Yahoo Estilo Plácido Domingo: dos conciertos a sala llena, la batuta de Toscanini y el amor del público argentino
Con un concierto a beneficio de los refugiados y desplazados por la invasión rusa de Ucrania y la transmisión gratuita por streaming y en pantalla gigante en Plaza Alemania del que había brindado el jueves, Plácido Domingo se despidió anoche del público argentino, que lo ovacionó en sus dos presentaciones en el Teatro Colón.
Este segundo concierto contó con la presencia de destacados integrantes de la comunidad ucraniana en la Argentina, quienes disfrutaron junto al público un programa musical que incluyó obras de Giuseppe Verdi, Umberto Giordano, Francesco Cilea, Gerónimo Giménez, Reveriano Soutullo y Juan Vert, José Serrano, Ruperto Chapí, Pablo Sorozábal, Reveriano Soutullo, Federico Moreno Torroba, Francisco Asenjo Barbieri y Amadeo Vives . Junto al cantante español subieron al escenario la soprano María José Siri, que ya lo había acompañado en el concierto de Gran Abono del jueves 7, así como la mezzosoprano Guadalupe Barrientos. Entre los bises se contaron dos clásicos gardelianos como “Volver” y “El día que me quieras”, así como “Muñequita linda”, de María Grever, y “Granada”, de Agustín Lara.
Durante el concierto, el violinista y presidente de la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón, Diego Tejedor, anunció que después de 81 años sin ser utilizada, la batuta que en 1941 el maestro Arturo Toscanini le regaló a Carlos Pessina, el primer concertino principal que tuvo la Orquesta, volvería a ser utilizada para dirigir la Meditación para violín y orquesta de la ópera Thais. El tenor, gran admirador de Toscanini, dirigió a la Orquesta Estable con la batuta a lo largo de unos compases de La forza del destino.
Un emocionado Plácido Domingo expresó al término de la función de anoche: “Qué maravilla estar con ustedes, la verdad que son un público extraordinario, este teatro es increíble. Nos hemos divertido, espero que ustedes también.”
Una hora antes de que comenzara la transmisión en directo desde el Teatro Colón, las 200 sillas dispuestas para el público estaban todas ocupadas. Pero no importó, la gente siguió llegando, unos con sus propios asientos y otros se sentaron en los bancos alrededor de la plaza y en el pasto. La temperatura agradable y el clima primaveral jugador a favor de la propuesta.
Todos coincidieron en el agradecimiento de tener la posibilidad de poder asistir a una transmisión de esta naturaleza. “Es un poco como estar dentro del teatro”, explicaron. Otros aseguraron que estos eventos culturales gratuitos son la única manera de poder acceder a ellos y que desean que se sigan promoviendo.
Fue el propio Plácido Domingo quien dio comienzo al evento. Un mensaje grabado para la ocasión, en el que se dirigió a todos los presentes con un agradecimiento por haberse acercado a la plaza a disfrutar de la transmisión y también a las autoridades del Teatro Colón y del gobierno de la ciudad por la oportunidad de “cantar por la paz”.
Mientras el concierto avanzaba, la gente seguía llegando a la Plaza Alemania. Familias con niños, parejas y algún que otro runner y ciclistas que al pasar por el lugar decidieron hacer una pausa para disfrutar de la música.
A 50 años de su debut en el Teatro Colón, Plácido Domingo es una figura que sigue despertando admiración por parte del público argentino. Así lo hicieron saber quienes se acercaron a la proyección.
Situada de espaldas a la fuente Riqueza Agropecuaria Argentina, la pantalla transmitió todas las alternativas del concierto, que abarcó obras de Verdi, Giordano, Berlioz, Thomas y Massenet.
En el final, el segmento dedicado a las canciones de zarzuela española fue recibido con muchísimo entusiasmo. Había quienes conocían las canciones y las cantaban bajito, sin querer molestar a quienes estaba a su alrededor. El aplauso final dio la sensación de que el prestigioso tenor no estaba en la pantalla, sino en persona. Tuvo la misma calidez que los producidos en el interior del Teatro Colón.
Uno de los grandes cantantes líricos de todos los tiempos
El jueves, como parte del Gran Abono de la temporada, el tenor español había realizado su primer concierto a sala llena. Como escribió el crítico Pablo Kohan, “el público colmó el Colón de platea a paraíso para ir a manifestarle su amor a uno de los cantantes líricos más completos, versátiles y admirables de todos los tiempos. Con una historia a cuestas que pocos -en realidad, nadie- puede exhibir, el gran tenor español, hoy, a los 81 años, devenido en barítono, ingresó al escenario del teatro y el público, de pie y a los gritos, le ofreció una ovación tan extensa como atronadora. No es difícil admitir que esos minutos tributados a Domingo eran un claro y muy sentido reconocimiento a un cantante excepcional que, además, en numerosas oportunidades, volvió una y otra vez a Buenos Aires para generar eventos inolvidables”.
A lo largo de su trayectoria, el director, tenor y barítono lleva interpretados más de 150 papeles en más de 4000 actuaciones. Fundador de la competición musical internacional Operalia, ha sido director general y promotor de ópera en las recordadas presentaciones junto a José Carreras y Luciano Pavarotti. Fue intérprete de estrenos mundiales de óperas, protagonizó películas y ganó 12 premios Grammy. Además, se desempeñó como director con más de 600 funciones. Su carrera ha continuado durante más de medio siglo y por ello ha sido celebrado en las óperas de Nueva York, Viena, Verona y Milán, entre otras.
Su visita, como parte de la temporada lírica del primer coliseo, coincidió con la celebración de los 50 años transcurridos desde su debut en ese prestigioso escenario. Hacía 24 años que se esperaba su regreso, por lo que sus fanáticos hicieron fila en las horas previas a su primer concierto para acceder a la posibilidad de conocerlo y recibir su autógrafo en el programa de mano. El tenor saludó además en su recorrida a los técnicos, artistas y personal de sala y fue recibido por el director general del teatro, Jorge Telerman.
