Relájate antes de acostarte
Un sueño de mala calidad afecta nuestra salud y vida diaria. Impide que los mecanismos autogeneradores de nuestro cuerpo se reparen desde el punto de vista celular, lo que se traduce, entre otras cosas, en un cutis fatigado y apagado. Asimismo, puede causar múltiples problemas a nivel físico y psicológico.
Según los expertos en el tema, debemos dormir entre siete y ocho horas diarias para lograr mantener un estado físico, emocional y mental óptimo. Sin embargo, el estilo de vida acelerado que se suele llevar en la actualidad ha causado que nuestra calidad de sueño y el tiempo ideal para descansar empeoren notablemente.
Aquí te menciono solo algunas de las consecuencias que tiene como resultado el no dormir adecuadamente:
Padecimientos cardiacos.
Mayor riesgo de poder padecer algún tipo de cáncer.
Riesgo de padecer problemas de obesidad.
Problemas de concentración y mala memoria.
Emociones descontroladas.
Debilitamiento del sistema inmunológico.
Mayor riesgo de padecer un accidente.
Ganas de comer en exceso debido a ataques de ansiedad.
Ahora, no te preocupes, existen ciertas rutinas que puedes realizar justo antes de acostarte y que pueden ayudarte a lograr conciliar un sueño reparador. Hoy te comparto algunas alternativas u opciones.
En primer lugar, previo a la rutina que te compartiré, toma un baño o una ducha templada y relajante, y una bebida caliente como una infusión o simplemente una taza de leche caliente con una pizca de nuez moscada. Posteriormente, instálate cómodamente en la cama con una luz tenue; para evitar distracciones no enciendas la televisión. Haz una pausa después de cada paso y respira tranquilamente un momento antes de continuar.
Túmbate boca arriba con la cabeza sobre una almohada baja. Cierra los ojos y respira con intervalos regulares y uniformes.
Empieza tensando todos los músculos de las piernas y los pies; mantén esa postura por unos minutos y relaja muy despacio.
Tensa los brazos y aprieta fuertemente los puños; mantén esta postura durante unos minutos y relaja muy despacio.
Tensa los músculos del abdomen durante un momento y relaja lentamente.
Tensa los hombros elevándolos hacia las orejas; sostén la postura un momento y suelta lentamente.
Por último, ciñe el rostro apretando los ojos; mantén esta mueca durante un momento y relaja la cara muy despacio.
Cuando hayas terminado los ejercicios anteriores, permanece tumbada y respira tranquilamente; nota cómo se siente tu cuerpo. Es posible que te duermas antes de terminar los ejercicios, ¡eso sería ideal! Con los músculos completamente relajados lograrás conseguir un sueño de calidad y te beneficiarás de todos los nutrientes que esto conlleva.
Puedes apoyar la rutina anterior con un poco de aromaterapia -unas gotitas de lavanda en un difusor sin duda ayudarán-.
Por otro lado, en cuanto a la infusión sugerida, antes de ir a la cama te puedo dejar las siguientes opciones:
Infusión de valeriana.
Infusión de tila.
Infusión de lavanda.
Infusión de azahar.
Otro detalle importante es cómo preparar esta infusión de manera correcta:
Calienta el agua hasta que hierva.
Sirve en una taza.
Añade las plantas secas o la bolsita de té preparado.
Deja reposar por unos minutos.
Puedes añadir miel de abeja para endulzar.
Si estás teniendo problemas para dormir intenta esta sencilla rutina, te ayudará mucho; repítela por lo menos una semana para que obtengas los resultados que esperas.
Recuerda… ¡tú generas el cambio!