Todos quieren a Daisy Jones: sexo, drogas y rock and roll en una serie inspirada en la banda Fleetwood Mac
La escritora Taylor Jenkins Reid estaba sentada en un bar cuando, en diálogo con quien había tomado su pedido, hizo un comentario que llamó la atención de ese hombre, quien tomó la libreta y lo anotó. “Era una frase que me había parecido buena para usar en algún libro, todavía no sabía bien en qué historia. El punto fue que él se adueñó de eso que, si bien era corto, era importante para mí, y fue en ese momento en el que se terminó de definir el personaje de Daisy Jones”, expresó la autora de bestsellers como Los siete maridos de Evelyn Hugo y Malibú renace. Luego de esa pequeña epifanía, Jenkins Reid, quien ya había concebido a Evelyn, esa estrella del old Hollywood símil Elizabeth Taylor, creó a otra de las populares figuras de su propio star system y lo hizo con una declaración de principios que pinta de cuerpo completo a esa joven carente de afecto y pasado atribulado que se abre paso en la música de manera tumultuosa. “No soy la musa de alguien. No soy una musa. Soy ese alguien”, manifiesta la cantante al comienzo de Todos quieren a Daisy Jones, el libro editado en 2019 cuya adaptación televisiva llega este viernes, con sus primeros tres episodios, a la plataforma Amazon Prime Video .
Con la producción de Reese Witherspoon a través de su compañía, Hello Sunshine; la dirección de James Ponsoldt, una de las voces más interesantes del cine independiente como pudimos ver en largometrajes como El esplendoroso presente y El final del tour; y con la dupla Scott Neustadter y Michael H. Weber como showrunners, la serie de diez episodios es la cristalización de lo que se propuso Jenkins Reid al escribir la novela, un experiencia que trasciende lo visual y que tendrá también como producto un disco, Aurora.
Todos quieren a Daisy Jones nace de varios focos de inspiración, no solo de una simple anécdota . La historia macro, que excede a su personaje central y que sigue también en los seis integrantes de ese grupo de rock, los “six” del Daisy Jones & The Six del título original de la novela, se basa parcialmente en lo que sucedió detrás de escena con la banda Fleetwood Mac . Jenkins Reid sabe que no existe una versión unívoca de los hechos, por lo que su historia comienza con el mantra de una periodista que entrevista a los miembros de la banda décadas después de su abrupta separación. “La verdad yace en el medio”, asegura la joven que recoge testimonios con los que va configurando un relato sobre ese grupo que tuvo su pico de explosión creativa en 1977 con Aurora y que no soportó tanta intensidad, uno de los rasgos que definen no solo a Daisy sino también a Billy Dunne, el otro líder de la banda. Neustadter y Weber, también coguionistas de la serie, tenían, así, una tarea compleja entre manos.
Desde la recreación de la escena musical de los 70 hasta la elección de sus protagonistas, Todos quieren a Daisy Jones contaba, a priori, con una base de fanáticos que habían imaginado, al leer la novela, los rostros de esos rockstars que se enamoran mientras componen las canciones más puras posibles. Los elegidos fueron Riley Keough (nieta de Elvis Presley , quien viene trazando una carrera atractiva, con títulos como American Honey, Zola, y War Pony, su debut como directora que fue premiado en el Festival de Cine de Cannes) y el británico Sam Claflin (Los juegos del hambre, Yo después de tí, Enola Holmes ), quien debió embeberse del soleado contexto californiano para su propia interpretación de Billy .
Asimismo, Ponsoldt, cuya filmografía está signada por secuencias de gran honestidad donde la construcción de personajes es clave, registra con buen pulso las presentaciones de una banda sobrevolada por la mística. En diálogo con LA NACION, Keough, Claflin, Suki Waterhouse, la argentina Camila Morrone y otros nombres fundamentales del elenco como Josh Whitehouse, Sebastian Chacon y Will Harrison, hablaron sobre cómo llevaron adelante una producción desafiante en plena pandemia y con la búsqueda de la verdad como motor. “Cada uno de nosotros se preparó para no fallarle al resto y eso generó una camaradería instantánea”, remarca Claflin.
