"No quiero ser polvo", un filme de paranoia

CIUDAD DE MÉXICO, enero 4 (EL UNIVERSAL).- A mediados de los 90, una escuela de meditación comenzó a difundir entre sus alumnos que se acercarían tres días de oscuridad y los papás del realizador Iván Löwenberg lo creyeron fehacientemente.

Fueron días en que hubo mucho miedo, recuerda el realizador, quien entonces era un niño.

"Era la sensación de que era algo cercano y el fin del mundo. Para nosotros era algo real", recuerda el cineasta un tanto divertido.

Años después retomó esa sensación y comenzó a escribir un guión cinematográfico con el fin de llevarlo al cine. Lo logró de manera independiente y con coproducción argentina, por lo que este jueves llega a pantallas "No quiero ser polvo".

La cinta está protagonizada por por Bego Sainz, su propia madre, quien después de esa experiencia, se volvió completamente escéptica.

La historia sigue a una mujer, quien es ama de casa y vive aburrida y temerosa de ser intrascendente, por lo que decide unirse a un culto religioso donde es convencida de que la Tierra llegará a su fin. Aunque sí podría serlo.

"Siempre fue mi propósito hacer una película sobre el fin del mundo, pero que se sintiera cercana y cotidiana. Quería transmitir lo que vivimos en la familia", apunta.

"Quise que fuera mi mamá la actriz, de hecho, ella me había ayudado antes en un ejercicio de la carrera y sabía que tenía facultades para la actuación de manera intuitiva. Cuando le dije a los productores argentinos me dijeron que no tenían problema con eso, pero sí querían ver una prueba y en cuanto la vieron dijeron que sí", añade el también director de "La castración".

La cinta de corte independiente se filmó durante dos semanas en la casa de la propia Bego, llegando a utilizar la imaginación mexicana para hacerla multilocación, como el hecho de que el jardín sirvió como panteón para una escena.

"Era más barato que sacar un permiso", comenta bromista el realizador, "también ocupamos la casa de mi suegra y conseguimos el zoológico de Chapultepec en un intercambio".

Para Bego fue explorar en la ficción algo que sucedió hace tres décadas, dirigida por su hijo, a quien siempre vio como director.

"Me dijo que sería la actriz justo un 28 de diciembre, pensé en que era (una broma del) Día de los Inocentes (risas). Empecé a sentir pánico escénico, literal.

"Me dio unos días con una coach para colocar la voz, que era lo que principalmente yo veía difícil y bueno, cuando lograba evocar recuerdos no muy gratos, podía llorar ante cámara", narra Bego.

Ya en el set la dinámica entre Bego e Iván fue enteramente de actriz-director, pero al inicio ella batalló un poco con su deseo de ayudar al equipo de producción.

"Era su casa y como la verdad siempre ha sido buena anfitriona, de pronto quería como atender a todos para sentirse cómodos y era de: ‘no mamá, tú a lo tuyo, concéntrate’", relata el cineasta entre risas.

Recorrido por festivales

La cinta se estrenó internacionalmente en el Festival de Cine de Cairo (Egipto), para luego emprender un recorrido por certámenes como el de Monterrey y Feratum, lugar último en el que ganó la estatuilla a Mejor dirección y Película.

LO GO Producciones, de México, y PensilvaniaFilms, por Argentina, son quienes llevan mano en este filme que también contó con el apoyo de Pierrot Films, Anomia Contenidos, CECC Pedregal, Zensky Cine y Brigada.

Su lanzamiento inicial será en la Ciudad de México, Cuernavaca, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Morelia, San Luis Potosí y Tijuana, para luego extenderse por el resto de la República.