"Soy amiga de (casi) todos mis ex"

Nos ha llamado tanto la atención esta frase de Chenoa pronunciada durante la presentación de su autobiografía que hemos querido profundizar: ¿Se puede realmente ser amigo de un ex?

La cantate siempre ha presumido de llevarse bien con su exparejas, con “casi” todas porque que se acabe el amor no quiere decir que la amistad si, ¿no?
La cantate siempre ha presumido de llevarse bien con su exparejas, con “casi” todas porque que se acabe el amor no quiere decir que la amistad si, ¿no?

De partida confieso que hay algo que se me escapa en todo este asunto: ¿Por qué demonios querría alguien que ha roto una relación continuar la amistad con esa persona? Este parece ser el punto de partida para desentrañar el misterio. Porque ser amigo de alguien que nos ha decepcionado o roto el corazón no es normal ni natural, por mucho que se empeñe la sociedad en decir que tenemos que acabar bien con todo el mundo.

“Seguir siendo amigo de tu ex es un fenómeno muy penetrante en la sociedad”, comenta Rebecca Griffith, líder del trabajo que publica la revista Personal Relationships. Pero en realidad, el hecho de que sea habitual no tiene por qué ser positivo, ¿verdad?

Y menos cuando se comparte una pasión común, como le ocurrió con David de María. Su amor por la música les mantiene unidos.
Y menos cuando se comparte una pasión común, como le ocurrió con David de María. Su amor por la música les mantiene unidos.

Y es que eso de recuperar la amistad con una antigua pareja no es tan sencillo, ni recomendable. Así que antes de bajar la guardia, responde (sinceramente) a esta pregunta y presta atención a lo que dicen los entendidos en la materia.

Estudios anteriores aseguran que mantener los lazos con un ex podría indicar signos de personalidad narcisista y egocéntrica, y que el motivo por que muchos hombres (y algunas mujeres) mantienen el contacto es para beneficarse sexualmente del otro.

Ahora una investigación reciente llevada a cabo por psicólogos de la Universidad de Kansas (EE. UU.) ha demostrado que alrededor del 60 por ciento de las personas deciden mantener la amistad después de una ruptura, y estas son las 4 razones principales:

  1. Por seguridad. Cuando mantemos una relación sentimental parece que todo encaja porque ese alguien está ahí para cualquier eventualidad que pueda surgir. Y tenemos la costumbre de llamarle para consultarle todo. Así que al romper, no queremos perder el contacto porque nos sentiremos desvalidos. Conservar ese apoyo emocional, el asesoramiento o la confianza que nos proporciona esa persona no lleva a querer seguir siendo amigos aunque ya no sea nuestra pareja.

  2. Por interés. Romper de manera drástica con una pareja puede tener importantes repercusiones económicas y sociales. Las amistades forjadas, los vínculos familiares, los hijos (si los hay), las inversiones, el dinero y los bienes en común… El esfuerzo de tantos años puede irse al traste. Por eso muchos ponen por delante de los sentimientos, el ser práctico y racional. En este caso, señalan los investigadores, la relación de amistad suele durar más que en la primera razón, la de la búsqueda de seguridad.

  3. Por comodidad. Ser cortés, no querer ser cruel en exceso, evitar quedar mal o tener miedo a sentirse culpable o hacer demasiado daño a la otra persona (y a nosotros mismos) nos hacen querer mantener ese vínculo y que esa persona tan importante en nuestra vida no desaparezca para siempre. Esta postura también es la que tomarían las personas con un sentimiento de apego alto y que tratan de evitar a toda costa una confrontación con seres queridos. Lo normal para ellos es mantener una relación cordial.

  4. Por amor. Si aún sentimos algo por nuestro ex haremos lo que sea por mantenerlo cerca, incluso fingir que podemos ser su amigo aunque nos duela el alma. Esta razón es la más dañina y peligrosa de todas. Si es tu caso, ¡corta por lo sano! Ojos que no ven, corazón que no siente.

Si tienes sentimientos no te conviene ser su amiga, deja pasar un tiempo para asumirlo y recuperarte.
Si tienes sentimientos no te conviene ser su amiga, deja pasar un tiempo para asumirlo y recuperarte.

Las 300 mujeres y casi 250 hombres que respondieron al cuestionario confirmaron que decidieron conservar la amistad por alguna de estas cuatro razones. Las dos primeras responden a necesidades prácticas, y las dos últimas a necesidades emocionales (seguridad y deseos románticos no resueltos).

Dependiendo de cuál sea nuestra respuesta, erraremos o no al decicir seguir adelante con esa amistad. Tú sabrás cuáles son tus motivos, pero quizás debas tener esto en cuenta: los psicólogos aseguran que las amistades más exitosas son las generadas por necesidades no emocionales.

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