'¿Quién mató a Sara?': la penosa decepción del nuevo thriller de Netflix del que todos hablan

Bellos, glamorosos, envidiables, generosos y bien avenidos, los Lazcano-Toledo son una de las familias más ricas y poderosas de México. No hay puerta que no se les abra, no hay fiesta donde no brillen y no hay secreto que no puedan esconder. Al menos es así hasta que Alex Guzmán, que creció al amparo de esta familia, regresa de la cárcel en pos no solo de venganza, sino también de justicia, deseoso de resolver un misterio que, por casi 20 años, han mantenido oculto: quién está detrás de la muerte de una jovencita dulce y (en apariencia) inocente, Sara Guzmán, cuyo repentino deceso cubre y oculta una red turbia de negocios, maldades y pecados que él, su hermano, está dispuesto a sacar a la luz.

Esta es la premisa de '¿Quién mató a Sara?', el lanzamiento de Netflix, creada por José Ignacio Valenzuela (más conocido como 'Chascas'), guionista chileno avecindado en Miami, autor de 'La casa de al lado', 'Santa Diabla' y 'La hija pródiga', que en esta serie de ficción aborda el thriller, un género preferido por los públicos y lo entreteje muy bien con elementos de melodrama (sin llegar a ser una telenovela), suspenso psicológico y erotismo, sin despegarse de la realidad.

El reencuentro familiar se sacude cuando Alex comienza su venganza a lo largo de los 10 capítulos de la historia que va y viene en el tiempo y que va relatando lo ocurrido ese fin de semana fatal, con otros acontecimientos que involucran a Sergio Hernández (Juan Carlos Remolina) el torvo socio del patriarca de los Lazcano-Toledo en algunos negocios y a Marifer, la mejor amiga y confidente de Sara (Ela Veden y de adulta una casi irreconocible Litzy), que están involucradas en una violenta subtrama que va implicando a todos en un círculo de trata de mujeres y asesinatos.

Pero realmente el misterio no es tanto quién mató a Sara (si uno presta atención a la publicidad o al primer capítulo, se sabe casi de inmediato quién es el autor del crimen y quien lo ordena), sino quién es Sara y para qué es importante resolver su muerte.

'Chascas' hace una propuesta que no está exenta de interés, pero extrañamente -y quizá sea por su doble rol como creador y productor- en el guion se van fallos de principiante, tanto en la lógica como en la creación de personajes; estas faltas de consistencia, en conjunto con una dirección errática (a cargo de David "Leche" Ruiz, con mayor experiencia en videoclips y publicidad) hacen que la premisa a veces pierda gas y que los episodios no tengan una cohesión constante. Es verdad que cuando se trata de un thriller hay que entrar en el juego y suspender la credibilidad del espectador para poder involucrarse, pero en este caso, lo inverosímil no consigue alcanzar la autenticidad necesaria para creerse lo que se ve, y esto hace que haya partes de la serie que no estén a la altura de otras.

Las actuaciones son también irregulares: el personaje central, aunque solo lo conocemos en flashbacks, es la propia Sara, la debutante Ximena Lamadrid, que resulta inexpresiva y débil en un rol que debería ser memorable, ya que se trata del motor de la trama. Como es interpretada, Sara no nos interesa tanto como para saber por qué murió, y de hecho las razones para este suceso parecen forzadas y triviales, siendo las revelaciones decepcionantes: falta algo en esta historia y es, precisamente, Sara. No la conocemos, y lo que es peor, no nos importa para nada.

Igual de inexpresivo y tibio está Eugenio Siller (inexplicablemente parece incapaz de expresar nada con el rostro), lo que afecta sus escenas con Luis Roberto Guzmán: el puertorriqueño otorga a su personaje una sensibilidad y fuerza necesarias para su historia, pero la ineptitud y falta de réplica (y química) de su compañero, hace que resulte prácticamente imposible interesarse en esa subtrama, desperdiciándolos a él y a esa estupenda actriz que es Fátima Molina.

MEXICO CITY, MEXICO - NOVEMBER 06:  Luis Roberto Guzmán attends GQ Men Of The Year Awards 2014 on November 6, 2014 in Mexico City, Mexico.  (Photo by Victor Chavez/WireImage)
Luis Roberto Guzmán. (Photo by Victor Chavez/WireImage)

La que mejor está en su papel de ángel caído es Claudia Ramírez, que en dos épocas (el pasado y el presente) consigue dar matices a Mariana, que obviamente no es lo que parece ser, pero la actriz no puede hacer mucho más con el material que tiene: es como ver a una actriz del nivel de Bette Davis trabajar con excelencia y control en una película muy por debajo de sus habilidades; al llegar al último capítulo uno entiende los motivos de sus actos, pero esto es porque la actriz se esfuerza, no porque el personaje (como está escrito) realmente tenga lo que ella le imprime.

Igual pasa con Manolo Cardona, un actor que ha crecido en los años y ha pasado de ser una cara bonita a tener sustancia sobre la forma, y aquí lleva el peso de la serie, pero tampoco tiene mucho que lo ayude, y su interpretación es mejor que el rol que le toca interpretar.

Los actores Manolo Cardona, izquierda, y Alejandro Nones en una escena de "¿Quién mató a Sara?". La serie se estrena en Netflix el 24 de marzo de 2021. (Netflix via AP)
Los actores Manolo Cardona, izquierda, y Alejandro Nones en una escena de "¿Quién mató a Sara?". La serie se estrena en Netflix el 24 de marzo de 2021. (Netflix via AP)

'¿Quién mató a Sara?' es un thriller ligero, rutinario, con escasas sorpresas — como dije, solo hace falta prestar atención para conocer quién está detrás del crimen- y poco desarrollo de personajes; abusa de la exposición (personajes explicando al espectador todo en vez de mostrarlo) y de las coincidencias y luego trata de hacer pasar elementos absurdos como giros argumentales que no son tan interesantes o sorpresivos como pretenden ser. La historia de amor entre Elisa (Carolina Miranda) y Alex también se tambalea: no hay "clic" entre los actores, pese a sus mejores intenciones, y la dirección es floja, apoyándose más en una edición rápida o en una ambientación vistosa para tratar de disimular que no hay una dirección de actores competente, que pueda generar emociones o suspenso en el espectador.

El escritor chileno José Ignacio Valenzuela, también conocido como Chascas, posa durante  una entrevista en la Ciudad de México, donde promocionaba su nuevo libro, “¿De qué color es tu sombra?”, en la 34a Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil. (AP Foto/Isaac Garrido)
El escritor chileno José Ignacio Valenzuela, también conocido como 'Chascas'. (AP Foto/Isaac Garrido)

La serie puede verse y es tendencia en Netflix porque tuvo mucho dispendio en publicidad y tiene un elenco llamativo, pero desperdicia de un modo penoso a sus mejores actores (Guzmán, García Millán y la Ramírez; uno espera que al menos les pagaran bien, ante el escaso respeto a sus respectivos talentos) en una trama banal, predecible e insatisfactoria, que además promete segunda parte —no sorprende: se grabaron 20 capítulos y se partió a la mitad- para quienes estén interesados.

Si tiene 10 horas para matar, le sugerimos leer cualquier novela de Agatha Christie (a quien el autor cita al principio, no sabemos si con ironía). Quedará infinitamente más satisfecho, se lo prometo.

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