Regina Spektor: la humorada sobre Dios y un disco en el que retoma su irresistible pop barroco y nostálgico

Regina Spektor acaba de lanzar un celebrado disco, Home, Before And After
Regina Spektor acaba de lanzar un celebrado disco, Home, Before And After - Créditos: @Steve Jennings

Artista: Regina Spektor. Álbum: Home, Before And After. Canciones: “Becoming All Alone”, “Up The Mountain”, “One Man’s Prayer”, “Raindrops”, “SugarMan”, “What Might Have Been”, “Spacetime Fairytale”, “Coin”, “Loveology”, “Through A Door”. Calificación: muy bueno.

Regina Spektor hace canciones para el siglo XXI. Entre su primer disco (11:11, editado en 2001) y este, su más reciente, pasaron 21 años de un siglo que parece todavía estamos tratando de entender y no desestimar del todo. Y así, la vida de una cantautora en el tiempo que le tocó vivir tiene sus devenires. Regina Ilyinichna Spektor no solo parece, es hija de otra época. Nació en 1980 cuando Rusia era todavía la Unión Soviética y luchaba internamente por sostener la utopía comunista que ya se había vuelto nada utópica. En más de una oportunidad dijo que de aquellos años en el Este, antes de mudarse en 1989 al Bronx neoyorquino con sus padres, recuerda que el gris dominaba la paleta de colores de Moscú. Y ese mismo gris parece habitar ahora en sus canciones, que nunca dejan de tener una estirpe pop aunque estén conducidas por pianos, cuerdas y baterías folk.

Así es Home, Before And After. Un nuevo viaje de pop barroco, compuesto por 10 canciones íntimas, repletas de nostalgia pero también de matices, intensidades y, sobre todo, movimiento. “Becoming All Alone” sienta las bases de una nueva travesía interior de Regina Spektor, con la protagonista de la canción invitando a Dios a tomar una cerveza antes de quedarse sola nuevamente, pero siempre encontrando un resquicio de humor en el camino (“Ni siquiera tuvimos que pagar / Porque Dios es Dios / Y a él lo reverencian”). “Up The Mountain” lleva las cosas a un paisaje de montañas, bosques y jardines con dramatismo cinematográfico y marcha pop en uno de los mejores momentos del disco (chequear la forma en la que la música acompaña cada indicación que dice la letra: suben las cuerdas cuando canta que tiene que subir la montaña y bajan al registro grave cuando pide que todo baje la velocidad). Una suerte de Björk menos oblicua pero con similar manejo de texturas y neurosis.

Todos aman una historia de hace mucho, mucho tiempo atrás”, canta en “Whay Might Have Been”, con su falsete característico para devolver una fantasía, ahora de piratas. Y entonces da entrada a “Spacetime Fairytale”, una suite de pop barroco de casi 9 minutos en la que pone a jugar todos los elementos que hacen a su identidad: una voz llena de matices, siempre encantadora, una orquestación juguetona en la que hay tiempo para un interludio de tap, un piano de melodías clásicas, tarareos susurrados, cuerdas y, sobre todo cambios de clima que se dan por transiciones pensadas sin tener a la urgencia como factor. “Coin” agrega texturas pseudo shoegaze a la manta sonora de Regina Spektor con in crescendos para sostener la épica. Y “Through A Door”, la última canción del disco, vuelve a tener al piano, el gran aliado de Regina desde que empezó a tocarlo desde niña, como principal responsable de los graves en contrapunto con los agudos de Spektor para generar una nueva tensión de sombras y claridades: “El hogar es donde haya una luz encendida, no importa cuánto hace que te hayas ido”.

La Rusia comunista, el Bronx que miraba la opulencia de Manhattan, el siglo XX que se iba sin cumplir casi ninguna de sus promesas, el siglo XXI que parece demasiado desganado como para construir las suyas... Regina Spektor hace canciones con todos esos contextos en su atril. Buscar su casa, antes y después, ha sido parte de un viaje con la fantasía de un libro de cuentos infantil, uno de esos pocos que entraron en la valija antes de cruzar de mundo. “Es muy difícil definir qué es la música pop”, le decía a LA NACION en 2013. “Pero creo que yo sólo tomo de allí las estructuras y accidentalmente contribuyo a reinventar la rueda. Cuando más acceso tenés, más cosas podés meter en tu música. Aprendí de Bowie que las habilidades extras que adquirís en la vida las terminás usando”. La canción es una estructura hospitalaria, tal vez una de las que más se ha mantenido en pie a través de los siglos, y Regina Spektor tiene allí su casa. Una a la que siempre le construye una nueva habitación, tan acogedora y llena de misterios como la anterior. Y a la que puede volver e invitar gente cuando quiera.

The End y Durga McBroom homenajean a Pink Floyd en el Gran Rex

La banda tributo y la vocalista que a partir de 1988 se encargó de los coros del grupo británico se presentarán en el teatro de la calle Corrientes al 800 el próximo 12 de noviembre. La gira conjunta The Pink Floyd Connection los llevará por Chile (10 de noviembre, Teatro Caupolicán), Rosario (11 de noviembre en Rosario, Teatro El Círculo), Tucumán (13 de noviembre, Teatro Mercedes Sosa) y Paraguay (18 de noviembre, Teatro José Asunción Flores), además de la mencionada fecha en Buenos Aires.

Juanse cierra el año en Obras

Después de su histórico show en el Luna Park donde celebró sus 60 años rodeado de invitados, el líder de los Ratones Paranoicos ya anuncia su última fecha de 2022: será nada menos que en el Templo del Rock el sábado 17 de diciembre. Lo acompañará su banda The Mustang Cowboys, en la cual toca el bajo su compañero musical de toda la vida, Pablo Memi. Este será el corolario de un año que lo tuvo girando por Chile, España y Uruguay.

La banda uruguaya Buitres toca en Buenos Aires

El grupo de culto formado en 1989 por los exintegrantes de Los Estómagos, Gabriel Peluffo y Gustavo Parodi tocará el 15 de julio en Uniclub. La excusa será presentar su álbum de estudio número trece: Mecánica popular, grabado en el Estudio El Abasto con la producción de Álvaro Villagra. En su regreso a Buenos Aires, los Buitres darán un show completo en el que, además de mostrar las nuevas canciones, repasarán los clásicos de su prolífica carrera.

Die Toten Hosen festeja sus 30 años de shows en la Argentina

El grupo alemán liderado por Campino anunció una presentación para el próximo 22 de octubre en el Estadio Obras. El show se enmarcará en un doble festejo: el 40° aniversario de la banda y las tres décadas de su primer concierto en nuestro país, aquel del 11 de septiembre de 1992 en la recordada discoteca Halley. Antes de su desembarco en Buenos Aires, su gira Todo por amor: 40 años de Die Toten Hosen los llevará por varias ciudades de Europa