Nuevos recorridos turísticos para viajeros de talla grande
Las vacaciones deben ser relajantes, estimulantes y todos los adjetivos positivos que quieras, pero a menudo son estresantes y decepcionantes. Viajar siendo gordo puede ser ambas cosas, además de ser deshumanizante y producir la ansiedad de perderse de algo emocionante.
En realidad, los viajeros de talla grande no solo tienen miedo a perderse algo emocionante; históricamente, ha sido casi una garantía que se perderán de algo, gracias a los prejuicios sobre la gordura y a las estructuras sociales que dicen que somos demasiado grandes para divertirnos. Están los retos obvios —asientos de avión demasiado pequeños, piscinas y playas intimidantes—, pero también otras preocupaciones: ¿Y si las batas del spa no nos quedan bien? ¿Y si en las atracciones de un parque de diversiones no caben cuerpos más grandes y la única forma de averiguarlo es hacer fila durante una hora y luego intentar subir sin éxito? ¿Y si la aerolínea te pierde la maleta y en tu destino no hay tiendas con ropa de tu talla? (Trevor Kezon, miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional para el Avance de la Aceptación de la Gordura, o NAAFA por su sigla en inglés, dice que hace dos maletas a propósito cuando viaja solo por esa clara posibilidad).
Ahora, un pequeño pero creciente mercado de viajes para tallas especiales (a menudo dirigidos exclusivamente a mujeres) intenta llevar alegría, comunidad y tranquilidad a personas con cuerpos más grandes a precios similares a los de los viajes en grupo normales.
Según los participantes y numerosos operadores turísticos, las ventajas de un viaje para tallas especiales son múltiples. Desde el punto de vista emocional, un viajero sabe enseguida que sus compañeros también han elegido un viaje diseñado en torno a la aceptación del cuerpo. Puede que sepa que sus compañeros de viaje quizá ya estén algo versados en su mundo y entiendan que “gordo” como adjetivo es un hecho, pero “obeso”, que equipara la gordura con una enfermedad, y “sobrepeso”, que sugiere que hay un peso ideal en el que estar, tal vez no sean bienvenidos. Desde el punto de vista logístico, significa que todo se ha planeado pensando en la accesibilidad, como cenas en restaurantes con sillas espaciosas, cómodas y con buen soporte.
También significa camaradería. “No puedo asegurarte que no te van a mirar, y no puedo protegerte de esa mirada”, dice sobre viajar siendo gordo Zoe Shapiro, fundadora de Stellavision Travel, que ofrece un viaje al sur de Italia para todas las tallas. “Pero puedes contar con que me voy a interponer entre el grupo y la mirada. Y si puedo evitar que nuestros viajeros lo sientan, ya sea desviando su atención, manteniendo una conversación, comunicándome en italiano, lo que sea que pueda hacer, lo haré”.
A pesar de que un tercio de la población mundial es gorda, según la NAAFA —que define la gordura como “exceder el estándar médico actual o el estándar social actual para cuerpos aceptables”, afirmó Tigress Osborn, presidenta de la NAAFA—, el sector turístico ha tardado en adaptarse. En lo que respecta a las excursiones de aventura, como la tirolesa y el “rafting”, muchas personas de tallas mayores han asumido que los límites de peso excluyentes son inevitables y existen para nuestra propia seguridad. Pero una tirolesa puede diseñarse para soportar cualquier peso. El bloguero de The Chubby Diaries, Jeff Jenkins, cuyo programa de viajes de National Geographic, “Never Say Never With Jeff Jenkins”, se estrena el 9 de julio, afirma que lo único que hace falta es una mente innovadora para que las actividades sean inclusivas: “La gente literalmente mueve toneladas de madera con tirolinas. Ningún ser humano pesa una tonelada”.
Para algunos de nosotros, el camino hacia los viajes ha sido interior —celebrar nuestra identidad en lugar de luchar contra ella u ocultarla— y qué alivio ha sido encontrar a otros que ya están en el destino, encantados de guiarnos. Jenkins señaló la nueva aplicación de colaboración abierta Friendly Like Me, creada para que las personas de mayor peso o con alguna discapacidad (o ambas cosas) puedan averiguar de antemano todo lo que necesitan saber sobre la accesibilidad y las “facilidades” de un lugar.
A continuación, algunas empresas de viajes que están ayudando a cambiar el panorama.
Stellavision Travel
Además de la inclusión corporal, el viaje de Stellavision al sur de Italia (del 15 al 29 de julio, por 5650 dólares) se centra en el turismo hiperlocal, así como en las empresas propiedad de mujeres. Para Sara Courson, que viajó con el grupo de 2022, ese fue el principal atractivo, pero el aspecto de la inclusión de todas las tallas fue el factor decisivo. “Aumenté de peso durante la pandemia y me ponía nerviosa la idea de ir al extranjero”, explicó. En lugar de temer que la gente se sintiera irritada por “la gorda del viaje”, se sintió reconfortada al saber que lo más probable sería que estuviera con gente que la aceptara.
