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¿Por qué las uñas crecen desde que estamos en el vientre materno hasta el día en que morimos?

La uñas de nuestras manos y pies nos acompañan desde que estamos en el vientre materno, hasta que morimos y nunca (pero nunca) dejan de crecer. Así es, ‘no se agota el stock’ de uñas, sino hasta que fallecemos.

Foto: FotoDuets/iStock
Foto: FotoDuets/iStock

Las uñas comienzan a crecer a partir de la semana 12 de gestación. Es por eso que muchos recién nacidos tienen las uñitas súper largas… Y este proceso de crecimiento no se detiene nunca más en nuestra vida. De hecho, las uñas crecen aproximadamente un décimo de pulgada (2,5 milímetros) por mes.

Un crecimiento constante

Primero, mencionaremos algunos datos básicos sobre las uñas:

  • Están compuestas de queratina, la misma sustancia que el cuerpo utiliza para generar el cabello y la capa superior de la piel.

  • Nacen en la raíz de las uñas, que permanecen ocultas debajo de la cutícula.

  • Cuando las células que se encuentran en la raíz de la uña crecen, empujan a las células viejas, que se aplanan y endurecen gracias a la queratina.

  • La uña nueva se desplaza por el lecho de la uña (la superficie plana debajo de las uñas).

  • Debajo del lecho de la uña hay pequeños vasos sanguíneos que alimentan y les otorgan su color rosado característico.

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Ahora bien, ¿cómo es que su crecimiento no de detiene nunca, mientras estemos vivos?

“La división continua de las células empujan a la placa de la uña hacia adelante sobre el lecho de la uña, a una velocidad de aproximadamente 3 milímetros (0.1 pulgadas) por mes para las de las manos, y de 1 milímetro (0.04 pulgadas) por mes para las de los pies”, explicó en Live Science, Amanda Meyer, profesora de anatomía humana en la Universidad de Australia Occidental. Y agregó: “Las uñas crecen porque las células se producen constantemente”.

Como ves, las uñas se regeneran por sí mismas durante toda la vida del ser humano, no necesitan de nadie más que ellas para sobrevivir y seguir creciendo. Fabuloso, ¿no?