Recorremos uno a uno los palacios de verano de las Familias Reales europeas
Con agosto a la vuelta de la esquina, las Familias Reales hacen las maletas para trasladarse a sus residencias de verano, algunas tan míticas y conocidas como el Palacio de Marivent, refugio en Mallorca de don Felipe desde que era pequeño. Aunque muchos soberanos siguen con sus agendas en los meses más cálidos del año, lo cierto es que el cambio de aires, en algunos casos incluso fuera de sus países de origen, es perfecto para recargar pilas. Analizamos uno a uno los hogares estivales de los miembros de la realeza.
PINCHA AQUÍ PARA VER TODAS LAS FOTOS DE LA GALERÍA
El Palacio de Marivent, medio siglo de residencia de veraneo real
Con permiso del Palacio de la Zarzuela, Marivent es la residencia de la Familia Real española más famosa. Está situada en el núcleo turístico de Cala Mayor, en Palma de Mallorca y desde 1973 don Felipe ha pasado sus veranos en ella. Este año se cumple el medio siglo de este palacete como hogar estival del jefe de Estado. Marivent no pertenece al conjunto de residencias de la Familia Real de Patrimonio Nacional, sino que su titularidad es de la comunidad autónoma de las Islas Baleares y acoge algunos actos públicos, audiencias y despachos cuando el monarca se encuentra en tierras mallorquinas.
Esta propiedad fue construida entre 1923 y 1925 para el pintor Juan de Saridakis y su primera esposa, la escultora francesa Laura Mounier. Con su segunda esposa el artista vivió hasta su muerte. La viuda cedió el recinto en 1966 a la Diputación balear para que se hiciera un museo que llevase el nombre del pintor hasta 1973 cuando se cedió la finca a los entonces príncipes de España (don Juan Carlos y doña Sofía). En total, son 33.000 metros cuadrados. En el edificio principal, la segunda planta está reservada a las estancias privadas, así como dos dormitorios de invitados y varios cuartos de baño, mientras que la primera está reservada para la sala de estar, la sala de música, el comedor y los despachos. Quizá lo más impresionante esté fuera en los más de 9.000 metros cuadrados de jardines que desde 2017 están abiertos al público de forma gratuita salvo en verano cuando se encuentra la Familia Real. En este vergel hay hasta 40 especies de plantas distintas y doce esculturas de bronce de Joan Miró.
- Los Reyes y sus hijas vuelven a la sierra de Tramontana para su primera imagen juntos en Mallorca
- Don Felipe acude a la segunda sesión de entrenamientos de la 41 Copa del Rey MAPFRE
- Una nueva polémica obliga a Guillermo y Máxima de Holanda a regresar de sus vacaciones en Grecia
A doña Sofía este lugar siempre le ha recordado a su Grecia natal y es uno de sus rincones favoritos. La emblemática escalinata del Palacio ha sido escenario de posados veraniegos irrepetibles de lo más familiares y algunos institucionales como el almuerzo del que disfrutaron Michelle Obama y su hija pequeña Sasha en 2010 antes de poner fin a sus vacaciones por España.
El emblemático Castillo de Balmoral
Balmoral, la fortaleza situada en Aberdeenshire (Escocia) quedará para siempre ligada a Isabel II. Allí murió el 8 de septiembre de 2022 después de pasar, como hacía cada año, el verano en las Tierras Altas. Fue la primera monarca británica en morir en Escocia desde Jaime V en 1542. Este castillo lleva siendo residencia real desde 1848 cuando el príncipe Alberto lo compró para su esposa la reina Victoria. Fue una de las residencia favoritas de Isabel II quien disfrutaba de sus veranos en una de las casitas de campo del magnífico recinto. Todo el complejo, al igual que la finca de Sandringham, es propiedad privada del monarca y no tiene financiación pública, con lo que está abierto para turistas y visitantes que financian, en parte, su mantenimiento. Es tradición que miembros de la Familia Real pasen algunos días del verano allí, eso sí, siempre bajo la invitación del Rey.
El Château de Margarita de Dinamarca
Desde 1974 el Château de Cayx es propiedad de la Familia Real danesa, uno de los lugares más impresionantes del valle del Lot y está rodeado de los viñedos de la ciudad de Cahors. La propiedad cuenta con una bodega donde se producen caldos que se comercializan. También tiene una tienda de regalos y abre al público sus puertas para que puedan ver, entre otras cosas, la colección de arte tribal africano y asiático del príncipe Henrik, marido de la reina Margarita quien murió en 2018.
En cuanto al inmueble, Cayx se remonta a principios del siglo XV como fortaleza para controlar el tráfico de barcos en el río Lot. Antes de pasar los veranos aquí, la reina Margarita y su esposo disfrutaban de los meses más cálidos del año en Albas, a solo diez kilómetros de Cayx. A lo largo de las décadas, esta residencia ha ido restaurándose y transformándose para que la disfruten los dos hijos y los nietos de la monarca. Tiene diez habitaciones, cuatro salones, una piscina y una gran cocina. Allí, la Familia Real disfruta del encanto de la zona y es habitual encontrarse a la Reina comprando en los mercadillos y tiendas locales.
- Balmoral, el escenario más triste de las últimas décadas
Un refugio para los Bernadotte en una isla sueca
Son míticos los posados veraniegos de la extensa familia de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia en el castillo de Solliden, situado en la isla de Öland, en el mar báltico y conectada con el continente por un puente. Esta residencia se acabó de construir en 1906 como casa de verano para la futura reina Victoria quien sufría problemas de salud y buscaba un lugar donde poder alejarse de la gran ciudad. En esta isla encontró un clima adecuado que la hizo mejorar y un entorno de paz y tranquilidad. La princesa contrató a los arquitectos y se involucró en las obras, que se inspiraron en el estilo italiano.
