Los ramos de novia que más me han gustado tienen un detalle en común: su aire salvaje

Cuando una (la que escribe) es nieta de una cordobesa, se fija en todas las flores que inundan el mercado, físico y virtual. Por eso cuando toca investigar sobre tendencias en materia de ramos de novia, siempre acabo sumergida en un mar de propuestas de perfiles dedicados al sector nupcial, firmas y floristerías que tienen en las redes su mejor escaparate. Y sí, he llegado a una conclusión: los diseños que más me gustan para completar el look del gran día son muy salvajes. Entiéndase salvaje por desordenado, con caída e incluso cascada, irregular, con diferentes alturas, con verdes y, por lo general, con mucho movimiento. Y, ¿por qué? Porque son estas las propuestas que trasladan el jardín, el campo, la naturaleza, al estilismo. Porque verdaderamente parecen recién cogidas del campo, sacadas de una película de esas que evocan tiempos pasados. Y porque sea como sea el vestido, con un ramo de este tipo, ya has acertado.

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Todo al verde

¿Por qué incorporar flores si a veces con unas ramas basta? Un ramo casi improvisado de tallos de olivo, el árbol cuyas hojas cada vez más parejas eligen para lanzar a la salida de la ceremonia, por la idea de que trae buena fortuna al matrimonio. Junto a un look de The Muse Collective, este diseño es perfecto para aquellas que buscan casarse al aire libre, en bodas de ambiente rústico y puede utilizarse tanto en enlaces de verano como en los de invierno.

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Un arcoíris en tonos pastel

Jimena, fundadora de Marengo Flores, se casó en la Finca La Gaivota en 2023 y hace unos meses recordaba en sus redes sociales cómo había diseñado ella misma su ramo de novia. Su elección fue una propuesta floral irregular y con caída compuesta por ranúnculos, helecho, jazmines, amapolas y rosas de jardín que añadió un toque de color empolvado a su look nupcial. Una idea que casaba a la perfección con su vestido sencillo de Cortana para su enlace entre jardines.

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Oscuro, pero alegre

Entre las propuestas de inspiración salvaje y silvestre que más gustan en la red, no hay únicamente arreglos florales de tonos claros, también figuran otras opciones arriesgadas, pero igual de bonitas. Es el caso de este ramo de novia de la premiada floristería pacense Manu Fernández Flores y Eventos, que una recién casada llamada Raquel llevó en su enlace. Un diseño silvestre a diferentes alturas con anémonas, peonías, cardos o clematis, que acompañó con una cinta que le regaló una amiga y dos medallas que le regalaron sus primas.

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Muy campestre

Aunque pudieran parecer poco meditados, los ramos de novia campestres, como sucede con los maquillajes efecto piel lavada, llevan mucho trabajo detrás. Lo evidencia la sutil mezcla de colores típicamente silvestres, que podríamos encontrar con facilidad si saliéramos a pasear por la montaña cualquier domingo. También se percibe en creaciones como la de la imagen, con una fusión de diferentes verdes que encajan entre sí, ideada por La Florería Zaragoza para una novia llamada Paula, vestida de Martha Peters.

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Rosado y con cascada

Preguntes al experto que preguntes, te lo confirmarán: un buen ramo de novia con flores frescas y cascada desigual puede salvar el look de novia más plano o sumar muchos puntos a un vestido de novia sencillo. Ejemplo de ello lo encontramos en esta novia que se decantó por un bonito diseño vaporoso y le añadió un ramo de colores rosados, con jazmín y esparraguera o helecho plumoso en caída, obra de Elena Suárez & Co.

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En clave XL

Buceando en las redes sociales resulta sencillo toparse con un considerable número de ramos de boda con caída que cuentan con un gran volumen. El tamaño en estos casos sí importa y por eso aquellas novias que buscan un look de inspiración romántica, con referencias a siglos anteriores al XIX, se decantan por esta opción algo teatral. Dentro de esos diseños grandes que han ganado un tímido (aunque notable) hueco en los recientes meses, podemos encontrar estilos muy diversos. El de la imagen ofrece una amplia variedad de colores apagados en variedades como la hortensia, los ranúnculos, las rosas, la flor de la manzanilla o el eucalipto, en un trabajo elaborado por Flores La Bohème.

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Con cinta a juego

Combinar los colores del ramo con la cinta que lo acompañe, también es un ejercicio acertado en este tipo de diseños. Es habitual que las propuestas florales que se engloban dentro de lo ‘salvaje’ incorporen una amplia gama cromática y esto ofrece muchas posibilidades a la hora de buscar la cinta, que siempre será más llamativa si está bordada. Es el caso de la escogida por Macarena, una novia que se casó en temporada alta con una creación que salió del taller de Carolina Bouquet.

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Pequeño pero llamativo

Claveles, lisianthus y rosas en tonos pasteles captan toda la atención en este ramo de novia. La propuesta, aunque no resulta tan grande como acostumbran otras de corte salvaje y desordenado, no pasa desapercibida, gracias al juego de pequeños capullos que emergen como queriendo trepar, lo cual dota al diseño de bastante movimiento. Lo llevó una novia con look de Pronovias para casarse en Sevilla hace algo más de un año.

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Compacto y sin apenas verde

La floristería sureña La Buganvilla Arte Floral, que cuenta con una amplia experiencia en el sector nupcial, puede presumir de adaptarse a todas las tendencias del mercado con facilidad. En su currículum figuran por igual ramos de novia clásicos, diseños florales muy creativos y propuestas especiales, no aptas para todas las prometidas. Es el caso de esta creación, a diferentes alturas y de aspecto triangular e irregular, sin verdes y con variedades como las rosas y las dalias.

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Fusión de contrastes

Cada ramo tiene su estación del año más apropiada y en este diseño de Brunia Floral se observan claras variedades de principios de primavera. La floristería andaluza jugó con diferentes tonalidades y fusionó flores de jardín con otras más silvestres en esta propuesta que tiene a los tulipanes, la flor de la manzanilla, las peonías, las rosas David Austin y los alhelíes como protagonistas, junto a un tallo atado con una cinta azul de terciopelo.