“Él quería renunciar todos los días”. Las habituales crisis de James Gandolfini en el rodaje de Los Soprano

El actor James Gandolfini como Tony Soprano en un episodio de la primera temporada de Los Sopranos de HBO.
El actor James Gandolfini como Tony Soprano en un episodio de la primera temporada de Los Sopranos de HBO. - Créditos: @Anthony Neste/HBO

A 25 años de su estreno, Los Soprano no deja de ser una de las mayores obras maestras de la historia de la televisión. La serie centrada en los avatares de Tony Soprano, un jefe mafioso con un inesperado sentimiento de angustia que debía recurrir a una psicóloga para lidiar con las emociones que le significaba su línea de trabajo y sus vínculos familiares, le valió un momento de enorme maduración a la pantalla chica. Y si bien James Gandolfini, en la piel de Tony Soprano, logró una actuación contundente, su día a día resultó ser no menos estresante que el de su contraparte de ficción, o al menos así lo revelaron otras dos voces que también trabajaron en esa producción.

James Gandolfini en Los Soprano
James Gandolfini en Los Soprano

En el marco de una charla abierta con el actor Steven Van Zandt (que interpretó a Silvio) y con el creador de la serie, el escritor David Chase, Gandolfini solía manifestar su fatiga frente a las exigencias de un agotador calendario de filmación y las escenas emocionalmente fuertes que debía representar en pantalla. Y entre risas, Van Zandt comentó: “Básicamente, él quería renunciar a la serie todos los días. En televisión, vos quizá tenés que trabajar desde las seis de la mañana y hasta las diez de la noche. Pero él venía del cine, a un ritmo de hacer dos páginas de un guion por día. Y de golpe se encontraba filmando cinco, seis o siete escenas a diario, muchas de ellas que encima transcurrían en la oficina de la psicóloga, la doctora Melfi, con momentos que eran muy fuertes. Entonces era común escucharlo decir que ya no daba más y que no podía seguir así”.

Por su parte, Chase contó que en más de una oportunidad, Gandolfini pensó en renunciar a Los Soprano y que una vez le confesó que hubiera preferido dedicarse a otro rubro. Y en ese sentido y con un tono de tragicomedia, Chase reveló: “Una vez me pidió que nos reuniéramos en medio de una jornada en la que estaba conflictuado con esto de que quería renunciar. Y recuerdo que me dijo: “¿Sabés a qué me tendría que haber dedicado? Tendría que haber sido plomero, ese debería haber sido mi trabajo. Un plomero”. Y de esas conversaciones con él, tuve un montón”.

David Chase, creador de Los Soprano, junto a Gandolfini
David Chase, creador de Los Soprano, junto a Gandolfini

También referido a los conflictos que Gandolfini atravesaba en los rodajes, el jefe de locaciones, Mark Kamine, reveló varios episodios al respecto en su nuevo libro On Locations: Lessons Learned from My Life On Set with The Sopranos and in the Film Industry. En sus páginas explica que, durante el rodaje de la quinta entrega, el desgaste de Gandolfini comenzó a traer problemas durante la producción.

Kamine relata varias anécdotas del rodaje. Por ejemplo, una de ellas tuvo lugar después de grabar un episodio en Nueva Jersey: “Estaba en el bar del hotel cuando uno de los miembros del rodaje más cercano a Jim [Gandolfini] me pregunta si quería ir a Atlantic City con ellos”. Atlantic City se encontraba a casi 130 kilómetros de donde estaban, a más de una hora en coche, y al día siguiente debían seguir rodando: “Lo rechacé. A la mañana siguiente, no me extrañó que no fuesen capaces de despertar a Jim”, escribe Kamine. Al final, apareció con cuatro horas de retraso “quejándose y maldiciendo cada vez que se equivocaba con sus frases medio aprendidas, repitiendo toma tras toma, bebiendo mucho café y agua, mostrándose al mismo tiempo avergonzado y maleducado, como hacía siempre que la cagaba de esa forma”.

Los Soprano
Los Soprano

A medida que el actor se volvía “cada vez menos digno de confianza”, HBO supuestamente “agregó una cláusula a su contrato que lo hacía responsable de los costes del día de rodaje si faltaba al trabajo debido a excesos de consumo”, afirma el autor del libro.

Sin embargo, admite Kamine, “todos estaban dispuestos a soportar el caos” porque “Gandolfini, más que ningún otro, salvo David [Chase, el creador de la serie] es quien hizo que Los Soprano fuera lo que fue, con sus rasgos expresivos, sus ricas interpretaciones y sus gestos, al mismo tiempo amenazantes y comedidos”.