¿Sabías que el cloro puede dañar tu piel? Sigue estos consejos y lo evitarás
Nada como un refrescante chapuzón en la piscina durante los calurosos días de verano. Sin embargo, el cloro, ese elemento esencial para mantener el agua limpia y libre de bacterias, puede afectar directamente a nuestra piel.
Para que puedas disfrutar al máximo de tu tiempo en el agua sin sufrir daños en la piel, te recomendamos seguir algunos trucos y consejos prácticos. A continuación, te presentaremos una serie de recomendaciones que te ayudarán a proteger tu piel y mantenerla suave y saludable durante y después de tus baños.
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Efectos del cloro en la piel
El cloro, un desinfectante común en las piscinas, es esencial para eliminar bacterias y mantener el agua limpia. Sin embargo, este químico puede tener efectos adversos en nuestra salud. Al matar las bacterias beneficiosas de nuestra piel, el cloro puede causar resequedad, irritación e incluso alergias. Además, el contacto con el cloro también puede irritar los ojos y dañar el cabello, dejándolo sin brillo y más susceptible a la sequedad.
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Una ducha antes del baño
Antes de sumergirte en la piscina, una rápida ducha con agua tibia puede marcar la diferencia. Al humedecer tu piel con agua limpia, creas una barrera natural que dificulta que el cloro penetre en profundidad en tus poros. Este sencillo gesto te ayudará a mantener tu piel más suave y a reducir la irritación causada por los químicos del agua.
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Enjuágate al salir
Después de disfrutar de un refrescante baño en la piscina, es fundamental eliminar los residuos de cloro que puedan haber quedado adheridos a tu piel. Por ello, es recomendable enjuagarte con abundante agua limpia al salir de la piscina. Este sencillo gesto ayudará a minimizar los efectos del cloro en tu piel, como la resequedad y la irritación, y te permitirá disfrutar de una sensación de frescura y limpieza.
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Hidrata tu piel
La hidratación es clave para contrarrestar los efectos resecadores del cloro en la piel. Tanto antes como después de nadar, aplica una crema hidratante o un aceite natural como el de coco o el de jojoba. Estos productos penetran en profundidad, nutriendo tu piel y formando una barrera protectora que ayuda a retener la humedad. De esta manera, podrás mantener tu piel suave, elástica y preservada de los efectos dañinos del cloro.
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Protege tu piel del sol
Proteger tu piel del sol es fundamental, especialmente cuando te sumerges en una piscina. El uso de un protector solar resistente al aguate brindará una doble protección: evitará las quemaduras solares y minimizará los efectos dañinos del cloro sobre tu piel. Aplica un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar adecuado a tu tipo de piel antes de entrar a la piscina y vuelve a aplicarlo después de nadar. De esta manera, asegurarás una protección completa y disfrutarás de un baño sin preocupaciones.
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Seca la piel a toquecitos
Después de salir de la piscina, es fundamental secarse la piel con suavidad. Evita frotar con la toalla, ya que esto puede irritar la piel sensibilizada por el cloro. En su lugar, seca tu cuerpo dando pequeños toques con una toalla limpia y seca. Es importante que la toalla no haya estado expuesta al aire libre durante mucho tiempo, pues podría contener partículas de polvo o polen que empeoren las rojeces e irritaciones.
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Exfolia tu piel
Al llegar a casa después de un día de piscina, una exfoliación suave será tu mejor aliada. Este sencillo gesto te ayudará a eliminar los restos de cloro que puedan haberse adherido a tu piel. Además, la exfoliación renovará las células de tu piel, dejándola suave, tersa y radiante. Recuerda utilizar un exfoliante suave y realizar movimientos circulares para evitar irritaciones.
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Ducha completa al llegar a casa
Para asegurarte de eliminar por completo los residuos de cloro y mantener tu piel hidratada, es recomendable ducharte con agua tibia y jabón neutro en casa. Esta sencilla acción te ayudará a retirar cualquier resto de cloro que haya quedado en tu piel.
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Bebe abundante agua
Beber abundante agua es fundamental durante todo el año, pero cobra especial relevancia en verano y, en particular, cuando disfrutamos de un baño en la piscina. La hidratación no solo ayuda a mantener tu cuerpo fresco y saludable en días calurosos, sino que también juega un papel crucial en el cuidado de tu piel. El agua facilita la eliminación de toxinas y ayuda a mantener tu piel luminosa, suave y saludable desde el interior.
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Ropa de baño adecuada
Elige trajes de baño elaborados con materiales de alta calidad, como el nylon o el poliéster, que sean resistentes al cloro y al desgaste. Estos tejidos protegerán tu traje de baño y evitarán que se deteriore prematuramente, lo que a su vez contribuirá a mantener una higiene adecuada en la piscina.
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Cuidados del cabello
Para proteger tu cabello de los efectos dañinos del cloro, lo ideal es utilizar un gorro de natación de látex o silicona. Estos materiales crean una barrera que evita que el cloro entre en contacto directo con tu cabello, previniendo así el deterioro de las fibras capilares y la pérdida de brillo y color. Además, el gorro protege tu cuero cabelludo de posibles irritaciones. Si decides no usar gorro, es fundamental aclarar tu cabello inmediatamente después de salir de la piscina.
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Piel y cabello más sanos
Siguiendo estos sencillos consejos, notarás una gran diferencia en la salud de tu piel y cabello al finalizar el verano. Tu piel lucirá más suave, hidratada y protegida, mientras que tu cabello recuperará su brillo y vitalidad. Al cuidar tu cuerpo de los efectos del cloro y el sol, podrás disfrutar al máximo de tus baños en la piscina sin comprometer tu belleza natural.