Ricardo Darín: "No creo en los hinchas que atacan a su equipo"

César Huerta

CIUDAD DE MÉXICO, enero 13 (EL UNIVERSAL).- Cuando jugaba futbol, Ricardo Darín acaparaba las miradas de sus entrenadores por su velocidad. Él se encargaba de desbordar a la defensa del contrario para causarle daño.

Hoy, el actor de "El secreto de sus ojos" y "Argentina, 1985", que cumple el próximo martes 67 años de vida, sigue en ese "sprint" incesante en el aspecto actoral, pues no cesan las invitaciones para películas o series, incluidas mexicanas.

Este fin de semana, su más reciente trabajo es con su voz, al ser narrador del documental "Elijo creer", que recuerda la andanza del seleccionado argentino camino a la obtención de la Copa del Mundo en Qatar 2022.

"Te permite revivir paso a paso cada uno de los escalones que se fue pisando en el torneo y ese es uno de los motivos por el que fue abrazado por tanta gente. Todo mundo quiere abrazar esa incredulidad, a jugar a no saber lo que va a pasar (risas)", dice sobre la producción de HBO Max.

Y, como hincha que es del futbol, responde preguntas con esa temática y otras coyunturales, para EL UNIVERSAL.

-Dice César Luis Menotti (entrenador) que el futbol es lo más importante de lo menos importante y, al mismo tiempo, una bella excusa para ser feliz, ¿tú qué piensas?

--Menotti es un filósofo del fútbol. Y creo que el deporte en general ofrece esa oportunidad y el fútbol en especial, precisamente por convocar multitudes y enfocarse a la pasión de las sociedades, sí nos permite olvidarnos por un instante de todo el resto y estar en ese disfrute efímero y momentáneo.

-Pero hay detractores. Hay quien piensa que el futbol es el "opio del pueblo" y con él, varios políticos procuran que la gente olvide lo realmente importante.

--Mi padre pensaba exactamente lo mismo (risas). Él no era amigo de ninguna manifestación deportiva porque pensaba que era la forma de masificar a la sociedad, enfocarla en una dirección distractiva, y creo eso es un poco demasiado radical. Puede que sea cierto en algunos casos, pero también lo es que el deporte es salud, una especie de bálsamo física y espiritualmente hablando.

El trabajo que han hecho los clubes en los barrios, de todos los lugares del mundo, de cobijar a los chicos y no sucumban ante tentaciones no santas, ahí está.

-¿Qué tal jugabas? ¿Tenías dos pies izquierdos?

--Yo era muy rápido, nunca fui habilidoso, aunque con el tiempo uno va perfeccionando algunos errores (risas). Jugué como 30 años y siempre era para aprovechar mi velocidad.

-Como algunos futbolistas, ¿tienes alguna cábala al comenzar un proyecto o rodaje?

--No, tristemente mis cábalas están sujetas a ver un partido de la selección, de un tenista argentino que está solito por el mundo y así. Tengo la estúpida sensación, que me causa un poco de gracia también, de creer que si estoy viendo esa transmisión, es que yo lo estoy acompañando. Sólo en el teatro tengo una especie de ritual antes de una función, que es básicamente dejar de lado todo lo que he estado arrastrando en el día.

-La actuación te ha llevado a varios países, eres como un jugador de corte mundial, ¿pero cuándo México?, ¿o no te han llamado?

--He tenido muchas ofertas de México, pero lamentablemente por un motivo u otro, por motivos de agenda, espacio, trabajo, no las he podido aceptar. Pero muero de ganas de averiguar cómo sería yo funcionando ahí, porque cada que me reúno con un mexicano dando las vueltas por el mundo, me la paso bien, tienen un sentido del humor muy dinámico.

-En una entrevista dijiste que cuando ganó Argentina el mundial, querías salir, pero no podías porque había mucha gente… ¿la fama o el éxito o como quieras llamarlo, afecta tu vida personal?

--No sólo a Ricardo Darín, sino a cualquier persona que tenga un trabajo de exposición pública, que tiene digamos un excesivo reconocimiento callejero, y cuando se reúnen las multitudes uno tiene el impulso de salir y abrazarse como todos, pero muchas veces lo tengo que reprimir porque cuando el número me excede tanto, las cosas están fuera de control y eso es algo que a mí no me va muy bien.

"Como uno no tiene mucho control de lo que ocurre en su vida, trato de no someterme a situaciones exageradas. Nunca falta uno que está un poco alcoholizado o que mezcla las cosas. No lo pienso tanto por mí, sino por quien me acompañe".

-En los premios Platino hace unos años, dijiste que todo lo has logrado por ser "un vago". Así que haciendo una analogía con Diego Armando Maradona, que comenzó a jugar en los llanos, ¿esta es una lección de vida?

--Creo que la mayoría de las oportunidades lo que dan es hacerse desde abajo y tiene unas ventajas el conocer todo el terreno. Yo lo noto mucho en mi actividad, mi oficio y a través del tiempo he visto que todos los que enfocaban con pasión en lo mínimo, fueron evolucionando, avanzando en la dirección deseada. Y por el contrario a los que les tocaba una tarea, calificada por ellos mismos, como menor, se detuvieron en el camino.

-¿Cómo ves al nuevo Director Técnico de Argentina (Javier Milei, presidente entrante)?, ¿hay que darle una temporada de apoyo o "irle tendiendo la cama", como dicen que los jugadores hacen cuando ya no quieren al entrenador?

--Nunca entendí a los hinchas, a los tifosi o seguidores de un equipo que dan gritos o palabrotas contra su propio equipo. Uno puede estar no de acuerdo en cómo están saliendo las cosas o cómo se dirigen, pero lo que uno no puede hacer es ir en contra de lo que tiene que ocurrir en ese partido.

"Todos sabemos, en términos futbolísticos como estamos hablando, que el aliento, que el sostén, ayuda muchas veces a que ese equipo tenga un rendimiento mejor. Si esto lo trasladamos a cualquier terreno es que yo no estoy de acuerdo con la disidencia, estoy de acuerdo con la crítica porque uno debe mantenerlo siempre para no dejarse arrastrar por el tsunami de la horda".

-¿Cómo ves al cine y la tv en español? Hay quien dice que hay mucha creatividad y talento joven, pero también quien asegura que sólo se produce lo que las grandes plataformas, con dueños estadounidenses, permiten.

--Creo eso va cambiando. Es algo que paulatinamente va cambiando porque hay señales claras, contundentes y firmes, de que el talento y la creatividad no tienen nacionalidad.

Nuestra región ha dado muestras claras de talento, funcionamiento y efectividad y esto no escapa al entendimiento de todos y eso augura de alguna forma, un porvenir más poblado para nuestros países.