La primera profecía, la mejor película de terror satánico de los últimos tiempos

La primera profecía, estreno del jueves 4
La primera profecía, estreno del jueves 4

La primera profecía (The First Omen, Estados Unidos-Reino Unido-Italia/2024). Dirección: Arkasha Stevenson. Guion: Arkasha Stevenson, Tim Smith, Keith Thomas, Ben Jacoby, David Seltzer. Fotografía: Aaron Morton. Edición: Amy E. Duddleston, Bob Murawski. Elenco: Nell Tiger Free, Sonia Braga, Bill Naghy, Ralph Ineson, Maria Caballero, Tawfeek Barhom. Calificación: apta para mayores de 16 años. Distribuidora: Disney-Fox. Duración: 120 minutos. Nuestra opinión: muy buena.

Después del reciente traspié en la saga de El exorcista en su intento de imaginar una continuidad posible con la obra maestra de William Friedkin -la fallida El exorcista: creyentes (2023), dirigida por David Gordon Green-, la idea de reeditar la fama de La profecía a partir de una precuela sobre ‘la madre de la criatura’ no parecía tener un buen pronóstico. Nada más lejos de la realidad que esa presunción.

La primera profecía es la mejor película de terror satánico de los últimos tiempos y la mejor de la saga después de la original de 1976, dirigida por Richard Donner y protagonizada por Gregory Peck y Lee Remick. Era difícil volver a ese tiempo, pero la guionista y directora Arkasha Stevenson -responsable apenas de algunos cortos y episodios de series- lo consigue con coraje y riesgo, dando cuerpo a una película política sobre el Mal y sus representaciones, y ensayando un espejo posible en los tempranos 70 del estado espiritual de nuestra era.

Además, La primera profecía concibe la idea de secuela con notable autonomía, sin los abusivos guiños que suelen tener los nuevos eslabones de las sagas populares y, si bien la anunciación de Demian y la búsqueda de la marca de su origen impregnan el relato, Stevenson despliega una imaginería potente, aunque no original, pero nutrida de vastas referencias que van desde Posesión (1981), de Andrzej Zulawaki, hasta la reciente Saint Maud (2019), de Rose Glass.

De cuerpo bíblico, la historia no es la de María sino la de ‘Magdalena’, o Margaret (Nell Tiger Free), una novicia recién llegada a Roma para tomar los hábitos. La aguarda su mentor desde la infancia, el cardenal Lawrence (Bill Nighy), y la guía hasta una abadía donde asumirá funciones de institutriz hasta su ordenamiento. Desde su llegada ocurren cosas extrañas -con mención especial para la aparición de Sonia Braga-, la mayoría alrededor de Carlita Scianna, una joven huérfana y algo perturbada que permanece castigada en la “mala habitación” del orfanato. Como marco -casi siguiendo el modus operandi del giallo italiano de los 70-, Stevenson construye un ambiente social convulso, signado por protestas estudiantiles que ponen en un aprieto a la Iglesia como rectora de las nuevas generaciones.

Sonia Braga, una sorpresa de La primera profecía (Disney/Fox).
Sonia Braga, una sorpresa de La primera profecía (Disney/Fox). - Créditos: @Courtesy of 20th Century Studios

Es cierto que algunas líneas discursivas se tornan demasiado explícitas, pero la película combina el mundo subterráneo de Roma, el lado oscuro de la Iglesia, sus prácticas arcaicas y sus intentos de retener el poder, con la fachada imponente de una institución diligente y respetable. A diferencia del terror contemporáneo, atrapado entre películas que solo ofrecen una sumatoria de viejos clisés y otras que exhiben la ‘agenda del trauma’ traducida en narrativas ficcionales, La primera profecía es perturbadora de un orden al que nunca decide avenirse. La actuación de Nell Tiger Free es sublime, como ya lo había demostrado en Servant, la serie de M. Night Shyamalan, pero hay a su alrededor un universo modelado al detalle, sostenido en una inquietud constante, sin respiro ni escapatoria. El trabajo sobre la imagen, que por momentos opaca a la vista para luego volverse resplandeciente, con detalles de cuerpos, sangre e incisiones que resultan escalofriantes, revela la valía de Stevenson en la dirección de cada pieza de su obra, una verdadera sinfonía del horror.