Nostalgia por una época de exploración sin límites
Todos quieren a Daisy Jones oscila entre el respeto al material de base y la emancipación de las presiones de realizar una traspolación idéntica. A fin de cuentas, la serie debe reclamar cierta autonomía. Esto lo logra gracias a la relectura que hacen sus protagonistas de sus respectivos personajes, como puede apreciarse en la secuencia en la que se captura la portada de Aurora, en la que Claflin y Keough recrean lo que se describe en el libro a partir de cambios sutiles en los gestos de Daisy y Billy, quienes están en su propio mundo incluso cuando todas las miradas se posan en ellos.
El lanzamiento del disco, producido por Blake Mills y con la contribución de músicos como Phoebe Bridgers y Marcus Mumford, es uno de los aspectos del proceso que más disfrutó Keough. “¡Es muy loco que vayamos a tener nuestro propio disco!”, expresa la actriz vía Zoom sobre el lanzamiento de un álbum “real” que, hasta solo algunos días atrás, residía exclusivamente en un ámbito ficcional.
“El ensayo de la banda y la grabación sucediendo en simultáneo fue muy divertido porque teníamos práctica a la mañana, estábamos juntos allí, y después cruzábamos a los estudios Sound City y grabábamos las canciones, fue increíble. En mi caso, yo solo tocaba el piano, nunca supe leer música, lo mío era más autodidacta, no tenía experiencia con la guitarra tampoco, así que tuve que practicar mucho”, añade la actriz, quien tiene la presencia escénica y el carisma necesarios para un rol que estaba hecho a su medida. En el caso de Claflin, el actor dejó el Reino Unido y pisó Los Ángeles con temor por lo que implicaba una preparación tan extenuante, pero también “con una sensación de libertad”.
“Habíamos estado solos en nuestras casas aprendiendo nuestros respectivos instrumentos, además de las voces. Cada uno tenía un desafío personal con la guitarra, la batería… Queríamos ser perfectos. En esa instancia estábamos solos, nos veíamos ocasionalmente por Zoom. Después, cuando nos juntamos, fue muy rápido cómo progresamos, teníamos la confianza de tocar los instrumentos frente a los demás, de ser una unidad. Creo que ahí el entusiasmo aumentó”, destaca el actor, quien es secundado por su compañera. “Todos nos llevamos bien muy rápido, empezamos a trabajar durante la pandemia, entonces atravesamos cambios juntos como familia y eso nos unió muchísimo”.
Para Claflin, la preparación fue una etapa fundamental por el modo nostálgico en el que se llevaban adelante los ensayos, con debates sobre el libro y los personajes que tenían lugar en sets donde las playlists con canciones de los 70 nunca dejaban de sonar. “Yo dejé mi casa y me mudé a Los Ángeles y me recibieron con los brazos abiertos, desde el comienzo fuimos una familia, nos apoyábamos mucho, creo que no nos peleamos nunca, el clima era una bendición”, remarca el actor, quien asegura que la filmación fue liberadora. “Habíamos estado encerrados tanto tiempo por la pandemia que, cuando llegamos al set, sentimos una felicidad absoluta. Esta fue la experiencia más increíble que tuve como intérprete, pero también la más difícil. Todos tuvimos que trabajar muchísimo, todos queríamos dar lo mejor. Empezamos de cero practicando con un instrumento y llegamos muy lejos, eso nos enorgullece” .
Camila Morrone, quien interpreta a la pareja de Billy, Camila Dunne, define a Todos quieren a Daisy Jones como una serie que estimula los sentidos. “Así lo vivimos nosotros cuando la filmamos”, le cuenta a LA NACION. “Nuestros sentidos se vieron abrumados porque todo era genial, el hecho de estar en personaje, ver los autos de la época, el diseño de producción, los peinados, fue alimento para los ojos. Además, no había demasiadas preocupaciones porque todos conectamos rápidamente por la sensación de estar protegiendo algo que amábamos mucho como lo era esta historia”.