En el viaje de Stellavision —que se repetirá en el verano de 2024, al igual que un nuevo viaje a Italia para personas de talla grande, con una ruta y un itinerario aún por determinar— no hay ningún programa centrado específicamente en el cuerpo. “Hubo herramientas semiterapéuticas”, explicó Courson, “pero no es como que nos sentamos cada comida a hablar sobre cómo influye en nuestras vidas”.
Y aunque el viaje no se limita a las personas que se identifican con las tallas grandes, sí está pensado para aquellas que quieren sentirse seguras en su cuerpo. Semanas antes del viaje, Shapiro, que vive en Roma, les envía a los participantes una encuesta en la que les pregunta, entre otras cosas, qué los pone nerviosos. Así puede abordar esas preocupaciones con antelación.
Sobre su viaje —que está abierto a “personas que se autoidentifican como mujeres y no binarias que se sientan cómodas en espacios femeninos”— Shapiro añadió: “Nunca aceptaría el dinero de la gente y diría que soy la voz de facto en materia de viajes para todas las tallas”. Su intención, aclaró, simplemente es presentar “una experiencia más polifacética con todos los pensamientos e intencionalidad que nuestros viajeros merecen”.
Fat Girls Traveling
La necesidad es la madre de la invención, y para la influente Annette Richmond, fundadora de Fat Girls Traveling, es una necesidad no dejar que los convencionalismos respecto a las tallas le impidan hacer todo lo que le apetezca en cuanto a experiencias y aventuras.
Relató un viaje a Indonesia, donde le entusiasmaba experimentar el Tegalalang Rice Terrace Swing, una atracción repleta de endorfinas que lanza a los participantes sobre preciosos arrozales. Richmond recuerda que tuvo que caminar por el barro: “Llego al columpio, lista para mi debut, y me pongo el arnés alrededor de la cintura y no encaja. Pensé: ‘Caray, ¿por qué no pueden conseguir un arnés más grande?’”. ¿El resultado? Los operadores del columpio se disculparon y le sugirieron un competidor, Real Bali Swing, que ofrecía arneses más grandes.
Ahora Richmond organiza viajes y retiros para otras personas hartas de ser excluidas: “Mis campamentos para gordas, que son como mis retiros, son para mujeres gordas y personas no binarias”, afirmó. Si abriera sus retiros a todo el mundo, dijo, “se correría el riesgo de perder la magia”. Del 25 al 28 de agosto, organizará el Fat Camp U.K. en Brighton, Inglaterra (2000 dólares), en el que, además de juegos al estilo de los campamentos de verano y visitas a “pubs”, habrá debates positivos sobre la gordura. Richmond también tiene un viaje para todas las tallas a Cuba del 1 al 5 de septiembre (2750 dólares) —sin la concientización planificada de los retiros, solo pura diversión— y próximamente espera planear un viaje en grupo a México, su base de operaciones desde 2020. (Sus viajes, a diferencia de sus retiros, están abiertos a todos los géneros).
Virgie Tovar
Virgie Tovar, autora de varios libros, entre ellos “Flawless: Radical Body Positivity for Girls of Color”, lleva organizando viajes desde 2016, cuando se asoció con Tingalaya’s Retreat en Negril, Jamaica. “Cada mañana nos despertábamos con un magnífico desayuno y luego caminábamos a nuestra playa privada y hacíamos estiramientos y “jiggling” (¡la ropa era opcional!)”, escribió en un correo electrónico desde Italia, donde estaba organizando un viaje para todas las tallas a través de TrovaTrip. Tovar fundó su empresa como única propietaria en 2011, y en 2021 se convirtió en Virgie Tovar.
Para Tovar, viajar es un derecho humano (sus viajes son para todos los géneros). “Si las personas de tallas grandes no sienten que viajar es viable o accesible, entonces realmente nos estamos perdiendo una experiencia humana muy importante”, afirmó.
Tovar también ha viajado a Bali y ha organizado retiros en San Francisco y Sausalito, California, llamados Camp Thunder Thighs. El costo de los viajes suele rondar los 2000 dólares por una semana, sin incluir los vuelos, y los destinos los determina su propio entusiasmo, el interés de los viajeros y las encuestas de TrovaTrip a los posibles participantes.
Compartió una anécdota de una ceremonia del agua en Bali en su viaje para tallas especiales de 2022. “Para participar teníamos que llevar pareos con fajas. Muchas personas del grupo tenían miedo de que las fajas o los pareos no les quedaran bien”, relató Tovar. “Sabía que podíamos atar las fajas y los pareos para hacerlos accesibles. ¡Y eso es exactamente lo que hicimos! Todo el mundo participó, y fue uno de los momentos más importantes del viaje porque realmente fue un ritual de purificación, en el que le entregas tus preocupaciones y penas al agua”.
c.2023 The New York Times Company