"Siempre está presente": la voz de Oum Kalthoum sigue maravillando 50 años después de su muerte

Clientes sentados en el café Oum Kalthoum, abierto en 1970 y que lleva el nombre de la difunta icono de la música árabe egipcia, en la calle al Rachid en el casco antiguo de Bagdad, el 27 de enero de 2025 (AHMAD AL-RUBAYE)
Clientes sentados en el café Oum Kalthoum, abierto en 1970 y que lleva el nombre de la difunta icono de la música árabe egipcia, en la calle al Rachid en el casco antiguo de Bagdad, el 27 de enero de 2025 (AHMAD AL-RUBAYE) (AHMAD AL-RUBAYE/AFP/AFP)

En las callejuelas de Khan al Khalili, el gran mercado del centro de El Cairo, la suave voz de la diva de la canción árabe Oum Kalthoum se escucha en un café donde unos amigos pasan el rato bebiendo té y fumando narguile.

Tan pronto suena "Enta Omri" (Tú eres mi vida) las conversaciones se interrumpen, y a media voz, los clientes retoman esta famosa balada, compuesta en 1964 por Mohamed Abdel Wahab.

"Es la voz de la nación", apunta Aya Khamis, de 36 años. En las paredes del café, fotografías en sepia de la legendaria cantante se mezclan con carteles de sus míticos conciertos.

Abu Ahmad, el gerente, ajusta el volumen del antiguo magnetófono. "Mientras la gente siga escuchando música, Oum Kalthoum estará presente. Ella nunca se fue", asegura a AFP.

Cincuenta años después de su muerte, el 3 de febrero de 1975, Oum Kalthoum está omnipresente. De Bagdad a Damasco, de Túnez a Beirut, su voz sigue cantando sobre el amor, el deseo y la pérdida del ser amado.

Fuera del café, en un puesto de madera se exponen unas figuras de Oum Kalthoum, con su emblemático pañuelo y sus anteojos de sol.

"Son mis mejores ventas", comenta Shady Said, el vendedor, de 37 años.

En el exclusivo barrio de Zamalek se erige una estatua de bronce de la icónica cantante, y al otro lado del Nilo se encuentra su museo.

En él se exhiben sus vestidos más emblemáticos, sus cartas manuscritas, sus grabaciones originales y sus gafas de sol con diamantes incrustados.

- Perfeccionista -

Sorprendentemente, la mayoría de los visitantes del museo son adolescentes.

Rodina Mohamed, de 15 años, elogia su talento. "No pasa de moda porque era perfeccionista en las letras, las melodías y la interpretación", destaca.

Su aura conquistó al mundo árabe. Yusef Hamad, ingeniero retirado de 77 años, se encuentra todos los días con sus amigos en el café Oum Kalthoum de Bagdad, que abrió en 1970.

"Cantó 'Bagdad, el castillo de los leones', y es aquí donde me siento más cerca de ella", dice.

Junto a él, Khazaal Abou Ali, de 83 años, es un fiel seguidor. "Cantó 'cada día que pasa sin verte no cuenta en mi vida', y yo puedo decir que un día sin su voz es un día perdido", confirma.

Nacida en 1898 en el seno de una familia humilde del delta del Nilo, Oum Kalthoum se convirtió en la voz más famosa de la música árabe.

Su padre, imán, reconoció su talento desde muy temprano, pero sabiendo que era impensable que una joven pudiera cantar en público en el Egipto de principios del siglo XX, la disfrazó de niño, vistiéndola con un tocado beduino que solo dejaba visible su rostro.

Su voz profunda y su presencia magnética cautivaron al público. En la década de 1930 se estableció en El Cairo, donde revolucionó la música, fusionando poesía clásica con grandes composiciones orquestales.

- Conciertos legendarios -

Sus conciertos eran legendarios y algunos podían durar hasta cinco horas, con improvisaciones, versos alargados y estrofas repetidas.

Los músicos occidentales también se sintieron fascinados por ella. Shakira y Beyoncé incorporaron su música, y la diva Maria Callas, la estrella del rock Robert Plant y Bob Dylan se sintieron impresionados por su voz.

"Es una de mis cantantes favoritas de todos los tiempos", afirmó Bob Dylan.

Su influencia no se limitó solo a la música. Sus canciones se convirtieron en la banda sonora de un Egipto en plena transformación, reflejando el nacionalismo tras la revolución de 1952 que derrocó a la monarquía.

Considerada un ícono cultural de la nueva identidad republicana de Egipto, produjo canciones que invitaban al patriotismo.

En 1967 actuó en París, en la sala Olympia, y donó las ganancias al ejército egipcio en plena guerra contra Israel.

"Oum Kalthoum fue más que una cantante, era un símbolo nacional. Por eso la gente la llamaba 'El Sett' (La Dama)", subrayó la crítica Magda Khairalá.

Oum Kalthoum se casó a los 56 años con un reputado médico egipcio y no tuvo hijos.

Muy pronto, su historia será contada de nuevo en la gran pantalla, en un biopic titulado "El Sett".

Los directores afirmaron que la película recogerá los momentos más importantes de la vida de la artista, incluida su ascensión a la presidencia del sindicato de músicos en la década de 1940.

"Tenía un poder inmenso en un sector dominado por los hombres", destacó la crítica de arte Fayda Hendawi.

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