Phubbing: fenómeno psicológico con consecuencias negativas para el equilibrio emocional
No deja de impresionarme cómo mi amiga -que tiene casi 50 años- me ignora completamente cuando algo ocurre en su teléfono. Una notificación, un sonido, algo… Su atención queda completamente absorbida por la pantalla y no escucha, no ve, no responde. Puede pasar un buen rato ignorándonos, y hasta deja palabras en conversaciones por la mitad. Cuando se da cuenta de que todos a su alrededor nos quedamos en silencio, dice “¡Ay disculpen!”. Esta es una descripción breve y casual de lo que es el phubbing, un fenómeno psicológico que puede tener consecuencias muy negativas.
Pareciera que quienes quedamos ignorados somos los principales afectados, pero no. Este comportamiento tiene consecuencias importantes para la salud mental de quienes lo llevan a cabo.
La era que vivimos ha traído no solo las mil ventajas de la tecnología, el acercamiento tan necesario cuando vivimos lejos del hogar, la rapidez para estar informados y muchas otras cosas, pero también un cambio poderoso en cuanto a nuestro comportamiento y a nuestras relaciones. No en vano se han hecho comunes términos como breadcrumbing, ghosting y benching, que describen más prácticas amorosas de esta época digital. Ahora el phubbing se suma a la lista de términos que tenemos que conocer para evitarlos.
La palabra phubbing surge de la combinación de phone (teléfono) y snubbing (ignorar), por lo que resulta fácil deducir que este comportamiento consiste en ignorar a la persona que tienes al lado por quedar absorto en el teléfono celular o cualquier otro aparato electrónico. ¿Haciendo qué? Pues viendo videos e interactuando en redes sociales, enviando y recibiendo mensajes, chateando, y se llega al punto de ni siquiera escuchar a quienes te hablan.
Pareciera algo sencillo que puede solucionarse con un llamado de atención, pero en realidad este comportamiento que también podemos llamar desaire telefónico puede ser una preocupación importante para nuestra salud emocional y física.
El psicólogo Dan J. Tomasulo, de la Universidad de Pensilvania, dice en un artículo de su autoría en Psychology Today que este comportamiento puede generar en quienes lo padecen y también en quienes lo ejecutan más emociones negativas como ansiedad y depresión.
De hecho algunas investigaciones, según dice el experto, han arrojado que quienes interrumpen o se desconectan de una conversación o ignoran a quienes los rodean por mirar sus teléfonos “crean un latigazo emocional” y es posible que estén deprimidos o sufran de ansiedad y otros desequilibrios emocionales, puesto que esta es una señal clara de adicción tecnológica.
Incluso, se dice que el phubbing reduce la satisfacción de la relación entre parejas románticas y puede dañar las relaciones entre padres e hijos. Sus tentáculos -¿o deberíamos decir señales electrónicas? pueden alcanzar las relaciones laborales y académicas, porque se afectan todas las interacciones personales, disminuye la conexión emocional entre las personas, y lo creamos o no, estas son necesarias para el bienestar incluso en la vejez. Muchísimo más que los mensajes y videos.
Cómo afecta
Como se dijo, tanto quienes son ignorados como los que ignoran se puede ver afectados. Los primeros, además de sentirse menospreciados pueden ver mermada su confianza y autoestima. Las interacciones sociales se ven afectadas por una comunicación ineficiente y puede sentir resentimiento.
Los segundos, quienes ignoran, pueden ver afectadas sus relaciones por muchas razones: si no están poniendo atención a lo que se les dice, se dificulta la comprensión, esto puede llevar a malos entendidos, a la confusión y hasta el fastidio mutuo.
Quienes caen en la cautivante pantalla del teléfono e ignoran a quienes tienen alrededor, les cuesta ponerse en el lugar de los demás y comprender lo que se les está transmitiendo. Pero además, este comportamiento conduce a una desconexión de la realidad, lo que puede generar mayor insatisfacción ante todos los aspectos de su vida cotidiana. Esto sin hablar de que al distraerse tan fácilmente, seguro ven mermada su productividad en el trabajo o los estudios. Y es que es imposible rendir si estamos constantemente poniendo como prioridad la atención al teléfono, y esto incluye nuestro desempeño en actividades como conducir.
Cómo reconocerlo
Es posible que no nos demos cuenta de que tenemos este comportamiento, y es muy importante detectarlo a tiempo para evitar que nuestras relaciones empeoren.
Además de ser un fenómeno que anuncia que podríamos estar ante una adicción tecnológica, puede estar relacionado también con otros aspectos psicológicos como el temor de perderse de algo, el famoso FOMO, que viene de las siglas de la frase en inglés fear of missing out, una necesidad de evadirse del entorno, o la necesidad constante de ser validado socialmente en redes sociales.
Pero además, la psicoterapeuta Kaytee Gillis sugiere que pongamos atención a algunas señales como que nos desplazamos por redes sociales inmediatamente después de sentarnos a comer con alguien; pensamos constantemente en revisar el teléfono aunque alguien esté hablando; siempre contestamos, aunque estemos con otras personas; y siempre estamos pensando en publicar fotos de lo que hacemos y en compartir hasta nuestros mínimos pensamientos.
Qué hacer
El doctor Tomasulo asegura que la clave está en no dejarlo pasar, como si no ocurre. Ignorar la la situación solo hará que continúe o se repita, lo que seguirá alimentando los sentimientos negativos que provoca.
Para ello, es recomendable buscar, de manera sutil y respetuosa, hacerle ver a la persona lo que está ocurriendo. Por ejemplo, apenas la persona caiga absorta en su teléfono puedes decirle que si prefiere regresas más tarde a conversar con ella, o también que mejor esperas a que termine lo que está haciendo para poder conversar.
Quienes tienen este comportamiento también pueden llevar a cabo algunas estrategias. La primera y más obvia es tener la consciencia de que alguien está compartiendo su tiempo con nosotros. Tener la consciencia de que el tiempo de ambos es valioso, hará que nos motivemos a tener el teléfono guardado durante la conversación, así estaremos presentes y atentos al momento que vivimos, a la comunicación que estamos por tener.
Otra estrategia sugerida es tratar de ser auténticos. Si estamos tratando de enmascarar lo que sentimos también nos distraeremos. Hagamos el esfuerzo por mantenernos concentrados en lo que nos están diciendo para poder responder eficientemente, con honestidad y transparencia.
Por último, practicar la escucha activa, que es no solamente oír las palabras que nos dicen sino escuchar el mensaje y verificarlo repitiéndolo. Esto amerita consciencia, concentración, y empatía.
Este artículo tiene como finalidad ofrecer información general y educativa sobre temas relacionados con la salud y el bienestar. Sin embargo, esta información no debe ser considerada como un reemplazo del consejo de su doctor ni debe ser utilizada para realizar tratamientos sin supervisión médica. Yahoo no se hace responsable de ningún diagnóstico hecho por un usuario basándose en este contenido. Si usted está preocupado por su salud, siempre consulte a su médico de cabecera u otro profesional calificado de la salud antes de tomar cualquier acción.
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