Cómo prevenir y aliviar las agujetas

Desde que se declarara el estado de alarma, hace más de dos meses, son muchos los que han tratado de no perder la forma física y se han propuesto mantenerse activos sin necesidad de salir de sus hogares. Se las han ingeniado con rutinas de YouTube, mancuernas 'caseras', bandas elásticas y todo tipo de herramientas para trabajar las diferentes partes del cuerpo. Afortunadamente, después de largas semanas confinados para frenar la propagación del coronavirus, una de las primeras medidas de alivio ha sido la de poder realizar ejercicio físico al aire libre, de forma individual y manteniendo la distancia de seguridad. Hacer running se ha convertido en una de las actividades estrella tras el 'encierro' y una imagen muy habitual ha sido -y continúa siendo- la de un sinfín de corredores pisando con fuerza el asfalto. Sin embargo, el deseo de libertad ha provocado que runners y deportistas se hayan lanzado a la aventura sin tomar ningún tipo de precauciones. Esto puede tener consecuencias negativas que se traducen en dolor muscular, sensación de fatiga y cansancio y, por supuesto, agujetas.

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Adaptación progresiva

Después de dos meses de sedentarismo, el cuerpo necesita un periodo de adaptación. Aunque nos hayamos ejercitado desde casa de manera habitual, nuestro nivel de actividad no es comparable al de antes de la cuarentena. Tras tantos días sentados, no podemos ponernos las zapatillas y lanzarnos a la calle. Sea cual sea la disciplina que vayamos a practicar, debemos seguir una serie de recomendaciones para evitar la aparición de las molestas agujetas. Estos dolores musculares 'tardíos' aparecen en el momento en que sometemos a la masa muscular a un sobreesfuerzo al que nuestro cuerpo no está habituado. Por eso, no te fuerces, recupera el ritmo de forma progresiva y recuerda que, en poco tiempo, estarás donde estabas.

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Mujer calentando con mascarilla
Mujer calentando con mascarilla

Calentamiento

El calentamiento no solo es necesario para ser más flexible y que el entrenamiento sea más eficiente, sino también para evitar la aparición de agujetas, contracturas y lesiones. Antes de realizar cualquier actividad física, debemos dedicar unos minutos a preparar a nuestros músculos y articulaciones. Una breve rutina será suficiente para aumentar la temperatura muscular y poner el cuerpo en funcionamiento. Al acabar la rutina, dedica el mismo tiempo a hacer ejercicios de estiramientos antes de volver a casa. También es imprescindible mantenerse hidratado, bebiendo agua o bebidas isotónicas antes, durante y después del ejercicio.

Recomendaciones

  • Aplicar hielo: Ante la aparición del primer síntoma, podemos relajar las fibras musculares con aplicación de hielo. Unos cubitos envueltos en plástico harán que, en cuestión de minutos, nos encontremos mucho mejor. Una ducha de agua fría también es una solución rápida y eficaz para desinflamar la zona dolorida.

  • Aceite de oliva y lavanda: Un remedio muy tradicional para aliviar el dolor muscular es combinar dos cucharadas de 'oro líquido' con unas cinco gotas de aceite esencial de lavanda. Masajea la zona afectada con movimientos suaves y circulares con esta mezcla, que tiene propiedades relajantes que nos ayudarán a aliviar los dolores producidos por las agujetas.

  • Escuchar al cuerpo: En muchas ocasiones, las ansias por mantenernos activos y recuperar el ritmo en tiempo récord provocan que ignoremos las señales que nos envía nuestro cuerpo. Si aparecen agujetas o molestias, debemos reducir rápidamente la intensidad del entrenamiento e ir progresando paulatinamente.

  • Días de descanso: El reposo activo es necesario. No se trata de dejar de realizar actividad física por completo, sino de reducir su intensidad. El cuerpo necesita descansar para asimilar el trabajo, reparar el esfuerzo, curar las microroturas y fortalecerse.

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