La clave de bienestar que nos ayudará a llegar más saludables a los 80 años

Una dieta saludable y equilibrada, ejercitarnos con frecuencia y evitar malos hábitos ayuda a retrasar el envejecimiento, pero hay una clave de bienestar que, además, nos permitirá ser más sanos en la vejez. (Getty Creative)
Una dieta saludable y equilibrada, ejercitarnos con frecuencia y evitar malos hábitos ayuda a retrasar el envejecimiento, pero hay una clave de bienestar que, además, nos permitirá ser más sanos en la vejez. (Getty Creative)

Es lógico. Los hábitos saludables universales casi todos los conocemos. Cuidar nuestro organismo evitando costumbres perjudiciales que adelantan su deterioro, como el tabaquismo, con una hidratación adecuada y con una alimentación equilibrada; realizar actividad física frecuente, y lógicamente, evitar el sedentarismo… Me dirán, lectores, que -aunque no todos podemos o queremos recorrerla- todos sabemos cuál es la vía correcta para llegar saludables a los 80 años de edad.

No dejemos de lado, el cuidado de la piel o las precauciones que debemos tomar ante el dañino efecto de los rayos solares, así como también los avances científicos y técnicas existentes y que funcionan para envejecer bien.

Aunque parece todo muy evidente, aún hay más, mucho más, y así lo ha ido desarrollando una investigación de Harvard que se considera uno de los estudios sobre la vida adulta más prolongados y extensos realizados en la historia.

Dirigida por el psiquiatra Robert Waldinger, esta investigación sigue la vida de dos generaciones a lo largo de más de 70 años, y a esta altura ha generado cientos de ensayos, varias entrevistas y conferencias y ahora el libro Una buena vida: El mayor estudio mundial para responder a la pregunta más importante de todas: ¿Qué nos hace felices?, y es que una de las conclusiones más importantes -y sorprendentes, por lo menos para quien escribe- es que las relaciones interpersonales están estrechamente ligadas con nuestra salud y, si son buenas relaciones, con la felicidad, mientras que la soledad enferma.

Un estudio, de los más extensos que se han realizado, demostró que las relaciones personales tienen gran influencia en la calidad de vida, la felicidad y la salud de los individuos. (Getty Creative)
Un estudio, de los más extensos que se han realizado, demostró que las relaciones personales tienen gran influencia en la calidad de vida, la felicidad y la salud de los individuos. (Getty Creative)

Para llegar a esta conclusión, entre muchas otras relacionadas con la adultez, los investigadores contactaron a los 724 participantes cada dos años desde 1938. Y continúan con 1,300 de sus hijos, es decir, la segunda generación.

Se indagaba acerca de su salud física, pero también sobre su salud mental, sus oficios, vida profesional, sus relaciones de pareja. Asimismo, se realizaron periódicamente exámenes de sangre, test cerebrales, cuestionarios y otros estudios médicos, y así se pudo evaluar también cómo las decisiones que tomaron los individuos y las circunstancias en las que se fueron desarrollando influyeron en su vida hasta envejecer.

La gran conclusión fue que las personas más sanas (y felices) fueron aquellas que han mantenido o mantuvieron relaciones afectivas con otras personas. Estos vínculos son esenciales en la calidad de vida de los individuos, al punto que podría considerarse que lo mejor que podemos hacer por nuestra salud es tener buenas relaciones con otras personas, pues estas, y no el dinero o la fama, son las que se traducen en felicidad y bienestar.

En una entrevista con The Health, publicación especializada de Readers Digest, Waldinger dice que “las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones a los 50 años eran las más saludables a los 80 años”, y menciona también que no es tan importante la naturaleza de estas relaciones -de amistad, amorosas, familiares- ni la cantidad, sino la calidad.

Descubrimos que los seres humanos necesitan ejercicio, nutrición y un sentido de propósito, pero sobre todo, nos necesitamos unos a otros”, dice. “Cuidar tu cuerpo es importante, pero cuidar tus relaciones también es una forma de autocuidado. Esa es la revelación”.

Según el estudio, las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones interpersonales a los 50 años eran las más saludables a los 80 años. (Getty Creative)
Según el estudio, las personas que estaban más satisfechas en sus relaciones interpersonales a los 50 años eran las más saludables a los 80 años. (Getty Creative)

De esta manera, lo satisfechos que los individuos se sentían con sus relaciones a los 50 años fue el mejor predictor de la salud a sus 80, que sus valores en sangre, su fortuna o su genética, con lo cual se aconseja no solo tener buenas relaciones interpersonales, sino alimentarlas, nutrirlas y preservarlas.

Finalmente, entre los beneficios para la salud de las buenas relaciones, respaldados por esta investigación están un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, menor riesgo de deterioro cognitivo, mayor equilibrio en cuanto a la presión sanguínea, menos riesgo e sufrir depresión y ansiedad y, por supuesto, control del estrés, lo cual tiene como consecuencia menor inflamación.

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