Robbie Williams habría 'acabado en la cárcel' de no haber tenido éxito con la música

Robbie Williams credit:Bang Showbiz
Robbie Williams credit:Bang Showbiz

Robbie Williams sigue siendo uno de los vocalistas más populares del mundo, como atestigua el éxito cosechado el pasado verano con su participación en varios festivales repartidos por el continente europeo. El intérprete, de 49 años, también demostró en la década de los noventa que podía triunfar en solitario gracias a su carisma y creatividad, sin el amparo de la popular 'boyband' que le catapultó al estrellato: Take That.

Sus más de treinta años en la música le han hecho reflexionar ahora sobre el rumbo que habría tomado su vida de no haberse destacado en su profesión. A su paso por el programa 'Stasera C’è Cattelan’, de la televisión italiana, Williams ha revelado que, de no haber alcanzado ese nivel de reconocimiento, quizás a día de hoy tendría una notable mancha en su expediente judicial.

"Si hubiera tenido que depender de mí mismo, probablemente me habría convertido en camello, en uno no muy bueno", ha reconocido. "A ver, genuinamente no creo que hubiera vendido cocaína, pero seguro que habría traficado con marihuana y habría terminado en prisión. Genuinamente pienso que ese habría sido mi destino", ha aclarado en tono jocoso, pero hablando completamente en serio.

El astro del pop, que también ha fantaseado con un futuro alternativo en el que habría triunfado como "youtuber", siempre ha hablado con mucha sinceridad sobre su ya superada adicción a las drogas. La fama, su juventud y, en parte, el clima social que reinaba en su Inglaterra natal en la década de los noventa le llevaron a coquetear más de lo recomendable con diversas sustancias. "Yo era muy vulnerable e increíblemente sensible. Siento que nací con una herida abierta", contaba hace años.

"Y luego me tiraron a ese foso que es el mundo del espectáculo, que magnifica los aspectos más negativos de esa inseguridad. Tomaba drogas para convertirme en la persona que el mundo me decía que tenía que ser. Cuando la realidad es que era un chico muy introvertido, y está bien serlo", recordaba sobre esos tiempos en los que era considerado el seductor 'enfant terrible' del pop global. El intérprete disfruta ahora de una situación mucho más estable y gratificante: está casado con la actriz estadounidense Ayda Field desde hace 13 años y juntos son padres de los pequeños Theo (10), Charlton (8), Coco y Beau (4).