La raíz clave para controlar los problemas de próstata
CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 31 (EL UNIVERSAL).- En América Latina, la riqueza de los superalimentos autóctonos destaca por su diversidad y propiedades beneficiosas para la salud. Entre estos alimentos se encuentra la mashua negra, un tubérculo originario de los Andes que podría ser clave en la prevención de problemas relacionados con la próstata. Este "oro negro andino" no solo es altamente nutritivo, sino que también está atrayendo la atención de la comunidad científica por su potencial en la lucha contra enfermedades graves.
La mashua negra, conocida científicamente como Tropaeolum tuberosum, es un tubérculo que crece en las alturas de Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia. Se distingue por su forma cónica, con tamaños que varían entre 7 y 30 cm, y su característico color oscuro.
Este alimento ha sido parte de las tradiciones agrícolas y culinarias andinas durante siglos. Además de su valor cultural, la mashua negra se ha convertido en objeto de interés debido a sus posibles beneficios medicinales.
La mashua negra es rica en nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar general del organismo. Entre sus principales componentes se encuentran:
Proteínas y carbohidratos: Proveen energía y contribuyen al mantenimiento de los tejidos.
Fibra: Mejora la digestión y favorece la salud intestinal.
Vitamina C: Refuerza el sistema inmunológico.
Minerales: Como hierro y calcio, que fortalecen los huesos y previenen la anemia.
Antocianinas y fenoles: Potentes antioxidantes que combaten el daño celular.
Estudios publicados en revistas especializadas, como Phytochemistry, sugieren que los flavonoides y polifenoles presentes en la mashua negra tienen propiedades anticancerígenas. En particular, se ha observado que ciertos alcaloides del tubérculo pueden atacar células cancerígenas asociadas con el cáncer de próstata, vejiga y riñón.
Aunque estos resultados son prometedores, los expertos subrayan que se necesitan más investigaciones para comprender completamente los efectos de este alimento en la prevención y tratamiento de estas enfermedades.
Aunque la mashua negra tiene un sabor naturalmente amargo, al cocinarla adquiere una textura y sabor más agradables, similares a los de otros tubérculos como la papa. Algunas formas populares de prepararla incluyen:
Acompañamientos: Como guarnición para carnes.
Guisos y purés: Ideal para enriquecer platos tradicionales.
Asada o hervida: Para aprovechar sus nutrientes de forma sencilla.
Incorporar la mashua negra en la dieta no solo permite disfrutar de sus beneficios potenciales para la salud, sino también descubrir nuevos sabores de la rica gastronomía andina.
La mashua negra es mucho más que un tubérculo nutritivo; su potencial medicinal podría ser una herramienta poderosa para prevenir problemas de próstata y otras enfermedades. Este superalimento, repleto de antioxidantes y nutrientes esenciales, es un ejemplo de cómo los alimentos tradicionales pueden integrarse en una dieta moderna para mejorar la calidad de vida.