Eran ricos, entraron a las mansiones de Paris Hilton y Lindsay Lohan, les robaron joyas y terminaron en la celda junto a ellas

Los Bling Ring estaban integrados por Rachel Lee, Nick Prugo, Alexis Haines, Diana Tamayo y Courtney Ames
Los Bling Ring estaban integrados por Rachel Lee, Nick Prugo, Alexis Haines, Diana Tamayo y Courtney Ames

Algo así como la historia de Robin Hood, pero entre ricos. Esa podría ser la premisa: chicos ricos robando a celebridades de Hollywood. Todos ellos sentían la pulsión por sentirse como un famoso, como cuando una niña se prueba las joyas de su madre, o un niño los zapatos lustrados de su padre.

Para algunas celebridades, el denominado grupo Bling Ring (que, traducido, significaría “anillo brillante”) es sinónimo de un pasado descontrolado que prefieren olvidar. Esta es la historia de cinco adolescentes de Los Ángeles que decidieron divertirse poniéndose las joyas y los zapatos de las celebridades de Beverly Hills.

La mansión de Linsday Lohan
La mansión de Linsday Lohan - Créditos: @The Telegraph

En 2010 Sofía Coppola llevó el caso al cine bajo el título Adoro la fama. Allí personalizó a los integrantes de la banda criminal e intentó esgrimir las razones por las cuales los jóvenes cometieron estos delitos. “Tuvieron la oportunidad de hacer algo realmente genial y profundizar en las complejidades del caso”, llegó a explicar para Entertainment Weekly Alexis Haines, una de las Bling Ring, que más tarde compartió prisión con una de sus víctimas.

La obsesión con la fama y con probarse joyas ajenas: “Íbamos constantemente a lo de Paris Hilton”

La fama es un arma de doble filo. Por un lado, es una herramienta comercial y laboral para personas como los actores, donde una participación en una película puede llevar la producción al éxito. Pero por otro lado, la fama es una cárcel que puede ser muy dañina, ya que supone la pérdida parcial o casi total de la privacidad.

El Bling Ring creó uno de esos casos donde, de forma injustificada, la fama juega en contra. La historia comienza en 2008 con cinco chicos de 18 y 19 años —Rachel Lee, Nick Prugo, Alexis Haines, Diana Tamayo y Courtney Ames— recorriendo las afueras de la casa de Paris Hilton.

“Creíamos que era muy tonta”, llegó a decir Alexis Haines Vanity Fair, como una forma de excusa. Hasta que una noche se acercaron a la puerta, encapuchados, y encontraron la llave debajo de la alfombra de bienvenida. Allí se probaron ropa y joyas de la heredera del imperio hotelero y recorrieron la propiedad, sin miedo a las cámaras. “Íbamos constantemente a lo de Paris, era como nuestro cajero automático personal”, confesó Nick Prugo en The Real Bling Ring: Hollywood Heist, el documental de Netflix que explora el caso.

Una de las cámaras de seguridad que captó a los Bling Ring
Una de las cámaras de seguridad que captó a los Bling Ring - Créditos: @NBC

Esta no fue la única ocasión en la que se desquitaron sus ganas de sentirse famosos. El grupo de delincuentes hizo lo mismo con múltiples famosos: Lindsay Lohan, Orlando Bloom, Brian Austin Green, Megan Fox, Audrina Patridge, entre otros. Esta última, en The Real Bling Ring: Hollywood Heist, recuerda: “Era como si quisiesen ir de shopping en mi placard. Me aterró como nada en mi vida que entraran a mi casa”.

Tal como detalla Entertainment Week, si bien los cinco delincuentes pertenecían a una clase social acomodada, eran adolescentes “obsesionados con la fama”. Además, tanto en el documental de Netflix y en notas como la de L.A. Times se detalla que este grupo de ladrones tenía, además, problemas y desafíos personales que sobrepasar.

Haines, que había participado del reality Pretty Wild (E!), había sufrido abusos sexuales de niña y tenía problemas con heroína; Prugo luchaba contra un castigo social por ser homosexual; Lee ansiaba ser una influencer, pero vivía en una pequeña casa, se avergonzaba de su ascendencia coreana y tenía un problema con pastillas Xanax; Tamayo era una inmigrante ilegal en tierra estadounidense.

Orlando Bloom fue una de las víctimas
Orlando Bloom fue una de las víctimas

Lo que parecía ser una “travesura divertida” —que en verdad era violación de domicilio—, pronto pasó a mayores: una noche de 2009 escalaron la reja de la mansión de Orlando Bloom, entraron a la casa por un ventanal mal cerrado y se llevaron una colección de relojes Rolex valuada en US$500.000, carteras y bolsos Louis Vuitton y piezas de arte, según se reportó.

El truco era que, al ser figuras muy famosas, era fácil averiguar información privada sobre ellos. Por ejemplo, sabían que Bloom estaba grabando una película en otra ciudad y consiguieron su dirección gracias a una página online. Entonces, tenían la certeza de que no había nadie en su casa.

Los Bling Rings entraban a las casas de famosos y jugaban a serlo. Se probaban vestidos, relojes, anillos, collares y luego robaban las mejores joyas. Courtney Ames era la encargada de reclutar a otros dos chicos que fueron los responsables de las ventas de los objetos robados: había un negocio.

Del arresto al juicio, donde lucieron las joyas robadas frente al juez

En 2009, después de casi un año de haber comenzado a robar, una de las cámaras de seguridad de la casa de Patridge grabó al grupo inspeccionando la zona y la actriz los denunció. Si bien sus figuras borrosas salieron en los noticieros, los Bling Ring no cedieron, sino que continuaron con los robos. No fue hasta que volvieron a ser grabados en plena acción, esta vez en la casa de Lohan, que la policía logró identificarlos mejor.

Prugo fue el primero en ser arrestado y confesó los robos. Se declaró culpable de las intromisiones a las casas de Lohan y Patridge y cumplió uno de su condena de dos años en la cárcel. Ames fue sentenciada a tres años de libertad condicional y dos meses de servicio comunitario. La pena iba a ser menor para ella, pero según el New York Post, “supuestamente llevó un collar de Lindsay Lohan a la corte”.

Lee, la presunta líder de la banda, estuvo presa 16 meses de los cuatro años que le habían dado. Tamayo también se declaró culpable y, según The Los Angeles Times, temía la posibilidad de ser deportada por su crimen. Fue sentenciada a tres años libertad condicional y cumplió 60 días de servicio comunitario. Haines también se declaró culpable y tuvo que cumplir uno de los seis meses de prisión por los que había sido sentenciada por el robo en la casa de Bloom.

Paris Hilton y Alexis Haines haciendo servicio comunitario
Paris Hilton y Alexis Haines haciendo servicio comunitario - Créditos: @El País

De robar a famosos a compartir con ellos la cárcel

En 2010, Lindsay Lohan fue arrestada por incumplir una libertad condicional que le habían dado por penas ligadas a su problema con el alcohol y debió pasar tres meses en prisión. Lo curioso es que, en la celda de al lado, descansaba la ladrona que había entrado a su casa meses antes: Alexis Haines.

Y, cuando Haines salió de prisión y tuvo que hacer servicio comunitario, se cruzó con otra víctima: Paris Hilton, que también había tenido sus propios problemas judiciales.