Tras la muerte de Victoria, en 1930, su esposo Gustavo V lo heredó. Finalmente el rey Carlos Gustavo y su familia lo recibieron como su paraíso de verano privado donde desarrollan algunas actividades públicas, como el reciente cumpleaños de la heredera. Con el paso del tiempo, ha tenido ampliaciones y ya tiene nueve plantas edificadas.
El oásis en el fin del mundo
Hasta el fin del mundo viaja cada verano la familia real noruega. Su refugio estival, Magero, se encuentra en la isla de Tjome, cuyo nombre significa ‘Fin del mundo conocido’. Rodeada de mar y naturaleza, se sitúa al sur de la ciudad de Tonsberg, al sureste del país. Los reyes Harald y Sonia descansan cada año, desde 1993, en esta bella residencia que ha sido escenario de momentos memorables además de punto de encuentro de la realeza. Allí celebró la Reina su 70º cumpleaños con una fiesta a la que acudieron varios miembros de la realeza europea. Cuando están solos o en familia, el monarca aprovecha el enclave para disfrutar de sus grandes pasiones: la pesca y la navegación. Este año podría ser el primero que Durek Verret, prometido de la princesa Marta Luisa acuda a Magero, ya que se encuentra veraneando con la familia a bordo del barco real por la costa del norte de Noruega
La Familia Real belga descansa en el golfo de Vizcaya
Los reyes Felipe y Matilde suelen pasar parte de sus vacaciones en el castillo real de Ciergnon, un imponente palacio al sur de Bélgica, en la provincia de Namur. En 1988, Leopoldo II adquirió una antigua casona que remodeló hasta convertirla en un verdadero castillo gracias al arquitecto Alphonse Balat. Desde entonces es el lugar de retiro tradicional de los monarcas belgas y su familia y también lugar de celebración ya que en su capilla los reyes Felipe y Matilde bautizaron a sus cuatro hijos.
Aunque la familia suelen reservar unos días para disfrutar de esta residencia campestre, su lugar predilecto para su descanso privado está en Île d’Yeu, una pequeña isla francesa situada en el golfo de Vizcaya. Allí solía alojarse en una casa alquilada, pero en 2019 adquirieron su propia residencia, donde en 2013 protagonizaron su primer posado veraniego. Junto a sus tres hijos, los Reyes se mostraron felices y relajados frente al mar con un faro al fondo.
La villa de los reyes Guillermo y Máxima al sur de Grecia
En el año 2012 cuando aún eran príncipes, Guillermo y Máxima de Países Bajos compraron una villa en Kranidi, en la península del Peloponeso, al sur de Grecia. La finca que cuenta con tres viviendas de 4.000 metros cuadrados de terreno, una gran piscina, playa y puerto de embarque privados les costó cuatro millones y medio de euros y pertenecía al conocido fotógrafo alemán Manfred Rieker, quien fue el que la diseñó. A los Reyes neerlandeses les encanta esta zona que conocieron gracias a la boda del príncipe Nicolás de Grecia con Tatiana Blatnik que se celebró en 2010 y a la que fueron invitados. Antes, la familia veraneaba en Mozambique, una casa que vendieron antes de comprar la helena y que suscitó numerosas críticas y comentarios por parte del sector político y de algunos ciudadanos ya que se trató de una operación inmobiliaria en plena crisis económica en la que estaban implicados multimillonarios del todo el mundo.
A la princesa Beatriz, antigua monarca y madre del rey Guillermo, le gustaba veranear en Italia y, más concretamente, en la Toscana. En 1973 junto a su marido el príncipe Claus tuvo un flechazo con una vieja granja en Tavernelle Val di Pese, un pueblo en las colinas del Chianti entre Florencia y Siena. Allí crearon la villa de Rocco dei Dragoni en la que también pasaron algunas temporadas Guillermo, Máxima y sus tres hijas.
Los veranos de los Grimaldi en Roc Agel
Roc Agel, construida en 1957 por el príncipe Raniero cuando estaba casado con Grace Kelly, es la residencia de verano de los Grimaldi. Está en un enclave idílico, en la ciudad de Peille en un alto y con una panorámica impresionante. La zona es muy tranquila y de gran belleza y la finca se encuentra en Mont Agel, en la frontera entre Francia y Mónaco. Este palacio de verano ha sido usado después por los hijos del recordado monarca que han podido disfrutar de 56 hectáreas de cultivos y granja, un lugar perfecto para desconectar. En 2015 el palacio se sometió a una reforma y es una de las residencias favoriaos de la princesa Charlene.
La costa azul conquista a la Familia Gran Ducal
Francia es también destino del verano de la familia Gran Ducal y más concretamente la Costa Azul. En Cabasson, muy cerca del pueblo costero de Brégançon, en plena Provenza se encuentra Torre Serrazine, la mansión que adquirió hace más de medio siglo la gran duquesa Carlota. La finca, de 35 hectáreas, está rodeada por una playa y cerca están las ruinas del castillo de los señores de Fos (siglos XII y XIV). A los grandes duques y su extensa familia que en los últimos años se ha visto incrementada por un buen número de nietos les gusta disfrutar de largas sobremesas, baños en el mar y rara vez abandonan la espectacular casa. En este lugar se llegaron a reunir en el pasado hasta cuatro generaciones de los Nassau