Paula Babiano, una joya arquitectónica en Sotogrande
Paula Babiano ha crecido entre los rincones y jardines de la casa donde nos encontramos. También vio nacer aquí su proyecto gastronómico, Balbisiana, la firma de tartas artesanales más demandada de España. Hace 25 años, cuando sus padres se separaron, su madre le compró esta propiedad en Sotogrande (Cádiz) a su mejor amigo, Salvador Villar. Salvador era arquitecto y la casa era un triángulo que acababa en la salita, supermoderna para la época. "Mi madre fue haciendo añadidos para hacerla más cómoda y diseñó el jardín, una de las partes más bonitas", cuenta.
-¿Cuál es vuestra relación con Sotogrande?
-Yo nací en Algeciras y nos vinimos a vivir a Sotogrande siendo yo muy pequeña. Además, fui a la guardería y al Colegio Internacional de Sotogrande. Puedo decir que he crecido aquí. Mis padres eran abogados y participaron en operaciones tan señaladas como la fundación del Real Club de Golf Valderrama. Tengo unos recuerdos buenísimos de la urbanización, cuando no había casi nada construido e íbamos al lago, que ahora está integrado en el Club de Golf Almenara, de excursión a través del bosque.
-¿Cómo definirías la casa?
-Yo diría que es de estilo clásico, aunque realmente la decoración ha ido surgiendo más por la necesidad de darle un nuevo aire y he adaptado los muebles al estilo de la casa, que es más andaluza que otra cosa.
"Mi madre le compró la casa a su mejor amigo, el arquitecto Salvador Villar, hace 25 años y era supermoderna para la época"
-Acabas de redecorarla, ¿cómo lo has hecho?
-Tenía la necesidad de cambiarla, porque el recuerdo de mi madre [que falleció hace poco] era demasiado doloroso, así que la he redecorado lo suficiente para hacerla más mía. Nada estructural, salvo un nuevo cuarto de servicio. Para lo demás he ido combinando piezas de anticuario con muebles que ya teníamos. Las camas las cambié casi todas, al igual que los sofás, para darle un aire más veraniego. El comedor y todos los muebles del porche son nuevos. He renovado todos los cabeceros, y donde antes había un estudio que daba a la piscina hemos creado una habitación. Mi cuarto lo hemos convertido en una zona para niños. La salita, por otra parte, era muy oscura, así que metimos dos grandes sofás de lino blanco y una alfombra clara para ganar luz.
-¿Has contado con la ayuda de alguien para decorarla?
-No, ¡pero me habría encantado! Ahora mismo la casa es demasiado grande solo para mi marido y para mí, así que la estamos alquilando por temporada. Tenemos intención de crear nuestra propia familia y, cuando así sea, le haremos una buena reforma para adaptarla a nuestro gusto.
-Esta casa tiene un gran valor sentimental para ti, ¿qué recuerdos guardas de ella de cuando eras pequeña?
-Es curioso, porque cuando mis padres se separaron nos mandaron un verano a Estados Unidos y, a la vuelta, mis cosas ya estaban en esta casa. Recuerdo que me fascinó el alcornoque y me senté en la cocina a pintarlo. Mi madre enmarcó ese dibujo y aún lo guardo. Además de eso, tengo recuerdos de muchos momentos felices con mi madre y hermana. A mi madre le encantaba hacer fotos y además todos los veranos organizábamos una fiesta en la que acabábamos todos en la piscina.
-También ha sido testigo del nacimiento de Balbisiana.
-Sí, y es uno de los recuerdos que guardo con más cariño. Me ponía a elaborar recetas aquí y se las daba a probar a mi familia. El marido de mi madre decía que mi tarta de limón era mejor que la de Fauchon y yo me inflaba de orgullo. Aquí también nacieron las famosas trufitas de Oreo.
-¿Cuál es la pieza de mayor valor sentimental que tienes?
-Intento no volcar valor sentimental en ningún objeto material porque esos apegos no me vienen bien. Para mí la casa está plagada de recuerdos de mi madre: llegando con la compra por las mañanas, bailando Abba con mi tía al lado de la piscina o lo que nos reíamos cuando me cortaba el pelo en su baño ¡Aquello nunca salía bien!
-¿Y tu rincón favorito?
-El columpio. Me trae a la cabeza mis veranos aquí pasando la tarde con un libro y ahora columpiando a mis sobrinas. Me ha hecho mucha ilusión que salga en este reportaje.
-¿Cuánto tiempo pasáis aquí a lo largo del año?
-Antes venía todos los meses y ahora en realidad también porque poner la casa ha sido un esfuerzo ímprobo estando a tanta distancia. Hemos pasado aquí el mes de julio y luego nos gustaría bajar en algún puente o en Navidad. Es nuestro primer año de casados y aún tenemos que crear nuestras rutinas.
-¿Sueles ejercer de anfitriona y recibir a gente en casa?
-¡Sí! Desde que nos la quedamos no hemos parado de invitar porque, como decía, para nosotros dos es demasiado grande. Pero no sé vivir sin Sotogrande, que considero mi casa. Cuando estamos aquí, solemos salir en barco, jugamos al pádel o al golf y vamos a ver el polo por las tardes. Cuando están mis sobrinas, me encanta llevármelas temprano a la playa. En invierno vamos a comer al campo con mis tíos, con los que tenemos mucha relación, y damos paseos. Tengo pendiente enseñarle a Ignacio, mi marido, Gibraltar y los pueblos blancos de Cádiz, que son una maravilla.
"El columpio me trae a la cabeza mis veranos felices aquí con mi madre y mi hermana. Ahora lo uso para columpiar a mis sobrinas"
"Esta casa ha sido testigo del nacimiento de Balbisiana. Yo hacía recetas y se las daba a probar a mi familia. Es uno de mis recuerdos más bonitos"
-¿Cuál es tu menú ideal cuando eres anfitriona?
-Pondría una crema fría de pepino y menta y, de segundo, una carne fileteada para calentar la salsa. De postre, tarta de mango o algún helado o sorbete.
-Hablemos de tartas, ¿cuáles son tus sabores favoritos para el verano?
-Soy una loca del mango, pero también me gustan los sabores cítricos para el verano, como la tarta de lima o la de limón.
-¿Cambia mucho la repostería de verano respecto a la de invierno?
-La verdad es que sí. En invierno tendemos más a chocolates o sabores calóricos que contengan frutos secos como la avellana. En verano, nos apetecen cosas más fresquitas de fruta, ¡aunque las trufitas, por ejemplo, son perfectas para cualquier época del año!
"Nos vinimos a vivir aquí de pequeñas. Mis padres eran abogados y participaron en operaciones tan señaladas como la fundación del Real Club de Golf Valderrama"
-¿Cuáles son tus próximos proyectos respecto a Balbisiana?
-Seguir perfeccionando nuestras tiendas y cafeterías. Acabamos de estrenar nueva carta y brunch, y la acogida está siendo buenísima. También hemos puesto en marcha bandejas saladas de picoteo a domicilio y un departamento completo de eventos, en los que hacemos desde mesas dulces de ensueño hasta caterings completos en eventos. corporativos.
"Antes bajábamos desde Madrid una vez al mes. Y ahora también, porque reformar la casa ha sido un esfuerzo ímprobo. Pasamos aquí casi todo el verano"