Él propuso arrancar y sacó todos los trapitos al sol: “Esta chica pone la alarma y no sé para qué, porque no se despierta. La pone, la termino apagando yo y ella sigue durmiendo. Y yo, que podría dormir más... La pone como 10 veces. Ya arranco de mal humor… En el baño tenemos lugar para dos personas, pero nada es mitad y mitad. Es un cuarto para mí y todo lo demás para ella. Ella tiene crema para la cara, cejas, pelo.... Y lo tercero para mí es el desorden de esta piba, ni se ven los percheros”.

Paulo Dybala y Oriana Sabatini, durante unas vacaciones en Nueva York
Paulo Dybala y Oriana Sabatini, durante unas vacaciones en Nueva York - Créditos: @instagram @orianasabatini

“¿Me puedo defender?”, interrumpió ella. “Lo que no me gusta de vos es que no te gusta mucho hablar. No me gusta que a veces tardás más que yo para prepararte, sos más indeciso que yo. Te cuesta tomar una decisión… Lo tercero que no me gusta de él, no es malo pero es malo para mí, es que vos sos muy social y yo soy antisocial”.

Si bien el anillo representa un compromiso, hace tiempo que ellos tienen en mente la idea de formalizar su relación. En varias de sus fotos puede verse que comparten al menos dos tatuajes: en sus brazos ambos tienen un diminuto corazón con idéntico diseño y además también tienen una palmera.

Todavía no hay fecha de boda concreta, o si la hay solamente ellos la saben. Pero Oriana está muy feliz porque está cada día más cerca de cumplir su sueño de pasar por el altar con su príncipe azul.