En el rodaje, la actriz forjó una amistad con su colega, Suki Waterhouse, quien el año pasado editó su primer disco, I Can’t Let Go. “Creo que nos enamoramos de Los Ángeles”, expresa la artista. “Aunque Cami vivió ahí toda su vida, vimos la ciudad con la mirada de los 70, cuando se gestaban tantos sueños, se vivía en el momento, había una belleza en todo. Nos transportamos a una época maravillosa” , remarca Waterhouse, quien personifica a Karen Sirko en la serie. “Sentí mucha nostalgia filmando esta ficción”, añade el actor Harrison y también sus compañeros, Chacon y Whitehouse, quienes interpretan al resto de los integrantes de la banda, Graham Dunne, Warren Rojas y Eddie Roundtree.
“Cuando llegamos al set estábamos muy cómodos porque nos veníamos preparando desde hacía mucho tiempo. Nos sumergimos en una época única en la que el funk se mezclaba con el rock, en la que había una explosión de géneros. Siento que eso pasa una vez cada muchos años, por lo que fue una década especial parea documentar”, remarca Chacon. Por su parte, Whitehouse destaca que Todos quieren a Daisy Jones es mucho que más que una historia sobre el apogeo y el ocaso de una banda de rock. “Pienso que trasciende eso porque Taylor escribe sobre relaciones, amor, amistades, peleas, grandes decisiones en la vida y creo que la gente se puede conectar con eso ”.
La Daisy (im) perfecta
Cuando se le pregunta a Riley Keough si sintió presión al personificar un rol tan popular, la intérprete alude a aquello que la hizo enamorarse de la actuación. “El mundo se silencia cuando filmás, estás en una burbuja y no pensás en el resultado, simplemente estás viviendo en el momento, estás creando algo día a día. Lo que más me gusta de esta historia es que los personajes están haciendo cosas cuestionables todo el tiempo, cruzando líneas éticas, pero a la vez fueron escritos de una manera muy bella y nuestro trabajo era abordarlos desde la empatía”, expresa Keough, quien supo plasmar esa mezcla de fortaleza y vulnerabilidad de Daisy, una de las figuras femeninas más resonantes del universo creado por Jenkins Reid, una joven que se maneja por impulso pero también por una necesidad casi primitiva de afecto genuino, de amor incondicional.
En cuanto a Claflin, el actor reconoció que se preocupó por cómo los lectores habían descrito a Billy. “El consenso era que lo odiaban”, dice entre risas. “Y la verdad es que me pasó lo mismo cuando leí la novela, por lo que mi desafío fue el de hacerlo querible, tratar de entenderlo, volverlo humano, sacándome la presión y poniéndole cosas mías a ese hombre. Esa encrucijada es una de las cosas que más disfruto de mi profesión”.
En un pasaje del libro, Daisy y Billy dejan a un costado las diferencias para componer juntos. En la adaptación de esos instantes en los que surge la magia de sus respectivos talentos como músicos Keough demuestra que su lectura de Daisy tuvo muchas capas, que le aportó matices que se perciben tanto en secuencias intimistas como las de los encuentros con Billy como en aquellas donde se muestra avasallante arriba del escenario. “La verdad yace en el medio”, expresaba la periodista que entrevista a la banda apócrifa que, con el estreno de la serie, ya no será un espejismo, como tampoco lo será su líder, a la que Keough define como “temeraria y sensible”, un torbellino al que uno no puede evitar entregarse. “Lo que más me gusta de Daisy es cómo mira el mundo con asombro, nunca pierde esa capacidad a pesar de todo lo que le pasa. Tiene una energía casi infantil que me encantaba explorar, Daisy es muchas cosas al mismo tiempo ”.